Grecia
Los griegos no podrán invertir en bolsa pero sí cobrar cheques
Los bancos abren hoy tras 21 días cerrados, pero mantienen el «corralito». Entra en vigor la subida del IVA, de hasta 10 puntos en bares y restaurantes
Los bancos de Grecia abrieron hoy después de tres semanas de cierre, para permitir realizar operaciones en ventanilla, aunque los controles de capital aún se mantienen.
Con la reapertura de los bancos tras más de veinte días con las persianas bajadas, Grecia vuelve hoy a una cierta normalidad de la que nunca salió del todo a pesar del corralito y la inestabilidad política. A primeras horas de la mañana, en Atenas no parecía que estuviera ocurriendo nada extraordinario, ya que a pesar de continuar bajo un control de capitales, las colas en los cajeros automáticos eran prácticamente inexistentes y no había tampoco aglomeraciones de gente dentro de las sucursales bancarias que acababan de abrir.En los bares y cafeterías de los alrededores, en cambio, así como en los comercios, se seguía viendo el acostumbrado trajín, con nacionales y turistas tomando su café y hablando en un ambiente distendido.
Justamente, todo ello el mismo día en el que tiendas y servicios ponían en marcha mecanismos para cobrar a partir de hoy la nueva tasa del IVA, que asesta, entre otros, un duro golpe a la restauración -que pasa del 13 % al 23 %- en plena temporada turística. Pero como ha venido ocurriendo repetidamente durante estos últimos meses, en más de un lugar se podía ver más periodistas que clientes, esperando que lo excepcional apareciera por alguna parte.
Con todo, Grecia parece hoy un poco más lejos de la amenaza constante de la salida del euro, fruto del acuerdo alcanzado el lunes pasado con los socios europeos y el cumplimiento a raja tabla por parte del Ejecutivo heleno de las condiciones impuestas por los acreedores. Entre ellas, la aprobación el miércoles en el Parlamento de un amplio paquete de reformas, que ha resquebrajado el partido de Gobierno, el izquierdista Syriza, y respecto al que el propio primer ministro, Alexis Tsipras, ha expresado sus reticencias. "No me parecen bien las medidas, en ningún caso, pero a la vez creo que es importante que vuelvan a abrir los bancos y se recupere la normalidad", dice a Efe Ilia, una abogada de 30 años, que considera que el pacto, aunque malo, era el precio a pagar para salvar la situación. "Es importante, porque necesitamos que el dinero fluya. Tengo un trabajo, y tengo que cobrar y pagar mis facturas. Con los bancos cerrados, mi vida entera cambia", concluye Ilia.
Restricciones
Para los griegos se ha vuelto habitual despertar el lunes con alguna novedad. Esta vez, en positivo. Después de tres semanas de «corralito», los bancos abrieron hoy, aunque se mantiene gran parte de las restricciones. La reapertura de los bancos permitirá algunas operaciones en ventanilla como el pago de cuotas y créditos de todo tipo, como deudas al Estado o a empresas públicas.
También se permitirá la retirada acumulativa de 420 euros por semana. Es decir, si durante toda la semana no se saca dinero de la cuenta, el domingo se podrá retirar todo de una sola vez. El límite de acceso a efectivo a través de los cajeros, sin embargo, seguirá siendo 60 euros. Para algunos es un alivio, ya que no será necesario ir al cajero cada día y evitará algunas colas, cada vez más cortas en los últimos días.
Un respiro para el comercio
Uno de los cambios más importantes en las condiciones del control de capitales será la posibilidad de cobrar cheques –incluidos los que vencieron durante el período de cierre de las entidades–, una forma de pago muy común en el pequeño comercio heleno. De ello se alegra Yannis Koutsardas, dueño de un taller en Atenas: «Ahora habrá más dinero en circulación, podremos comprar y vender más piezas. Para el negocio es un respiro».
No obstante, se mantienen las limitaciones para las operaciones al extranjero, que deben ser autorizadas por una comisión especial, y que se limitan a operaciones comerciales de primera necesidad. Al inicio del corralito, algunas farmacias sufrieron síntomas de escasez debido a las dificultades de pago a los proveedores. Esa situación se pudo desde el Gobierno y el banco central.
Esos impedimentos para realizar transacciones al exterior se mantienen. Se permitirá a los padres que tengan hijos estudiando fuera mandarles hasta 5.000 euros por trimestre y 2.000 euros a aquellos que deban abonar gastos médicos. Las transferencias al extranjero se podrán efectuar a través de tarjetas de crédito.
Pese a que los efectos sobre la economía doméstica serán escasos, pues los ciudadanos podrán retirar la misma cantidad, la mayoría de los griegos celebra la reapertura de los bancos como una señal tranquilizadora. «Llevamos casi un mes en que cada domingo el país está al borde del abismo, de la salida del euro. Esta es la primera buena noticia en mucho tiempo», se alegra Maria Tsonga.
La población griega se ha acostumbrado a convivir con el corralito. Achilles Stamakis asegura que la reapertura de las entidades bancarias «es un primer paso para recuperar la confianza de la gente», que en el último mes «ha vivido con miedo». Los griegos han asumido, sin embargo, que el fin del control de capitales se puede alargar mucho tiempo. Como indica el joven, «al menos un año». Como ejemplo, según él, «sólo hace falta mirar a Chipre, que tardó dos años» en levantar todas las restricciones al sector bancario.
No todo serán buenas noticias para los griegos en este inicio de semana. Hoy lunes entran en vigor las fuertes subidas del IVA. Los medicamentos, libros y teatro se sitúan en una tarifa superreducida del 6%; los alimentos, hoteles, energía y agua en el 13%, y el resto en el tipo general del 23%, incluida la restauración que antes gozaba de un 13%. El aumento de ese tributo en restaurantes fue una de las cuestiones más peliagudas en la negociación entre Grecia y los acreedores.
La subida del IVA fue una de las medidas aprobadas por el Parlamento el miércoles, dentro de un primer paquete de seis reformas, indispensable para iniciar la negociación del tercer rescate.
Los cambios, sin embargo, han descolocado a la población. Ayer por la tarde se acumulaba una larga fila de taxis en frente de Tzemos, una de las cinco compañías en Atenas que ofrecen el servicio técnico para cambiar del 13% al 23% el IVA en los taxímetros. Uno de los taxistas que espera en la cola, Danny Bakis, cuenta que lleva más de cuatro horas de espera. Además, como el resto de sus compañeros, está convencido de que sus ingresos bajarán, un 20% calcula: «Si aumenta un 10% el IVA en el combustible y otro 10% en nuestras carreras, el negocio no sale rentable».
El enfado entre los comerciantes es considerable, y sobre todo en los restaurantes. La dueña de un bar, Ellena Tsonga, afirma que «los clientes ya se están quejando por esa subida» y seguro que «se va a notar al final de mes».
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