Elecciones en Italia
Italia examina en las urnas las reformas de Renzi
Críticas al primer ministro por apoyar a un candidato vetado por la comisión antimafia
«Estaré aquí para festejar la victoria del centro derecha y haré algo que no me ha sucedido en mi vida: me emborracharé. Por la libertad se puede hacer esto y más». Así de animado estaba Silvio Berlusconi el pasado martes en un acto de su partido, Forza Italia (FI), celebrado en Umbria, una de las siete regiones italianas en las que hay hoy convocadas elecciones para renovar sus Gobiernos regionales. Los otros territorios llamados a las urnas son Campania, Véneto, Toscana, Liguria, Las Marcas y Apulia. También se vota en un millar de municipios, entre los que destacan Venecia y Trento.
Aunque está inhabilitado para ejercer cargos públicos hasta noviembre de 2019, el ex «Cavaliere» se ha multiplicado estos últimos días para tratar de demostrar que sigue siendo el patrón de la derecha, una posición cada vez menos clara por cómo le está comiendo el terreno Matteo Salvini. El joven y nuevo líder de la Liga Norte ha hecho de la xenofobia una herramienta cotidiana del debate político consiguiendo que su formación supere a FI en intención de voto, según los últimos sondeos.
Berlusconi espera que los candidatos de la derecha, ya sean liguistas o de su partido, se hagan con al menos tres de las regiones en juego: Véneto, Liguria y Umbria. Si sólo los cuatro restantes Gobiernos regionales acabaran en manos de la izquierda, el magnate está convencido de que las elecciones tendrán consecuencias para el Gobierno de Matteo Renzi. El propio primer ministro ha limitado estos últimos días su optimismo, pasando de augurar un 6-1 para la izquierda a un 4-3. «Me pregunto lo que entiende Renzi por una derrota», aseguraba Berlusconi. «Antes ostentaba seguridad y ahora cada vez lo veo más preocupado. Sus enemigos internos y tantos que en el Partido Democrático le apoyan sólo por interés podrían hacerle pagar cara una derrota», explica.
La última fase de la campaña ha quedado marcada por la presentación el pasado viernes de la llamada lista de los «impresentables», realizada por la comisión parlamentaria antimafia. El elenco recoge los nombres de candidatos de diversas formaciones que, según el código ético acordado por todos los partidos políticos, no deberían presentarse a unos comicios por los procesos que tienen abiertos debido a actividades delictivas ligadas a la mafia, como el lavado de dinero negro, la concusión o la usura.
Entre los 16 «impresentables» –12 en Campania y 4 en Apulia–, hay un pez gordo del Partido Democrático (PD), la formación de Renzi. Se trata de Vincenzo de Luca, antiguo alcalde de Salerno y candidato del partido gobernante en la región de Campania, a quien condenaron en primera instancia por abuso de poder. Renzi no ha tenido empacho en apoyarle durante toda la campaña, considerando la presentación de la lista dos días antes de las elecciones regionales una maniobra del sector del PD que trata de descabalgarle del poder.
«Me duele que se use la comisión antimafia, que es un valor para todos, de modo instrumental y para ajustar cuentas internas en un partido», se quejó el primer ministro. Dirigía sus críticas a la presidenta de la citada comisión, Rosy Bindi, una de las dirigentes de la formación izquierdista que más se ha opuesto a su liderazgo. Bindi se defendió asegurando que había llevado a cabo un trabajo «largo y escrupuloso» y que no provocaba «ninguna interferencia con la campaña electoral». De Luca, por su parte, anunció que iba a denunciarla por difamación, desafiándola además a mantener un debate público para ajustar cuentas. Más allá de las opiniones de unos y de otros, en la historia reciente de la política italiana no se recuerda un hecho como éste a unas horas de acudir a las urnas.
El escritor Roberto Saviano, autor de la celebérrima obra «Gomorra», denunciaba el pasado jueves en la presentación en Roma del último libro del ex presidente uruguayo José Mujica el supuesto doble rasero de algunos en el PD: «Criticaban a Berlusconi porque concurría a las elecciones mientras tenía procesos abiertos y ahora presentan a De Luca intentando hacer ver que no pasa nada». El jaleo provocado por la lista de los «impresentables» beneficia, cómo no, al ex «Cavaliere», quien tal vez hoy se pille a los 78 años la que, según dice, sería la primera borrachera de su vida.
✕
Accede a tu cuenta para comentar