Guerra en Yemen
La guerra de Yemen se enquista
El Estado Islámico mata a 70 reclutas en Adén mientras fracasan las conversaciones de paz
El Estado Islámico mata a 70 reclutas en Adén mientras fracasan las conversaciones de paz
El Estado Islámico (EI) ha vuelto a demostrar que aún sigue teniendo capacidad de atentar en cualquier lugar del mundo, a pesar de la pérdidas de terreno en Siria e Irak. Un brutal ataque suicida sacudió ayer la segunda ciudad de Yemen, bajo control de los leales del presidente del país, Abd Rabbo Mansur Hadi, quien permanece exiliado en Arabia Saudí. Un asaltante suicida con una furgoneta cargada de explosivos burló los controles de seguridad y penetró en un centro de reclutamiento en Adén donde detonó el coche bomba y mató a más de 70 personas, la mayoría jóvenes que iban a alistarse en la milicia progubernamental. La potente explosión destrozó el edificio e hirió además a cerca de un centenar de reclutas, según informaron las agencias.
La rama yemení de la organización terrorista se atribuyó la autoría del atentado, según publicó la agencia de noticias Amaq, altavoz del grupo yihadista para difundir sus mensajes. El EI ya ha realizado otros atentados suicidas en la ciudad portuaria de Yemen. El 23 de mayo murieron 42 aspirantes que iban a ingresar en el Ejército del país en sendos atentados. Los ataques sistemáticos a los centros de entrenamiento podrían poner en peligro la formación de nuevos soldados que están recibiendo entrenamiento por parte de Emiratos Árabes Unidos (EAU) desde hace unos meses.
Yemen, sumido en una cruenta guerra civil desde hace más de un año, se encontraba en un proceso de negociaciones de paz entre los rebeldes hutíes, que controlan la capital, Saná, y los leales al Gobierno de Hadi, reconocido internacionalmente.
Precisamente, la masacre yihadista de ayer en Adén responde al propósito de querer paralizar cualquier acercamiento entre los dos grupos rivales que protagonizan el conflicto yemení. Con el respaldo de los ataques aéreos de la coalición liderada por Arabia Saudí, las fuerzas leales a Hadi luchan contra los extremistas suníes y los rebeldes chiíes, respaldados estos últimos por Irán. Adén se encuentra en manos de las fuerzas progubernamentales desde julio de 2015, cuando la coalición saudí les ayudó a expulsar a los rebeldes hutíes.
La situación de caos e ingobernabilidad que vive el país más pobre del Golfo Pérsico está siendo aprovechada tanto por el EI como Al Qaeda en la Península Arábiga (AQPA) para ganar terreno en amplias zonas del sur y el sureste del país. En los últimos meses, alarmada por el avance de los yihadistas, la coalición liderada por Arabia Saudí ha intensificado sus bombardeos para frenarles y forzar su retirada. A principios de julio, las fuerzas gubernamentales, con el apoyo aéreo de la alianza árabe, desalojaron a los yihadistas de AQAP de la base militar aneja al aeropuerto de Adén, que habían logrado asaltar tras un ataque suicida.
Al igual que en Siria e Irak, la guerra en Yemen ha cobrado dimensiones regionales, donde se juegan los intereses entre las potencias suníes, Arabia Saudí y los países del Golfo e Irán. Riad acusa a Teherán de financiar y apoyar militarmente a los rebeldes hutíes que sacaron del poder al presidente Hadi a través de un golpe de Estado a finales de 2014.
Desde entonces, más de 6.600 yemeníes, la mayoría civiles, han muerto en el conflicto, y el 80% de la población ha huido de Yemen en busca de ayuda humanitaria, según denuncia Naciones Unidas. Amnistía Internacional ha acusado a ambos bandos de crímenes de guerra.
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