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Kenyatta será investido presidente de Kenia, sin reconocimiento de la oposición

Hace una semana, el Tribunal Supremo validó su victoria en las elecciones del 26 de octubre pasado al descartar los recursos que se habían presentado contra el resultado

Uhuru Kenyatta, en una imagen de archivo
Uhuru Kenyatta, en una imagen de archivolarazon

Tras meses de polémica y de vaivenes judiciales, Uhuru Kenyatta tomará posesión mañana de su cargo como presidente de Kenia para su segunda legislatura al frente del país, aunque la oposición y sus seguidores siguen negándose a reconocerlo como legítimo jefe de Estado.

Tras meses de polémica y de vaivenes judiciales, Uhuru Kenyatta tomará posesión mañana, martes, de su cargo como presidente de Kenia para su segunda legislatura al frente del país, aunque la oposición y sus seguidores siguen negándose a reconocerlo como legítimo jefe de Estado.

Hace una semana, el Tribunal Supremo validó su victoria en las elecciones del 26 de octubre pasado al descartar los recursos que se habían presentado contra el resultado, entre los que no estuvo el de la principal coalición opositora, la Súper Alianza Nacional (NASA, siglas en inglés).

Al contrario que tras las elecciones del 8 de agosto, y pese a que en aquella ocasión el Supremo le dio la razón, la NASA, guiada por su líder, Raila Odinga, ha preferido librar una batalla política que ha agravado la ya tensa situación social en el país.

La falta de diálogo y acuerdos entre ambas partes ha provocado que la NASA amenazase con proclamar presidente a Odinga en una ceremonia alternativa, si Kenyatta tomaba posesión de su cargo, basándose en unos resultados de los comicios de agosto supuestamente obtenidos de los servidores de la Comisión Electoral que ellos consideran los únicos verdaderos.

La oposición ni siquiera reconoce la votación del 26 de octubre como elecciones legítimas, ya que Odinga retiró su candidatura y pidió a sus votantes que boicotearan las elecciones, lo que resultó en un acusado descenso en la participación, que pasó del 79,5 % de agosto al 38,9 %, y en una victoria aplastante de Kenyatta con más del 98 % de los sufragios.

Pese a que la NASA haya anunciado un «movimiento de resistencia nacional» y unas «asambleas populares» con las que pretende presionar al Ejecutivo para que convoque unas nuevas elecciones con las garantías democráticas que exigen, Kenyatta ha intentado proyectar una imagen de normalidad en todo momento.

El conflicto no podrá durar demasiado tiempo: buena parte de los bastiones opositores son zonas deprimidas del país en las que se vive con menos de dos dólares al día y a las que la ralentización de la economía por el proceso electoral -y por el boicot a varias empresas anunciado por la NASA- no hace ningún favor.

No obstante, Odinga, de 72 años, sabe que está ante su última oportunidad de cumplir su sueño de ser presidente y está poniendo toda la carne en el asador y continúa arengando a sus seguidores para que protesten contra Kenyatta en unas manifestaciones que ya han causado decenas de muertos a manos de una Policía que ignora los llamamientos a la contención de asociaciones pro derechos humanos.

De cara a la ceremonia de mañana, es previsible que el líder opositor ignore la invitación a asistir que el presidente le extendió, pero sí se espera a unos 20 jefes de Estado extranjeros y a más de 1.600 «personas importantes» en el estadio Kasarani de Nairobi, con capacidad para 60.000 espectadores.

El acto costará a las arcas públicas unos 300 millones de chelines (2,9 millones de dólares, 2,4 millones de euros), y también servirá para que el vicepresidente, William Ruto, tome posesión de su cargo. EFE