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Tensión

Israel abraza la guerra total con varios frentes abiertos

Lanza misiles contra Hizbulá en Líbano coincidiendo con el recrudecimiento de la ofensiva en Gaza mientras que las alarmas antiaéreas vuelven a sonar en Tel Aviv

El Gobierno condena la violación del acuerdo de cese de hostilidades entre Líbano e Israel e insta a evitar una escalada EUROPAPRESS

Israel es un país en guerra.La respuesta militar a los al ataque del 7 de octubre de 2023, en el que cientos de milicianos de Hamás invadieron el estado hebreo y asesinaron a cerca de 1.200 personas, llevándose a unos 251 rehenes, suma decibelios. El conflicto se vuelve a extender más allá de las fronteras de Gaza, inflamando la antigua hostilidad entre Israel y la milicia libanesa Hizbulá. Si bien es cierto que en el centro reina la tranquilidad, estos ataques recuerdan a la población que esté en alerta. Las sirenas vuelven a escucharse en todo el país.

El cielo de Gaza volvió a teñirse de rojo esta semana tras la ruptura de la tregua entre Israel y Hamáspor la negativa del grupo terrorista de liberar a los 59 rehenes, que todavía permanecen bajo el yugo islamista. «Es solo el comienzo», aseguró el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. «A partir de ahora, las negociaciones (con Hamás) solo tendrán lugar bajo fuego», señaló el mandatario en una breve declaración en vídeo el pasado miércoles. Dicho y hecho. Tras meses de serenidad en la región, el ejecutivo hebreo reanudó su ofensiva militar no solo en la Franja de Gaza si no también en otros frente como Líbano o Siria situando al país y su población en una situación de alerta total. La ofensiva israelí cuenta con el apoyo total de la administración del republicano Donald Trump.

Las sirenas se escucharon esta semana en varias ocasiones, después de que los sistemas de defensa antiaérea hebreo interceptaran al menos cuatro misiles provenientes de Yemen. Los hutíes, aliados de Irán, sacan músculo y reaccionan así a los ataques de Estados Unidos ordenados por Trump, alegando la seguridad marítima

Otro frente que ha vuelto a reactivarse es el libanés. Esta zona fronteriza es un polvorín. Aquí opera la milicia Hizbulá, el grupo islamista respaldado por Irán con una de las fuerzas terroristas más poderosas de Medio Oriente. La base principal del grupo se encuentra en la frontera entre Israel y el Líbano y desde el fatídico ataque del 7 de octubre, han estado involucrados en escaramuzas, poniendo a toda la región de Galilea en una situación crítica con temores de que pueda desencadenar un conflicto regional más amplio.

LA RAZÓN, en un viaje de prensa organizado por por EIPA (Europe Israel Press Association, por sus siglas en inglés), ha comprobado «in situ» desde la aldea beduina Arab al Aramshe cómo los ataques con drones y proyectiles lanzados desde el Líbano han destruido viviendas y han obligado a buena parte de su población a huir. Desde la aldea se observa el muro de 45 kilómetros de longitud y 7 metros de alto que delimita la frontera israelí con el Líbano. «Estamos tratando de que vuelvan los residentes, pero muchos no lo harán porque están empezando una nueva vida en el centro del país. Muchos tienen miedo de que Hizbulá vuelva a atacar», asegura Moshe Davidovich, responsable del Consejo Regional Mate Asher, que incluye más de una veintena de pueblos, kibutz y pequeñas comunidades de la zona noroeste de Israel, tan solo un día antes de la reactivación del frente. Muchos de sus habitantes son parte de las decenas de miles de israelíes desplazados internos en todo el norte del país. Tras el atentado de Hamás, los pueblos situados en la frontera fueron completamente evacuados, intercambiándose por militares. Ahora que muchos de los desplazados están regresando, este nuevo ataque vuelve a ponerles en tensión . «Estamos en Oriente Medio y sabemos que si no estamos en alerta con el país vecino, nosotros de repente podemos levantarnos y sufrir otro 7 de octubre»; asegura, Ishay Efroni, jefe de seguridad del Consejo Regional, mientras porta en una de sus manos un fusil M-16.

La tensión bélica también se ha reactivado en Siria. Desde la caída del régimen de Asad en diciembre de 2024, Israel ha lanzado ataques aéreos regulares sobre Siria. Según el grupo de monitoreo ACLED, realizó más bombardeos en diciembre de 2024 que en todo 2023, destruyendo entre el 70 % y el 80 % de la capacidad militar del régimen en solo 48 horas. Este viernes, Israel lanzó ataques aéreos contra el aeropuerto militar de Palmira y la cercana base aérea T-4. En solo siete días, la cara más fea de la guerra vuelve a dibujarse en Israel con un país dividido.