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Perfil: Ebrahim Raisi, un clérigo ultra conservador llamado a ser el líder Supremo de Irán
En el frente exterior su mandato presidencial estuvo marcado por la consolidación de la estrategia de expansión de la influencia iraní a través de fuerzas proxy en Oriente Medio.
Nacido en el seno de una familia muy religiosa en la ciudad de Mashdad hace 63 años, el político y alfaquí iraní llegó a la presidencia de la República -segundo puesto en el escalafón del régimen después del jefe del Estado, el Líder Supremo— en el mes de agosto de 2021 en su segunda tentativa -con poco más del 62% de los votos, el porcentaje más bajo en décadas— tras su derrota en las elecciones de 2017 frente Hassan Rohaní.
“Su nombre era uno de los cinco más importantes en la carrera para suceder al ayatolá Jameneí, que acaba de cumplir 85 años, y si fallece supondrá todo un movimiento en el liderazgo del país”, asegura a LA RAZÓN Raffaelle Mauriello, profesor en la Facultad de Literatura Persa y Lenguas Extranjeras de la Universidad Allameh Tabataba’i de Teherán. “Raisí es un conservador, sucedió a un reformista y moderado como Rohaní, cercano al Líder Supremo”, explica el investigador italiano.
En el ámbito doméstico, sus tres años al frente del gobierno iraní estuvieron marcados por los avances experimentados por el programa nuclear y de misiles balísticos, los pobres resultados de su gestión económica -las consecuencias de las sanciones occidentales se hicieron especialmente duras tras la pandemia— yla represión del movimiento de protesta de base juvenil nacido a raíz de la muerte de la estudiante kurda Mahsa Amini en Teherán a manos de la Policía de la Moral en septiembre de 2022. “Ha seguido una agenda en línea con la del Líder Supremo”, asegura a LA RAZÓN, por su parte, el analista político especializado en temas iraníes Daniel Bashandeh.
En el frente exterior su mandato presidencial estuvo marcado por la consolidación de la estrategia de expansión de la influencia iraní a través de fuerzas proxy en Oriente Medio. En su currículo quedará impreso para siempre también el primer ataque directo -300 drones y misiles— contra territorio de Israel, némesis del régimen iraní, ocurrido en la noche del 13 al 14 de abril pasado y respuesta al bombardeo de las Fuerzas de Defensa del Consulado del país persa en Damasco -donde murieron tres generalesde la Fuerza Quds de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria. Meses atrás, en la primavera de 2023, la presidencia de Raisí marcó otro hito: la recuperación de relaciones diplomáticas con Arabia Saudí, su gran rival regional.
“Dedicó todo el primer año en hacerse con el control en los principales sectores de la administración y cuando se preparaba para gobernar se encontró con las grandes protestas tras la muerte de la joven Mahsa Amini”, explica Mauriello.“Y tras controlar la situación después de varios meses, ahora, en los últimos meses su gobierno había llegado a tomar las riendas del Estado y a llevar a cabo las primeras reformas y cambios con resultados positivos, recuerda el profesor de la Universidad Allameh Tabataba’i de Teherán, “sobre todo en política exterior y en el ámbito de la economía doméstica, ha fallecido”.
Antes de alcanzar la presidencia de la República Islámica, Raisífue líder del Poder judicial iraní y fiscal en varias ciudades iraníes. En el período previo a su irrupción en primera línea política el clérigo chiita había sido duramente criticado por Occidente por su historial de derechos humanos y, por este motivo, fue sancionado en 2019 por el Tesoro de Estados Unidos. Bashandeh recuerda que el fallecido político conservador“fue acusado de formar parte del comité que ordenó la ejecución de disidentes políticos en 1988”.
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