Inmigración

Fin a la agonía del «Open Arms»: atraca en el puerto de Lampedusa tras 19 días

La Fiscalía de Agrigento (Sicilia) ordenó la incautación del barco humanitario español y el desembarco de los 83 migrantes que se encontraban a bordo.

Los migrantes desembarcan en Lampedusa / Reuters
Los migrantes desembarcan en Lampedusa / Reuterslarazon

La Fiscalía de Agrigento (Sicilia) ordenó la incautación del barco humanitario español y el desembarco de los 83 migrantes que se encontraban a bordo.

En el último momento, cuando el Gobierno español ya había decidido que el buque «Audaz» de la Marina española navegaría hasta Lampedusa para recoger a los migrantes del «Open Arms» y traerlos a Mallorca, un fiscal italiano dio un nuevo giro a la historia.

La Fiscalía de la ciudad siciliana de Agrigento –de la que depende Lampedusa– ordenó ayer la incautación del barco de la ONG española y el desalojo de los 83 migrantes que seguían a bordo. La decisión debía tomarse de modo «inmediato». Y a medianoche comenzó un desembarco que ponía punto final a una crisis que se ha prolongado durante 19 días con decenas de personas sin poder salir de la nave.

"Y por fin, después de 19 días cautivos en la cubierta de un barco, todas las personas a bordo pisarán tierra firme", han celebrado desde la ONG, que ha compartido un vídeo en el que los migrantes a bordo del barco celebraban la noticia.

El fiscal, Luigi Patronaggio, había acudido por la mañana hasta el «Open Arms» para analizar una situación que calificó de «explosiva». Más de una decena de migrantes se lanzaron al mar para intentar llegar a nado a las costas de Lampedusa, ubicada a unos 800 metros desde el barco.

A continuación, Patronaggio mantuvo una reunión con la Capitanería de Puerto de Lampedusa y varios médicos que examinaron a los migrantes. Días antes los doctores habían manifestado que no había una emergencia sanitaria, pero los últimos acontecimientos obligaron a ordenar el desembarco inmediato.

Como ya ha ocurrido con otros barcos de ONG que han desobedecido las órdenes del Gobierno italiano, la nave será confiscada. Según fuentes judiciales citadas por Efe, la sanción a la que se podrían enfrentar iría de seis meses a dos años debido a la omisión del deber «por razones de justicia o de seguridad pública, o de orden público o de higiene y salud». La citada agencia añade que ahora el barco deberá permanecer al menos dos semanas parado mientras se realiza esta investigación.

Se da la casualidad de que desde el «Open Arms» esperaban una decisión de la Fiscalía de Agrigento, a la que habían interpuesto una denuncia por un presunto delito de secuestro de personas. No estaba dirigida contra ninguna persona en concreto, aunque las miradas estaban puestas en el ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, quien se ha negado al desembarco en Italia. En el caso de la capitana del «Sea Watch 3», la alemana Carola Rackete, también la Fiscalía de Agrigento pedían para ella de 3 a 10 años de cárcel, aunque después los jueces la dejaron en libertad.

Salvini reaccionó a través de Facebook asegurando que «sería una burla que alguno esté trabajando para hacerlos desembarcar ahora después de haber convencido a España». El ministro también dejó abierta la posibilidad de que él mismo sea investigado por este caso y añadió «no tener miedo».

Con esta decisión de la Fiscalía se pone punto y fin a la crisis del «Open Arms» que derivó en sus últimos días en un enfrentamiento entre la oenegé, el gobierno de España y el propio Gobierno italiano con Salvini, a la cabeza. Cuando arrancó esta crisis, el Gobierno defendió que el puerto más seguro no se encontraba en España y que la respuesta debía proceder de la UE. Se negó en rotundo a actuar, al contrario del verano pasado, cuando recién asumido su cargo tras la moción de censura, se presentó como salvador de Europa y abrió el puerto valenciano al buque «Aquarius» de la oenegé Médicos Sin Fronteras.

Sin embargo, durante las tres semanas que ha durado la crisis, otra vez, el Ejecutivo actuó a golpe de tuit y sin previsión. En vez de liderar esa respuesta «conjunta y europea», tal y como defendió desde el principio, dejó pasar el tiempo hasta que la situación a bordo se tornó insostenible, obligándole a actuar de manera improvisada, como fue el anuncio de Algeciras como puerto seguro, sin ni siquiera contactar con la Junta o el alcalde de la ciudad.

Los enfrentamientos con la oenegé subieron de tono en los últimos días, mientras a bordo la situación empeoraba. La semana que el barco ha estado fondeado a 800 metros del puerto de Lampedusa, sin poder desembarcar a los migrantes, casi una veintena de ellos se lanzaron por la borda para tratar de llegar a nado y fueron rescatados por socorristas o la Guardia Costera y la mayoría de ellos trasladados a tierra.