Italia

La dimisión de una ministra pone en aprietos a Renzi

Federica Guidi renuncia a su cartera por un caso de tráfico de influencias. La oposición amenaza con una moción de censura en el Senado italiano.

La salida de Guidi se produjo tras publicarse una llamada con su pareja imputada
La salida de Guidi se produjo tras publicarse una llamada con su pareja imputadalarazon

Federica Guidi renuncia a su cartera por un caso de tráfico de influencias. La oposición amenaza con una moción de censura en el Senado italiano

Segundo caso de conflicto de intereses, en cuestión de meses, para un miembro del Gobierno italiano presidido por Matteo Renzi. Primero fue Maria Elena Boschi, ministra de Reformas Constitucionales, hija de un ex directivo de Banca Etruria, una entidad rescatada por el Ejecutivo de Renzi en 2015. Ahora es el turno de Federica Guidi, ya ex ministra de Desarrollo Económico, quien, aun no siendo imputada ni investigada, ha tomado la decisión por cuenta y riesgo de finalizar su recorrido en el actual Gobierno transalpino. Lo cierto es que, mientras Boschi sigue actualmente en el consejo de ministros de Renzi, nadie le había pedido a la ex ministra Guidi que se marchara, pero ha preferido adelantarse a los acontecimientos y tomar el camino de la renuncia. Todo surge a partir de una investigación de la fiscalía de Potenza (Italia) con la Policía de Estado italiana; relacionada con la gestión de las basuras en la sureña región de Basilicata.

Guidi, y, más concretamente, el Gobierno de Renzi, se han visto tocados por la investigación debido a una escucha telefónica. Esta se realizó a Gianluca Gemelli, pareja de la ministra e imputado, hace ya unos meses, el pasado 13 de diciembre. En la conversación se oye cómo Federica Guidi tranquiliza a su novio: «Podríamos conseguir introducir la enmienda en el Senado. También está de acuerdo Maria Elena [Boschi, ministra de Reformas Constitucionales]...», pronunciaba la ya ex ministra Guidi. Así pues, la enmienda en cuestión de la reciente «Ley de Estabilidad» del Gobierno Renzi habría favorecido positivamente a la actividad empresarial de Gianluca Gemelli. La ex mandataria no ha sido en ningún momento imputada, no obstante su decisión final de apartarse del Ejecutivo italiano está motivada por un claro deseo de evitar un conflicto de intereses.

«Por lo menos hoy vemos, respecto a otras épocas, que las dimisiones son posibles», comentan con cierta mordacidad, en los debates televisivos de estos días, los parlamentarios del Partido Democrático afines al presidente del gobierno Matteo Renzi; haciendo alusión a otros casos relacionados con los ejecutivos de Mario Monti o Silvio Berlusconi. «Cuando yo era alcalde de Florencia», ha afirmado Renzi mientras se encontraba de visita oficial en Estados Unidos, «pedí las dimisiones de la ministra Cancellieri [del Gobierno Monti] por una llamada inoportuna, y las dimisiones no llegaron». Y añade: «Nosotros actuamos de otro modo. Algo ha cambiado, Italia ya no es la de hace un tiempo». Según el presidente del Ejecutivo itáliano «hoy, por una llamada inoportuna, se dimite». La ex ministra le ha explicado su decisión al primer ministro a través de una carta, en la que subrayaba su inocencia pero al mismo tiempo reconocía que debía dimitir.

La salida de la ministra motivan los ánimos de la oposición, que no va a perder la ocasión de desgastar la imagen de hacedor de Matteo Renzi. Así pues, el Movimiento 5 Estrellas de Beppe Grillo, la Liga Norte y Forza Italia (el partido de Berlusconi) presionarán estos días al Ejecutivo mediante mociones de censura. Tratarán de hacerlo en el Senado, allá donde el Partido Democrático de Renzi tiene una mayoría mucho más ajustada y le pondrían realmente en aprietos. Lo cierto es que este escándalo a saltado en el peor momento posible: con las elecciones locales de junio avecinándose y con la economía del país mostrando claros signos de debilitamiento. A partir de ahora, la atención de la oposición se centrará en la figura de Maria Elena Boschi, ministra de Renzi que, por segunda vez, tendrá que defenderse por un caso de conflictos de intereses.