Interior

«Estaba de turismo y terminé arrestando a un terrorista»

Los estadounidenses fueron condecorados anoche mismo por el Ayuntamiento de Arras.
Los estadounidenses fueron condecorados anoche mismo por el Ayuntamiento de Arras.larazon

Algunos días un hombre, sin otra obligación que defender la vida, pone la suya en un tapete. Eso hicieron cuatro viajeros, en un tren entre Ámsterdam y París, cuando Ayoub El Kahzzani salió del baño y en lugar de camisa llevaba un AK-47. Tres ciudadanos estadounidenses, Anthony Sadler (estudiante), Alek Skarlatos (miembro de la Guardia Nacional), Spencer Stone (de la Fuerza Aérea de EE UU) y un civil británico, Chris Norman, decidieron actuar. «Mi amigo Skarlatos gritó, “¡Cogedlo!” Así que Spencer cargó inmediatamente contra el tipo, seguido por Alex, y después yo», explicó Sadler a la Prensa. Dice Skarlatos que escuchó «un disparo y ruido de cristales rotos. Miré hacia atrás, vi a un hombre entrar en el vagón con un kalashnikov. Mi amigo y yo nos pusimos a cubierto y después nos arrojamos encima suyo». Al mismo tiempo el pasajero británico, Norman, resolvió que no había más alternativa que actuar: «Vi a un hombre con lo que me pareció un Ak-47, y pensé, “de acuerdo, posiblemente voy a morir, así que allá voy”». Spencer, el primero en llegar, lo agarró del cuello mientras Skarlatos le quitaba la pistola. Durante el forcejeo El Kahzzani repetía, como hechizado, que le devolvieran su arsenal. No lo hicieron, claro. Al final Spencer estaba herido en el cuello, la cabeza y un dedo. Stone, con la garganta abierta, atendió a otro pasajero, con un impacto de bala. Ayoub El Kahzzani yacía inconsciente, tendido en el suelo. El tren fue desviado de su ruta. Se detuvo en Arras. Los soldados estadounidenses recordaron luego que el Kalashnikov se había encasquillado. «No supo cómo arreglarlo», dijo Skarlatos. Imposible no recordar a los gigantes del vuelo 93 de United Airlines, que un 11 de septiembre de 2001 dieron su vida contra los asesinos de Al Qaeda. Impidieron que el Boeing 757 chocara contra el Capitolio. Frente a la tentación del relato épico Sadler afirma que sólo es «un estudiante que visitaba a sus amigos en mi primer viaje a Europa, y resulta que hemos detenido a un terrorista.Es una locura». La Casa Blanca ha emitido un comunicado en el que, haciéndose «eco de las declaraciones de las autoridades francesas, el presidente (Obama) ha expresado su profunda gratitud por el coraje y la rapidez mental de varios pasajeros, incluyendo los miembros del Ejército de Estados Unidos, que desinteresadamente sometieron al atacante».

Stone se recupera en el hospital de sus lesiones. Otro viajero, Jean-Hugues Anglade, ha sido hospitalizado. Un tercer pasajero, el que sufrió un disparo, y al que Stone salvó presión en la hemorragia, también permanece ingresado. Todos están fuera de peligro. Dice «The New York Times» que el general estadounidense al mando del Comando Europeo, Philip M. Breedlove, ha descrito a Stone y compañía como «héroes». Es decir, gente que «lleva a cabo una acción heroica». Justo lo que hicieron, sin darse importancia, los jóvenes soldados americanos y su socio británico.