Acuerdo nuclear con Irán
Londres consolida su acercamiento a Irán con la reapertura de su embajada
El ala dura del régimen de los ayatolás lo tacha de «movimiento peligroso»
Tras cuatro años de permanecer cerrada por un incidente que obligó a la legación diplomática de Reino Unido a desalojar el edificio, la embajada británica reabrió ayer sus puertas. El 29 de noviembre de 2011, una turba de manifestantes saqueó la sede diplomática en protesta contra la imposición de sanciones por parte de Occidente. Los asaltantes rasgaron retratos de monarcas británicos, robaron equipos electrónicos, saquearon abundante documentación e incendiaron un coche. Incluso, dejaron un mensaje escrito en persa que decía «muerte a Inglaterra» en la puerta de una de las salas de la embajada, que todavía no se ha quitado. Además, retuvieron durante varias horas a seis miembros de la legación, que posteriormente fueron liberados.
El asunto desencadenó una crisis diplomática y el embajador iraní en Londres fue llamado a consulta y se cerró la sede diplomática. Desde entonces, los lazos entre ambos países ha sido tensos. En 2013, Reino Unido dio un primer paso para descongelar las relaciones con una visita diplomática al presidente Hasan Rohani. Las negociaciones para alcanzar un acuerdo con Irán volvieron a acercar a Londres y Teherán, y la reapertura de ambas embajadas es el resultado de ese acuerdo que busca confianza mutua entre Occidente y la república islámica. En un principio, ambos gobiernos mantendrán las relaciones a nivel de encargado de negocios y no nombrarán de momento embajadores en los respectivos países.
El acto oficial en Teherán estuvo presidido por el ministro británico de Exteriores, Philip Hammond, que fue el encargado de declarar la apertura e izar la bandera británica en el jardín de la residencia del siglo XIX, mientras sonaba el himno nacional. También asistió a la ceremonia el nuevo encargado de negocios británico, Ajay Sharma, representante del Ministerio de Relaciones Exteriores iraní. A su llegada a Teherán, Hammond colgó un mensaje en las redes sociales en el que señaló que esta reapertura es «un momento histórico» en las relaciones bilaterales. «Esta ceremonia marca el final de una fase en la relación entre ambos países y el principio de una nueva etapa, una que creo que ofrece la promesa de mejorar», manifestó Hammond. El ministro británico de Exteriores se reunió posteriormente con el presidente Rohani y con su homólogo iraní, Mohamed Yavad Zarif.
Antes del encuentro con Hammond, el jefe de la diplomacia iraní declaró a la agencia de noticias Fars que «la reapertura de la embajada británica refleja el hecho de que en Occidente se reconoce el papel constructivo de Irán». Por su parte, el viceministro iraní de Exteriores Mayid Tajt-e-Ravanchi anunció que la embajada iraní en Londres reabriría al mismo tiempo. Ravanchi explicó que el cambio tras la reapertura de las embajadas es que éstas «tendrán encargados residentes» en contra de los no residentes que tenían desde el 2011, cuando se cerraron las legaciones. El viceministro iraní indicó que se iba a plantear a la delegación británica el tema de las indemnizaciones por parte de Reino Unido, pero que «llevaría su tiempo».
El regreso de los británicos, bien recibido por la población iraní en general, ha sido duramente criticada sin embargo por los sectores más radicales del régimen islámico, que durante los últimos días han advertido en los medios de lo «peligroso» que resulta para Irán aceptar de vuelta a un país «que tiene una historia muy negra».
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