Estados Unidos
Biden se une a los piquetes de la huelga en la industria del motor en Detroit
El presidente de EEUU se posiciona con los obreros mientras la industria automotriz se queja de que ha perdido cuota de mercado mientras crece el coche eléctrico
No es nada habitual que un presidente de Estados Unidos se una a una huelga de trabajadores como piquete, pero con Joe Biden es distinto. El inquilino de la Casa Blanca participará este martes en un paro en Detroit convocado por el poderoso sindicato United Auto Workers, donde miles de empleados han paralizado su actividad en demanda de mejores salarios en una protesta que se ha extendido por todo el país y que afecta a trabajadores de Ford, General Motors y Stellantis, consideradas las "Tres Grandes de Detroit".
Biden, que le gusta definirse como el presidente más prosindical, visitará a los trabajadores en huelga, pero no será el único candidato presidencial que realizar esta visita. Donald Trump también se reunirá esta semana con obreros del sector automovilístico de Michigan, donde ganó en 2016 (Biden lo hizo en 2020) en lo que parece una competición entre los dos aspirantes en los comicios de 2024. Cabe recordar que Trump aún está inmerso en el proceso de primarias para elegir a la persona que luchará por la Casa Blanca.
La huelga, que entró este lunes en su segunda semana, comenzó después de que los líderes sindicales no pudieran llegar a un acuerdo sobre un nuevo contrato con Ford, General Motors y Stellantis. Los trabajadores del sindicato automovilístico quieren aumentos salariales para frenar la pérdida de poder adquisitivo por la elevada inflación. También quieren más tiempo libre remunerado y beneficios en la pensión, pero sobre todo exigen la eliminación de la doble escala salarial para que los nuevos empleados ganen lo mismo que los más veteranos y garantías para la transición hacia el coche eléctrico. Como demanda secundaria está la semana laboral de cuatro días y 32 horas a cambio del salario de una semana laboral de cinco días y 40 horas.
Unas demandas que chocan con las pretensiones de los grandes fabricantes, que han perdido cuota de mercado por la competencia de los coches extranjeros, la falta de innovación y la transición hacia otro modelo energético. Tras la crisis financiera de 2008, algunas empresas automotrices fueron rescatadas y reestructuradas con el cierre de plantas y recortes de costes.
Los paros dirigidos por Shawn Fain -el primer presidente del sindicato elegido en votación por todos sus miembros y no a través de delegados- se han extendido a otras plantas de Estados Unidos y ya hay 18.600 de los 146.000 trabajadores del sector sindicados en huelga después de que el presidente del sindicato, Shawn Fain, decidiera ampliar las acciones a 41 instalaciones.
El apoyo de Biden a los trabajadores es visto en EEUU se produce cuando el gobierno y la industria se encuentran envueltos en un proceso para fomentar una transición hacia la producción de vehículos eléctricos. El presidente quiere el repunte de los beneficios de las empresas automovilísticas deberían traducirse en más contratos con mejores salarios y beneficios para los trabajadores.
Trump visitará este miércoles la ciudad de Detroit pero el presidente del sindicato UAW no parece entusiasmado con la visita del magnate, a quien ha criticado durante y de quien ha dicho que una segunda presidencia de Trump sería un “desastre”. "En lugar de apoyar a los trabajadores, Trump recortó los impuestos para los súper ricos mientras las compañías automotrices cerraban sus puertas y enviaban empleos estadounidenses al extranjero”, dijo el portavoz de la campaña de Biden, Ammar Moussa.
En el pasado, Trump se ha erigido como líder de la clase trabajadora. Durante la campaña presidencial de 2016 pasó gran parte del tiempo en el denominado cinturón industrial "Rust Belt". El ex presidente ha acusado a Biden de intentar arruinar la industria automotriz a través de su impulso a los vehículos eléctricos.
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