Grecia

Grecia, rumbo a un nuevo rompecabezas político

A falta de mayorías absolutas, tras los comicios de hoy hasta nueve partidos podrían estar obligados a pactos imposibles.

Alexis Tsipras acude a votar
Alexis Tsipras acude a votarlarazon

A falta de mayorías absolutas, tras los comicios de hoy hasta nueve partidos podrían estar obligados a pactos imposibles.

Hace ocho meses, en las calles de Grecia se respiraba ilusión y esperanza. El efecto Syriza golpeaba en cada esquina y los ciudadanos no tenían reparos en expresar su alegría por formar parte del partido de Alexis Tsipras. En la carpa donde se dan cita los simpatizantes de la izquierda radical situada en la céntrica plaza Klafthmonos no cabía un alfiler. Ahora la situación ha dado un giro de 180 grados. A un día de las elecciones, en el interior de dicha caseta no había más de una docena de personas, todos ellos miembros del partido, nada de curiosos ni jóvenes. Éste es el fiel reflejo del estado de ánimo de los griegos.

«Estoy harta. Siempre he ido a votar, pero este domingo no lo haré. Será la primera vez que lo haga, pero es que nos están tomando por tontos. No han respetado nuestra voluntad», explica a LA RAZÓN Antonia, que se define cercana a la ideología de izquierdas. Precisamente es esta parte del espectro ideológico la que todavía permanecía ayer indecisa (cifra que oscila entre el 10 y el 15%). Aunque la ley griega obliga a acudir a las urnas, parece que muchos ciudadanos optarán por quedarse en casa. Ya se sabe, en el país heleno no son muy amigos de cumplir las normas. Es más, no votar conlleva una multa, pero rara vez algún griego la ha pagado hasta ahora.

Y en medio esta sensación de frustración ciudadana, vuelve a plantearse la duda sobre los posibles pactos postelectorales, más complejos aún que en enero, porque dos partidos antagónicos, Syriza y Nueva Democracia, parten como favoritos. Los expertos hacen hincapié en que la ideología de las formaciones ya ha pasado a un segundo plano tras la crisis. Sus programas electorales fundamentalmente giran en torno a su posición frente al rescate económico y a la austeridad exigida por Europa. En los últimos meses, la crisis migratoria también les ha hecho posicionarse. A partir de ahí, carta blanca. Sólo hace falta ver qué partidos integraron la última coalición: Syriza y Griegos Independientes (ANEL), una formación de izquierda radical con una nacionalista conservadora. Pues bien, si los sondeos no fallan, serán nueve los partidos que podrían entrar en el Parlamento heleno. ¿Qué posibilidades hay de que de este amalgama salga una coalición de gobierno si ninguno de ellos obtiene la mayoría absoluta (151 escaños)?

Para empezar, hay dos que están completamente fuera de las quinielas, precisamente los que según los sondeos se encuentran en tercera y cuarta posición: Amanecer Dorado (actualmente con 17 diputados) y el Partido Comunista (KKE, que tienen 15 parlamentarios). El primero, porque nadie estaría dispuesto a pactar con un partido neonazi cuya cúpula, incluido su líder, Nikos Michaloliakos, está sentada en el banquillo acusada de ser una organización criminal. En el caso del KKE, liderado por el sexagenario Dimitris Koutsoumbas, son de tradición antipactos lo que lleva a deducir que no se aliarán con nadie. Además, fueron de los pocos que votaron en contra del rescate. En total, fueron 64 los votos negativos.

Syriza, el partido que lidera las encuestas a una distancia de entre medio y tres puntos de Nueva Democracia, asegura no estar dispuesto a hablar más que con sus antiguos socios de Gobierno, ANEL, los cuales podrían quedar en esta ocasión fuera del Parlamento, lo que dificultaría la gobernanza de Tsipras. Ante esta perspectiva de soledad parlamentaria, el sustituto de Varufakis y ex ministro de Finanzas, Euclid Thsakalotos (artífice del tercer rescate), mostró ayer sus dudas sobre los pactos. «La situación es muy compleja porque no podemos repetir elecciones y no veo factible formar una coalición con el Pasok y To Potami dejando al margen a Nueva Democracia», explicó al diario griego «Kathimerini», dejando la puerta abierta a futuras negociaciones. «Syriza debería pensar en una ‘‘coalición de salvación nacional’’ en la que estuviera presente Nueva Democracia, con un primer ministro acordado entre ambos. De lo que debe olvidarse Tsipras es de contar con ANEL porque, en primer lugar, la suma de sus votos se lo imposibilitará, y, en segundo, porque este Gobierno, ahora sí, debería implementar medidas nacionales en las que ambos partidos chocan frontalmente», asegura a este periódico el analista político griego Roman Gerodimos.

Por su parte, los conservadores son partidarios de formar una macrocoalición en la que estén agrupados Syriza, To Potami y Pasok, incluso estarían dispuestos a ceder el cargo de primer ministro a Tsipras. La estabilidad de este conglomerado resultaría inviable y estaría avocada al fracaso. En la misma línea de acuerdos está Stavros Theodorakis, quien pondrá a su partido, el centrista To Potami, al servicio del ganador. «Negociaré hasta con el diablo», dijo durante la campaña. Quien apunta a remontar tras el batacazo sufrido en enero es el Pasok.

Su nueva líder, Fofi Gennimata, gracias a la fusión con los moderados de DIMAR y la desaparición del partido del ex primer ministro Yorgos Papandreu, Movimiento de los Demócratas Socialistas, podría conseguir hasta el 6% de los votos, eso sí, lejos del 44% de apoyo cosechado en 2009. No sería extraño ver a los socialistas en el Gobierno con los conservadores, tal y como hicieron en 2012 con Samaras, a pesar de que sus consecuencias fueron devastadoras para la formación socialista. A la cola del reparto de escaños se asoma Unión de Centro, un partido centrista de la vieja escuela que ha resurgido en estas elecciones con 3,5 por ciento de intención de voto y los díscolos de Syriza ahora en Unidad Popular para los que se pronostica un 3%. Estos últimos no encajarían en ninguna coalición, mientras que los primeros podrían servir de refuerzo, es decir, su representación no sería clave para formar el nuevo gobierno. «Si se forma un Ejecutivo para gestionar simplemente la implementación del tercer rescate será bueno para el país y además, ningún partido tendría miedo a formar parte de él ya que las medidas a implementar irían todas enfocadas al cumplimiento del memorándum», concluye Gerodimos.