Internacional
La congresista Tlaib rehúsa el permiso de Israel para viajar al país
La demócrata de origen palestino no acepta las «opresivas condiciones» impuestas por Netanyahu para visitar a su abuela
La demócrata de origen palestino no acepta las «opresivas condiciones» impuestas por Netanyahu para visitar a su abuela.
En un doble inesperado giro de guión, finalmente la congresista norteamericana musulmana Rashida Tlaib no aterrizará en el aeropuerto de Ben Gurión a las afueras de Tel Aviv. Tras leer ayer el comunicado del Ministerio del Interior israelí en que Arieh Dery prohibía la entrada al país de las integrantes del Partido Demócrata Ilhana Omar y Rashida Tlaib, esta última escribió a última hora una respuesta a Dery: «Quiero pedir mi admisión a Israel para visitar a mis familiares, en especial a mi abuela, que tiene 90 años. Puede ser mi última oportunidad de verla. Aceptaré cualquier restricción y no promoveré el boicot a Israel durante mi estancia», suplicó.
Ambas congresistas tenían previsto aterrizar este fin de semana para visitar Jerusalén y Cisjordania. De entrada, las autoridades israelíes tenían previsto aceptar su acceso al país, pero tras las presiones recibidas desde Washington –Trump tuiteó que Israel mostraría una gran debilidad, y que ambas «odian a Israel y a todo el pueblo judío»– el Ejecutivo de Benjamin Netanyahu formalizó el veto.
Inesperadamente, el ministro Dery dio macha atrás y aceptó que la norteamericana de raíces palestinos visitara a sus familiares. «Aprobé su petición como un acto de buena fe basado en motivos humanitarios, pero se trata de un requerimiento provocativo, con la intención de dañar a Israel», aseguró. Según medios israelíes, Tlaib mandó su petición tras enterarse de que su abuela se derrumbó al escuchar que no vendría a visitarla.
La trama se complicó aún más cuando se conoció que Tlaib aceptó las condiciones de visita impuestas por Israel, factor que levantó duras críticas de grupos palestinos por su «rendición». «Lo más indignante es que Rashida Tlaib cayó en la trampa y aceptó arrastrase», protestó Nour Odeu de la ONG Miftah, que tenía previsto organizar la visita de las congresistas demócratas. Y añadió: «Israel es el opresor y su actitud racista hacia los palestinos es una política establecida. Rashida debería saberlo de antemano».
Tras la tormenta desatada, la congresista emitió su decisión final. «Silenciarme y tratarme como una criminal no es lo que mi abuela espera de mí. Decidí que visitarla bajo estas condiciones opresivas va en contra de los valores que defiendo», declaró la congresita demócrata.
Desde Biet ur al-Fouqa, su tío Bassam Tlaib declaró en una entrevista al canal i24news que «nuestro pueblo está muy orgulloso de que se convirtiera en la primera parlamentaria palestina en el Congreso de EE UU y de sus esfuerzos por querer visitarnos». Pero finalmente Rashida Tlaib no se reencontrara con los suyos.
Pero no se tiene noticia de que un presidente de los EE UU haya instado a otro Estado a que sancione a dos estadounidenses, informa Julio Valdeón. No digamos ya a dos congresistas. «Israel mostraría una gran debilidad si permiten la visita de los representantes y Taib», escribió en Twitter. «Odian a Israel y a todo el pueblo judío, y no hay nada que pueda decirse o hacerse para que cambien de opinión. Minesota y Michigan tendrán dificultades para volver a ponerlos en el cargo. ¡Son una desgracia!».
Para Trump, las dos congresistas son el «rostro del Partido Demócrata». Y ésa, seguramente, es la clave. Convertir a Omar y Tlaib, mucho más extremistas y bisoñas que un rival como Joe Biden, en la diana electoral.
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