Francia
Hallazgo sin precedentes en Francia: científicos podrían haber descubierto el canal perdido del tío de Julio César
Los investigadores creen haber encontrado restos del 'Canal de Mario', la primera gran obra de ingeniería hidráulica en Galia
Un equipo de arqueólogos ha desenterrado en la Provenza francesa una obra maestra de la ingeniería antigua: un canal oculto durante siglos, vinculado a Cayo Mario, legendario general romano y tío político de Julio César, cuya existencia podría redefinir la comprensión de la expansión militar romana en Europa.
Como recoge LiveScience, los relatos históricos señalan que el llamado Canal de Mario fue construido entre el 104 y el 102 a. C. por las tropas del general en el delta del río Ródano. Se considera la primera gran obra de ingeniería hidráulica en Galia, provincia romana que abarcaba Francia, Bélgica y el oeste de Alemania.
Su edificación tuvo lugar en el contexto de las Guerras Cimbrias, una serie de enfrentamientos entre la República romana y las tribus cimbrias y teutonas, que migraron desde el norte de Europa hacia territorios bajo dominio romano, representando una amenaza para Roma.
Según los expertos, fue el propio Cayo Mario quien ordenó la construcción de esta vía fluvial entre Arlés y el Mediterráneo, clave para abastecer a sus tropas. Tras el final de las batallas, LiveScience apunta que el canal fue donado al asentamiento griego de Massalia, actual Marsella, que lo utilizó con fines comerciales hasta su desaparición. Sus últimas menciones se remontan al siglo I d. C. en la obra de Plinio el Viejo, y desde entonces su ubicación ha sido motivo de debate en la comunidad científica. Hasta ahora.
¿Cómo se encontró?
El posible hallazgo del canal, sepultado bajo sedimentos durante siglos, ha sido respaldado por un estudio publicado en Journal of Archaeological Science: Reports, dirigido por el geoarqueólogo Joé Juncker. Según Muy Interesante, el punto de inflexión en la investigación se produjo en 2013, cuando una prospección geofísica al sureste de Arlés detectó una anomalía lineal que no correspondía con formaciones naturales. Este hallazgo llevó a los arqueólogos a excavar la zona en los años siguientes, revelando restos cerámicos romanos, estacas de madera datadas entre los siglos I y IV d. C. y plataformas de piedra que podrían haber servido como muelles.
El análisis geoarqueológico indicó que el canal habría sido parcialmente excavado antes del siglo I a. C., aprovechando un antiguo brazo del Ródano y una laguna costera, mientras que los estudios de carbono 14 y análisis de sedimentos muestran que estuvo en uso hasta su progresivo abandono en los siglos III o IV. Con una anchura de unos 30 metros, menor que los cauces fluviales naturales de la zona, pero similar a otros canales artificiales romanos, su diseño refuerza la hipótesis de que fue una vía clave para la navegación y el comercio en la Antigüedad.
No obstante, los propios investigadores admiten que aún no se puede confirmar con total certeza que se trate del Canal de Mario. Para respaldar definitivamente esta teoría, serían necesarias pruebas más concluyentes.