Política

Venezuela

La oposición cambia de estrategia para volver a tomar la calle

El miedo a un estallido social ha contenido a los partidos contrarios a Nicolás Maduro

La Razón
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Pese al descontento popular, la oposición venezolana no conseguía convocar una gran multitud desde 2014, en parte, según analistas, por el miedo a un estallido de violencia, como en aquellas manifestaciones que exigían la salida de Maduro y que dejaron 43 muertos.

Pese al descontento popular, la oposición venezolana no conseguía convocar una gran multitud desde 2014, en parte, según analistas, por el miedo a un estallido de violencia, como en aquellas manifestaciones que exigían la salida de Maduro y que dejaron 43 muertos. Pero la estrategia ha cambiado: es la hora de tomar las calles. Así lo demostraron durante la marcha del 1 de septiembre, un éxito que esperan se repitan en las sucesivas marchas. Y parece que el ritmo no se detendrá. La misión es tumbar a Maduro en las urnas y evitar el estallido social. «La oposición tiene el balón y se adentra al campo del adversario», opina para LA RAZÓN el analista Luis Vicente León, de la firma Datanálisis, quien se pregunta si «el Gobierno entenderá que seguir arrinconando a la mayoría es una bomba de tiempo. El éxito de la marcha es de articulación a futuro». En la misma línea, Diego Moya–Ocampos, del IHS Markit Country Risk, considera esta marcha como el «termómetro para medir la capacidad de convocatoria de la oposición».

Por el contrario, el analista Alberto Aranguibel sostiene que «la derecha ha querido hacer ver al mundo que en Venezuela se vive una brutal dictadura y, tras la movilización sin contratiempos, se demostró de manera irrefutable lo contrario». Aranguibel aclara que el supuesto retraso en las fechas para activar el revocatorio al que aspira la oposición no es sino culpa de la MUD, porque es la que obliga al Poder Electoral a realizar cada vez más auditorías a los procesos con su constante acusación de fraude en todas las elecciones en las que la derecha es derrotada.

Sin embargo, ocho de cada diez venezolanos quieren un cambio de Gobierno, según Datanálisis. Golpeada por la caída de los precios del petróleo, Venezuela sufre una crisis abrumadora. La coalición opositora, la MUD asegura que el referendo es una «válvula de escape», que sólo cambiando al Gobierno y a su modelo socialista se acabará la crisis. Maduro denuncia una «guerra económica» de empresarios de derecha y una «conspiración» de la oposición «fascista» aliada con Washington.

Según Venebarómetro, el 64% de los electores votaría por revocar al presidente en la aún hipotética consulta, porque no parece que éste vaya a suavizar su discurso ni acciones. Si hubiera choques tendría la excusa perfecta para reprimir y acusar a la oposición de golpista. Sin otras armas que la protesta pacífica, los venezolanos sólo pueden seguir clamando hasta que el grito sea tan fuerte que derrumbe los cimientos del chavismo.