Política

Roma

Italia se asoma de nuevo al abismo

El primer ministro, Enrico Letta, se niega a dimitir e insta a Renzi a que le arrebate hoy su puesto. La guerra fratricida en la izquierda italiana deja al Gobierno en la cuerda floja

El primer ministro italiano Enrico Letta comparece en una rueda de prensa en el palacio Chigi en Roma
El primer ministro italiano Enrico Letta comparece en una rueda de prensa en el palacio Chigi en Romalarazon

Por primera vez desde tiempos inmemoriales, el destino de Italia está en manos de una persona de menos de 40 años. Se llama Matteo Renzi, es el secretario general del izquierdista Partido Democrático (PD) y hoy podría hacerse con las riendas del Gobierno.

Por primera vez desde tiempos inmemoriales, el destino de Italia está en manos de una persona de menos de 40 años. Se llama Matteo Renzi, es el secretario general del izquierdista Partido Democrático (PD) y hoy podría hacerse con las riendas del Gobierno. Lo haría a costa de un miembro de su propia formación, el primer ministro Enrico Letta, quien tras mantener ayer con él una infructuosa reunión, decidió aguantarle el pulso y no brindarle la dimisión. Si Renzi quiere ser el próximo jefe del Ejecutivo italiano, le tocará fulminar a su rival en el encuentro de la cúpula del PD que se celebra esta mañana en Roma. Sería el tercer primer ministro consecutivo que tiene Italia sin haber pasado por las urnas, tras Mario Monti y el propio Letta, un dudoso honor que tal vez haga que el joven alcalde de Florencia se lo piense dos veces antes de defenestrar a su enemigo íntimo. El jefe de Gobierno es un tipo hábil. Respondió al acoso presentando ayer su propuesta para relanzar su Gabinete y reformar el país. Las promesas de cambio suenan siempre manidas en boca de un político italiano, pero en el caso de Letta, que ha tenido una actuación aceptable en los diez meses que lleva en el poder, no desentonaron del todo. Con esta iniciativa lo que pretendía era trasladar la pugna del terreno personalista al de las ideas. «Las dimisiones no se dan por maniobras de palacio, o porque una información dice esto o aquello. Yo pienso que el respeto a las instituciones quiere decir que cada uno debe pronunciarse explícitamente. Cada uno debe decir lo que quiere hacer, sobre todo quien quiere venir aquí a mi puesto», dijo Letta al explicar su iniciativa de reformas. «Cada uno de nosotros debe jugar absolutamente con las cartas descubiertas». «Compromiso Italia», como ha bautizado a su propuesta para formar un nuevo pacto de coalición entre los partidos que sostienen a su Gobierno, estará mañana sobre la mesa de la reunión de la dirección ejecutiva del PD. El «premier» italiano se mostró dispuesto a confrontar sus ideas con las de Renzi para no convertir esta nueva crisis política en un pulso entre ambos. Advirtió, eso sí, del riesgo que afronta Italia por estos vaivenes: «Después de tres años, hemos empezado un año sin tener encima la crisis y la emergencia financiera. No pongamos todo patas arriba por nuestras cosas. Sería un error. Ahora tenemos la ocasión para hacer que nuestro país crezca».

A Letta no le faltó el humor para describir cómo se siente. Confesó que desde que nació el Gobierno de coalición la pasada primavera, se han sucedido tantas crisis que «vive cada día como si fuera el último». «Son muchos los que han querido echarme», recordó en referencia a la moción de censura presentada por Bersluconi. Respondió a continuación a Renzi, quien en un programa de televisión comentó que había que crear la etiqueta en la red social Twitter «Enrico, estate tranquilo». Propuso que la etiqueta ahora debía ser «No estoy sólo sereno, sino también zen» y bromeó: «Tras esta experiencia, podría incluso enseñar prácticas zen en algún monasterio oriental».

También se refirió a las quinielas con los nombres de los posibles ministros que estaría pensando nombrar Renzi. Dijo que él estaba en el Gobierno para «hacer cosas» y subrayó que «sus perspectivas personales» no contaban nada en esta crisis política. «Yo estoy aquí por un profundo apego a las instituciones. Por eso nació este Gobierno», añadió.

En su comparecencia ante los periodistas para presentar su batería de propuestas, Letta se refirió al encuentro que mantuvo por la mañana con Renzi: «Como decís vosotros, ha sido franco, cada uno ha hecho sinceramente sus valoraciones y presentado sus puntos de vista». Que la reunión no había ido bien para los intereses del primer ministro quedó claro cuando se vio al alcalde de Florencia abandonar el Palacio Chigi, sede de la presidencia del Gobierno, donde tuvo lugar la conversación, conduciendo un coche y sin querer hacer declaraciones a los medios, algo inusual en él. Luego escribió un mensaje en Twitter en el que anunciaba que explicaría todo hoy «a rostro descubierto», tras la reunión del socialdemócrata PD.

¿Tercer «premier» no electo?

A diferencia de las precedentes crisis políticas, ésta la está siguiendo como un espectador más el presidente de la República, Giorgio Napolitano. Se reunió el lunes con Renzi y el martes con Letta y tras hablar con ambos dijo que el problema debía ser resuelto por el Partido Democrático. Es el principal partido del país el que tiene que decidir a quién quiere tener en el Gobierno. Ayer, cuando le preguntaron que si la pelea entre los dirigentes izquierdistas acabaría con la convocatoria de elecciones anticipadas, contestó que era una «tontería» pensar en una cita anticipada con las urnas. El resto de partidos observa la pugna en el PD a la espera de lo que se decida hoy. El derechista Angelino Alfano, socio de Letta en el Ejecutivo, está dispuesto a apoyar a Renzi. Lo mismo ocurre con el otro miembro de la coalición, Elección Cívica, e incluso con la Liga Norte, que podría sostener a un Gobierno liderado por Renzi.