Política

El Futuro de Venezuela

La vida en Venezuela es un infierno

Amnistía Internacional cita 8.292 ejecuciones extrajudiciales en el país, convertido en el segundo más violento

Dos agentes de la seguridad del Estado durante una redada en un barrio de Caracas / Reuters
Dos agentes de la seguridad del Estado durante una redada en un barrio de Caracas / Reuterslarazon

Amnistía Internacional cita 8.292 ejecuciones extrajudiciales en el país, convertido en el segundo más violento.

A falta de cifras oficiales, el nuevo informe de Amnistía Internacional (AI) sobre Venezuela es lapidario. Revela un país sumido en el caos donde impera la ley del plomo. Con un escenario de pobreza, hambruna y, sobre todo, violencia desenfrenadas. Datos estremecedores que se traducen en sufrimiento para la población civil, la cual se encuentra atrapada en una realidad sin sentido. En el cementerio de Este (Caracas), Ramiro enciende una vela a la corte de Malandros. Una zona peligrosa donde los delincuentes piden a sus santos antes de emprender fechorías. Ramiro es un secuestrador, que retiene a sus víctimas durante días mientras pide sumas que oscilan entre los 20.000 y 30.000 dólares antes de soltarlos o en ocasiones, matarlos. «Antes era más fácil, pero ahora es incluso complicado conseguir víctimas cuyos familiares dispongan de efectivo», afirma consternado. «Buscamos a aquellos que tienen el caballito bordado en el polo, que van bien arregladitos. Con la Policía no hay problema, los tenemos en nómina, pero hay competencia y nos tenemos que cuidar entre nosotros. Puede haber trifulcas en el barrio», aclara.

Según el documento de Amnistía, hubo 70 homicidios por cada 100.000 habitantes en 2016, equivalente a 21.752 homicidios en todo el año. Otro dato espeluznante: entre 2015 y junio del año pasado se registraron 8.292 presuntas ejecuciones extrajudiciales. El 22% de los asesinatos fueron a manos de funcionarios de seguridad, equivalente a 4.667 homicidios. En este recuento están recogidas las protestas que sacudieron Venezuela durante casi seis meses y en donde la Guardia Nacional Bolivariana actuó como brazo ejecutor del Estado.

Venezuela es el segundo país del mundo con mayor tasa de homicidios en 2017 (primero Siria). Además, el 60% de las víctimas tenían entre 12 y 29 años. Eran jóvenes y murieron en presencia de sus familiares o en operativos de seguridad. «El Gobierno del presidente Nicolás Maduro debe garantizar el derecho a la vida. Todos los jóvenes en situación de pobreza deberían tener igualdad de oportunidades para su futuro y no vivir con el temor de que policías o militares los vean como enemigos que deben erradicar», dijo ayer en Buenos Aires, Erika Guevara Rosas, directora de AI para América.

Volvemos al cementerio. A pocos metros de la corte de Malandros, Rosa llora a sus muertos, o lo que queda de ellos. Un palero –una religión que utiliza los huesos de los cadáveres para comunicarse con ellos y pedirles favores–, ha profanado la tumba de su hijo, el cual murió en un tiroteo. La losa yace partida en dos, las flores se encuentran marchitas. «Ya no hay respeto ni por los caídos. Si no pago un soborno a los cuidadores te abren todo, hasta para esto hay corrupción», dice. «Mi hijo era inocente y murió por una bala perdida. Cuando fui a la fiscalía vi informes archivados. La Policía vino al entierro y se ofrecieron para ajusticiarlo. Osea, que sabían donde estaba. Como no pagué, no hicieron nada», exclama.

Ver a la gente comer de la basura se ha vuelto una triste y clásica postal de Caracas. En el barrio de las Mercedes, Daniela espera pacientemente frente a un acomodado hotel, hoy en decadencia, a que saquen los desperdicios. Es una de las esquinas más codiciadas, asegura. «Aquí ha habido incluso cuchilladas para conseguir las mejores partes».

Amnistía también refleja esta situación en el informe. El 98% de los casos de violaciones a derechos humanos quedan impunes (no hay condena). No hay cifras oficiales de homicidios, es la manera de invisibilizar el horror. El texto advierte de que el 87% de las personas en Venezuela vive en situación de pobreza. Y que hubo un 2.600% de inflación hasta finales de 2017 (estimación del FMI). Para este año se espera que alcance 1.000.000% A esto hay que sumar un 85% de desabastecimiento de medicinas. La investigación finaliza con las cifras del éxodo: según la ONU, al menos 2,3 millones de personas han salido de Venezuela en tres años.