Elecciones en Estados Unidos

Los atentados en París se vuelven contra Clinton en la carrera presidencial

El senador Bernie Sanders y Hillary Clinton, en el debate del sábado
El senador Bernie Sanders y Hillary Clinton, en el debate del sábadolarazon

Sus rivales demócratas aprovechan la matanza terrorista para culparla del auge del Estado Islámico por su apoyo a la guerra de Irak.

Habían decidido incluir la cuestión del terrorismo después de los atentados yihadistas del viernes de París. Y la candidata demócrata Hillary Clinton quería mostrar sus dotes en política exterior y llevar a cabo una clase magistral sobre este asunto. El debate empezó con Clinton, el senador Bernie Sanders y el gobernador Martin O’Malley guardando silencio en memoria de las víctimas del ataque.

En cambio, el plan le salió mal prácticamente desde el principio a la ex secretaria de Estado, sobre todo cuando tuvo que abordar la falta de estrategia para la posguerra de Libia y la subestimación del Estado Islámico. Sanders y O’Malley se lanzaron contra Clinton, aunque fueron cautos. Parecía fuera de lugar ir contra la ex jefa de la diplomacia de forma agresiva después de lo ocurrido en París. Aun así, criticaron las decisiones de Clinton en política exterior, incluido el apoyo en 2002 a la invasión de Irak. Sanders no dudó en vincularla con el ascenso del EI. Mientras, O’Malley criticó la política del presidente Barack Obama en Oriente Medio. «Libia es un desastre. Siria es un desastre. Irak es un desastre. Afganistán es un desastre», indicó O’Malley.

Pareció que a Clinton no le quedó más remedio que respaldar la estrategia del presidente de EE UU en la lucha contra este grupo terrorista en el debate demócrata de Des Moines (Iowa). Todo a pesar de que después tendrá que modificar este discurso en caso de que se convierta en la candidata demócrata en las presidenciales de 2016. Uno de los riesgos será que el electorado contemple la propuesta de este aspirante como la tercera legislatura de Barack Obama.

Poco le faltó a Clinton para llamar a sus oponentes inocentes, al tiempo que citó una serie de circunstancias que han llevado a los lugares citados al presente que sufren. «Si vamos a abordar los problemas del terrorismo yihadista, necesitamos entender y darnos cuenta de los antecedentes de lo que ha ocurrido en Irak», recordó Clinton, que se puso más a la defensiva conforme se desarrollaba el debate. Además, entre los ataques, tuvo que responder a su relación con Wall Street, al tiempo que Sanders y O’Malley criticaron que sus propuestas no son lo suficientemente duras contra los excesos de la Bolsa de Nueva York que llevaron a la crisis de 2008. «Vamos a no ser inocentes. ¿Por qué durante su carrera Wall Street ha sido uno de los grandes donantes?», planteó Sanders en referencia a que es la política que más donaciones ha recibido de Wall Street, junto con el republicano Jeb Bush.

Otro de los asuntos delicados de la velada fue cuando la ex primera dama tuvo que responder a si Estados Unidos está en guerra con el «islam radical». «Tenemos que acercarnos a las naciones musulmanes. Tenemos que hacerles parte de nuestra coalición. Si escuchan que los que nos presentamos a la Presidencia estamos en contra del islam. (...). Eso fue una de las grandes contribuciones, a pesar de todos los problemas, que hizo George W. Bush después del 11 de septiembre, cuando dijo después de ir a una mezquita en Washington: ‘‘No estamos en guerra contra el islam o los musulmanes’’», recordó Clinton de la visita del presidente republicano tras los ataques contra las Torres Gemelas y el Pentágono.

«Estamos en guerra contra el extremismo violento. Estamos en guerra con la gente que utiliza la religión para sus propósitos de poder y opresión. Y, sí, estamos en guerra con esa gente», indicó Clinton, que, en cambio, fue incapaz de proporcionar detalles de cómo lucharía contra el Estado Islámico. Con todo, reconoció que «esto no puede ser una lucha de los estadounidenses, aunque nuestro liderazgo es esencial».