Parlamento Europeo

Los jóvenes, el futuro de la Unión Europea

LA RAZÓN debate con un grupo de jóvenes sobre la importancia de las elecciones europeas de este domingo

Un grupo de jóvenes pro europeos en la sede de la UE de Madrid
Un grupo de jóvenes pro europeos en la sede de la UE de Madridlarazon

La cuenta atrás para estas elecciones europeas ha llegado a su fin. Los antiguos comicios de 2014 evidenciaron un profundo desinterés de los jóvenes hacia las instituciones de la Unión materializado en un escaso 27% de la participación por parte de los jóvenes de entre 18 y 25 años.

La cuenta atrás para estas elecciones europeas ha llegado a su fin. Los antiguos comicios de 2014 evidenciaron un profundo desinterés juvenil hacia las instituciones de la Unión, materializado en un escaso 27% de la participación por parte de los jóvenes de entre 18 y 25 años.

Ante una cifra tan dramática, la Eurocámara lanzó en noviembre de 2018 una campaña de movilización juvenil de cara a esta cita electoral, marcada por el auge nacionalista, el Brexit y la crisis existencial que atraviesa la Unión Europea. ¿Su objetivo?, conseguir que la participación en el sector juvenil se consolide y abracen, de una vez por todas, el proyecto europeo.

Visto este llamamiento al voto tan necesario, LA RAZÓN se ha reunido con Ángel Alonso Ferrer (24) y Cristian Camilo Castillón (30), voluntarios del partido europeísta Volt, y con Xesc Mainzer Cardell (26), Andrés Sánchez Padilla (34) y Alberto Cuena Vilches (26) de Jóvenes Europeístas de Madrid (JEM). Con ellos, este diario ha debatido y comentado la importancia que tienen las elecciones de este domingo, las enormes ventajas y libertades que dota la Unión Europea a los ciudadanos y del gran problema sobre la abstención juvenil en este voto tan decisivo.

Importancia de estas elecciones europeas

Para Alberto Cuena, la relevancia de esta votación radica en que nos jugamos el “respeto y la credibilidad como colectivo” pero también una “mayor capacidad de representación”. “Representativamente los jóvenes somos pocos y si encima estamos desmovilizados la capacidad de influencia y poder real es menor. Nos convertiremos en los grandes olvidados”, comenta Cuena.

Por su parte, Ángel Ferrer enfoca dicha relevancia en el “futuro de los jóvenes”, en especial, en esa lucha contra el cambio climático. “Vamos a ser los jóvenes los que vivamos en este mundo, si no nos preocupamos por él... ¿quién lo va a hacer?” dice Ferrer. Así, Xesc Mainzer expres la necesidad de que “la gente joven se implique”.

Los jóvenes son los grandes olvidados

Ante esta interrogante, Andrés Sánchez Padilla plantea que hay una “cuestión generacional”. “Si los mayores políticos son gente de una cierta edad es lógico que tengan más sensibilidad hacia cuestiones de esa edad” sostiene Sánchez. Cuena, por su parte, asevera también en el otro gran problema de los jóvenes. “Parece que nuestra opinión no es tan válida como la de un hombre de 60. Que por ser jóvenes pensamos menos lo que decimos o que estamos menos preparados”, dice Sánchez.

Unido a esta idea, Cuena añade que hay un problema de tipo educativo y sociológico. “Al final, los jóvenes contamos con dos barreras de entrada. Por un lado, la de la infrarrepresentación, aunque cada vez más las instituciones tienden a integrar más la diversidad social, por lo que hay más diputados jóvenes. Pero también está la cuestión biológica, parece que tus opiniones no están igual de trabajadas y parece que ese proceso de reflexión está más enfocado hacia el idealismo”.

Cristián Camilo Castillón, expone el ejemplo de que, en Países Bajos, la segunda candidata al parlamento europeo por Volt tiene 17 años. “A lo mejor pensamos que es muy joven, pero realmente lo que se necesita es tener las cosas claras y un poco de lógica, no hace falta tener un currículum extenso. Solo representarnos debidamente” expresa Castillón.

