
Estados Unidos
Harris elige como compañero electoral a Tim Walz, el más progresista de los tres aspirantes
Harris ofrecerá su discurso de aceptación de la nominación este martes en Filadelfia
Tim Walz fue profesor y el año pasado promulgó una ley para garantizar desayuno y comida gratuitos a todos los estudiantes de Minnesota. En las últimas horas un vídeo en el que aparece rodeado de varias alumnas pequeñas celebrando la firma de esa legislación le ha dado la vuelta a internet y se ha convertido en una suerte de carta de presentación para este político que, aunque lidera el grupo de gobernadores demócratas de EE UU, no es muy conocido a nivel nacional.
En las horas próximas al anuncio de Kamala Harris escogiéndole como su fórmula vicepresidencial para el «ticket» demócrata, muchos se preguntaban qué motivó la decisión.
Tras un fin de semana de entrevistas a una amplia lista de candidatos que finalmente se redujo a dos opciones, una mayoría abrumadora daba por ganador a Josh Shapiro, el popular gobernador de Pensilvania, cuya popularidad ya venía siendo contrarrestada por los republicanos desde antes de siquiera ser elegido. Y quizá fue esa misma exposición –además del componente judío, dicen algunos– lo que hizo que Harris terminara decantándose por la sorpresa de ese listado: el también popular y afable Tim Walz, gobernador de Minnesota.
La elección parece cumplir con una máxima de la política estadounidense a la hora de escoger un candidato a vicepresidente: que no haga daño. La apuesta del partido es que, aunque Minnesota sea un Estado que ya vota demócrata, por lo que Walz no suma realmente a la ecuación de los Estados bisagra o péndulos, su imagen de hombre blanco de familia, que a sus 60 años ha demostrado ser buen recaudador de fondos y saber ganar elecciones, pueda seducir a los electores rurales en todo el país.
Walz tiene una biografía potente para intentar convencer al Midwest. En su carrera ha trabajado en agricultura y manufactura, ha sido profesor y a ha apoyado abiertamente a los sindicatos, es decir, la que se cree es la columna vertebral de la clase media trabajadora en Estados Unidos. En sus credenciales también presume de ser veterano militar, habiendo servido en la Guardia Nacional durante 24 años y retirándose como sargento mayor antes de iniciar una vida política que puede ser catalogada dependiendo quién cuente su perfil.
Sus primeras posturas políticas parecían ser más de centro, incluso representando como congresista a un distrito conservador. Se puede decir que tiene un poco de todo. Hasta se le calificó de pro-armas en algún tiempo, cuando contaba con el favor de la Asociación Nacional del Rifle.
Pero en las últimas horas los republicanos han trabajado fuertemente para hacer ver a Tim Walz como el sello del «ticket más radical de la historia», una premisa que sin recelo alguno podría traducirse en el «ticket más progresista de la historia», como aseguran los estrategas demócratas.
Una de las líneas de ataque a Walz ha venido del recuerdo sobre las protestas por la muerte de George Floyd, un afroamericano que fue asesinado a manos de un policía blanco. Minneapolis se sumió en el caos durante esas manifestaciones en 2020 y el envío tardío y dudoso de la Guardia Nacional por parte del gobernador fue cuestionado por la derecha.
Más allá de los tradicionales «trapos al sol» que suelen sacar las campañas políticas en época electoral, la elección de Walz como fórmula vicepresidencial muestra dos elementos clave del momento por el que pasa Kamala Harris.
Las encuestas nacionales la ponen hoy dos décimas por encima de su rival, Donald Trump. Y en los Estados clave esa diferencia abrumadora que estaba ganando el republicano sobre Joe Biden se ha diluido al punto en que Michigan y Wisconsin son hoy considerados empates técnicos desde el ingreso de Harris a la carrera. Así las cosas, parece que la campaña está confiada en que no necesitan de un vicepresidente de algún Estado péndulo para salir ganadores. Parecen creer que apostar por el carisma y la historia de vida rural de Walz es suficiente. Solo las siguientes semanas demostrarán si ese pálpito fue erróneo o no.
Y otra lectura interesante que aflora de la elección, es que la vicepresidenta da señales de seguir sus instintos a la hora de tomar decisiones. Walz no estaba hasta hace dos semanas en las cuentas de nadie (aunque se rumorea que el ala más progresista demócrata venía impulsándolo en secreto), así que su elección se dio tras los encuentros que sostuvo con Harris en los que ambos, según fuentes cercanas a la campaña, tuvieron una química que terminó siendo efectiva para él.
Tim Walz tiene ganada una buena reputación como un buen comunicador. De hecho, durantelas últimas semanas ha sido cali-ficado como responsable de popularizar la denominación de la
fórmula Trump-Vance como «weirdos» o raros en español. El gobernador ha tenido varias apariciones en la televisión llamándoles radicales y afianzando un discurso cada vez más retador.
✕
Accede a tu cuenta para comentar