Derechos Humanos
La voz de los yazidíes
Nadia Murad se libró de la garra del Estado Islámico tras ser secuestrada y violada sistemáticamente (individual y colectivamente) durante tres meses, y desde entonces no ha dejado de alzar la voz por las minorías religiosas en Oriente Medio como la suya. Los yihadistas del Daesh perpetraron todo tipo de atrocidades contra su pueblo en 2014. En cuestión de días, 3.100 yazidíes de Sinyar, al oeste de Mosul, fueron asesinados y 6.800 personas fueron secuestradas y vendidas como esclavas sexuales de los yihadistas o convertidos (la mayoría niños) en combatientes. Antes de ser capturada con tan sólo 19 años, Nadia Murad vio como el EI mataba a su madre y a seis de sus hermanos. Ayer la activista participó en la inauguración de la Conferencia internacional sobre víctimas de violencia étnica y religiosa en Oriente Medio, celebrada en el Palacio de El Pardo y se reunió con el ministro de Exteriores, Alfonso Dastis. Murad recordó que, aunque ella logró huir, todavía hay cientos de yazidíes que siguen sometidos al EI o «las fuerzas del mal», como ella califica a los yihadistas, a quienes acusa de haber cometido genocidio. Alemania le abrió las puertas otorgándole asilo y ella decidió no cerrarse y compartir su abominable experiencia para ayudar a los suyos. El año pasado, el Parlamento Europeo le concedió el Premio Sajarov.
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