Papel
La letal metralla del Manchester Arena
Todo parece indicar que el explosivo era TATP, peróxido de acetona, conocido como la «madre de Satán»
Salman Abedi llevaba escondida la bomba en una mochila y la hizo estallar mediante un sistema de presión o alivio
Salman Abedi llevaba escondida la bomba en una mochila y la hizo estallar mediante un sistema de presión o alivio presión, según expertos antiterroristas consultados por LA RAZÓN. Basan su análisis en los datos que se van conociendo sobre la masacre de Manchester. Las fotografías que se han difundido sobre los restos del artefacto son las que permiten establecer dicha hipótesis. Se trataría de la segunda ocasión en que un terrorista suicida utiliza una mochila-bomba en los últimos tiempos en Europa. En julio, otro miembro del Estado Islámico hizo estallar un artefacto de este tipo en Ansbach (Alemania), donde se celebraba un festival de música.
Abedi, según confirmó el ministro del Interior francés, había estado recientemente en Siria. Allí fue donde aprendió a confeccionar la bomba, cuya elaboración es relativamente sencilla. Todo parece indicar que el explosivo era TATP, peróxido de acetona, conocido como la «madre de Satán», que en algunos casos puede ser más potente que el TNT. Los materiales y la metralla (tornillos, clavos y tuercas) iban alojados en un recipiente metálico en el que también se había colocado el sistema de activación. Consiste en un detonador alimentado por una pila o batería de los que salen dos cables que deben separarse hasta el atentado.
Estos terroristas suelen utilizar dos tipos de sistemas para producir la deflagración del artefacto: el de presión –se aprieta un mecanismo y se cierra el circuito– o bien de alivio presión, en que el circuito está cerrado y la electricidad no pasa hasta que el yihadista suelta el mecanismo correspondiente. Según algunas fotografías en poder de los investigadores, Abedi llevaría el tirador en su mano izquierda. La bomba, una vez conseguidos todos los materiales pudo haber sido montada en su piso o en el de otros miembros de su célula.
Al provocar la explosión en la entrada, se produjo, el «efecto túnel», que multiplica la acción de la onda expansiva y, por lo tanto, los daños que puede causar en las personas. Cuanto más cerca se está del foco de fuego, mayor es la posibilidad de fallecer. El elevado número de personas asesinadas y heridas acredita que el terrorista había sido aleccionado para elegir precisamente el lugar exacto para hacer explotar la mochila bomba con el mayor daño posible. Se sabe, por las fotografías que se han difundido, que la mochila era de color negro de la marca Karrimor, una empresa de prendas deportivas británica fundada en 1946.
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