Parlamento Europeo

Los choques este-sur amenazan los pilares de la UE

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, besa la mano de la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, besa la mano de la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherinilarazon

La fractura este-sur emerge con fuerza. Austria amenaza con un presidente de extrema derecha ante la repetición de elecciones, Luxemburgo pide que Hungría sea expulsada de manera temporal por su maltrato a los refugiados y Bruselas se muestra impotente ante la deriva autoritaria de Polonia

Tras la quiebra de Lehman Brothers en septiembre de 2008, la crisis financiera supuso un serio revés para el proyecto europeo. Después llegaron sus consecuencias en la economía real de los ciudadanos comunitarios con el desempleo masivo en países como España y la crisis de deuda, que puso en un importante brete la propia supervivencia del euro. Problemas importantes, pero que miraban hacia la misma dirección, con una Ángela Merkel que dirigía el rumbo de manera férrea aunque suscitara controversias en las economías periféricas de la zona euro.

Desde hace un año, el proyecto europeo se encuentra sumido en diferentes crisis entrelazadas: refugiados, terrorismo, relación con Rusia tras la anexión de Crimea, Brexit, posible ruptura del pacto migratorio con Turquía, auge de los populismos y un crecimiento económico que sigue siendo débil. En medio de toda esta maraña de grandes problemas y pocas soluciones, un eje franco-alemán con serias diferencias y sumido en sus propias preocupaciones nacionales ante la cercanía de los comicios y el cuestionamiento interno de sus líderes. Italia se enfrenta también este otoño a un referéndum con tintes plebiscitarios para la figura de Mateo Renzi, la debilidad económica portuguesa lleva a hablar de segundo rescate y Grecia sigue siendo un eterno interrogante.

La fractura este-sur emerge con fuerza. Austria amenaza con un presidente de extrema derecha ante la repetición de elecciones, Luxemburgo pide que Hungría sea expulsada del club comunitario de manera temporal por su maltrato a los refugiados (en octubre, este país someterá a referéndum el sistema de cuotas europeo) y Bruselas se muestra impotente ante la deriva autoritaria de Polonia. A finales de julio impuso un ultimátum de tres meses al país para que realice cambios en su legislación sobre el Tribunal Constitucional de la nación. El primer ministro húngaro, Viktor Orban, contraataca y afea a Luxemburgo sus tratos fiscales con multinacionales. En medio de esta guerra de todos contra todos, la cumbre de Bratislava que se producirá este viernes intentará marcar el camino antes de que tenga lugar el sesenta aniversario del Tratado de Roma en marzo. La UE se encuentra, como reconoce el propio presidente del Ejecutivo, ante una crisis existencial.