Rechazo juvenil hacia la política

El juicio de que los jóvenes rechazan cualquier tipo de forma de política es un hecho. Ferrer cree que se debe a ver a los políticos como un ente lejano. “Siempre están discutiendo entre ellos y no hay diálogo. Necesitamos una nueva política y que los jóvenes formen parte de ella”.

A esta idea se le opone Cuena ya que afirma que hay nuevas formas de movilización como “el ciberactivismo permanente que hay en redes sociales o el debate que surge a raíz de las asociaciones”. El problema es, a su parecer, la ruptura entre la movilización y la capacidad de influencia real. Sánchez reflexiona y plantea la posibilidad de que los jóvenes, a la hora de expresar su insatisfacción lo hacen mediante “el rechazo y la abstención”, al contrario que los colectivos de otras edades.

Ante todo esto, Xesc incrusta la realidad de que, más allá de la imagen de la UE como un “cementerio de elefantes, es decir, una organización muy vetusta”, a nivel europeo, hay políticas de juventud mucho “más robustas que la mayoría de los estados miembros”, entre ellos el programa Erasmus plus.

El papel de la educación y los medios de comunicación

Ligado a ese rechazo juvenil hacia la política, Castillón añade que esa negativa se debe, en parte, “al desconocimiento de lo que realmente afecta la política al ser individual”. Todos coinciden en que la educación en materia de la Unión Europea e instituciones llega tarde y es escasa.

Esta carencia comunicativa europea evidencia, según Sánchez, la ausencia de un relato emocional. “A nivel nacional, tenemos esos relatos emocionales que te facilitan la comprensión de su funcionamiento, pero en Europa el relato es muy técnico”, sentencia Sánchez.

Ferrer asocia esa escasez de información con la falta de comunicación de la Unión Europea a nivel exterior y con la complejidad de sus instituciones, mientras que Cuena agrega que la divulgación del proyecto europeo “debería ser transmitida a través de la educación, que debería llegar a todas las personas, pero también mediante la prensa”.

Poner en valor las ventajas de la UE

“Ya estamos en Europa, ya lo tenemos dado y yo creo que por eso no se valora lo que la UE nos ha aportado”, así es como Xesc sentencia la realidad de que, a pesar de ser los jóvenes los que han vivido desde el minuto cero de su vida las ventajas europeas, pero después son también los que no votan. “Sencillamente como hemos nacido con ello, no lo valoramos”,

“La abstención juvenil bajará por que las elecciones europeas coinciden con las municipales y locales, nada más” comenta. “Un español dice con orgullo ser de España, pero parece que ese sentimiento europeo no existe”, finaliza Cuena haciendo ver la trascendencia de lo que en Europa se ha alcanzo.

¿Qué fue la crisis para los jóvenes?

En cuanto a esa crisis económica, que ha debilitado muchos sectores, Castillón afirma que siempre habrá otra crisis. “Esta ha sido la primera que vivimos juntos y aunque ha sido duro, la hemos superado. La próxima vez lo haremos mejor”, cuenta con un espíritu positivo, a lo que Ferrer rompe la magia preguntando “¿Cómo hubiese afectado la crisis a España sin la UE?”.

Todos coinciden en que las políticas de austeridad que se tuvieron que imponer han dañado, pero mantienen una buena actitud ante ello y ven en Europa “posibilidades, no lastras”. Algo de lo que podemos aprender podría ser la revisión de las funciones del Banco Central Europeo. “Tal vez deberíamos darle más funciones sociales y que su única tarea no sea la sostenibilidad del euro sino también el crecimiento económico. Aunque esto es como en casa” “cuando nos hemos gastado todo, hay que apretarse el cinturón. La UE debe ser como una familia unida”, puntualiza Cuena.

La beca Erasmus

¿Qué ha significado la dotación Erasmus para Europa? Uno de sus mayores logros, coincidían todos. Pero en lo que también coinciden es en la falta de recursos para ello. “Yo no lo hice porque sabía que iba a ser una carga para mis padres, eso no puede ser así”, admitía Xesc.

“Debería ser algo mucho más fácil de realizar y además extendido a todos los sectores no solo al universitario, si no lo convertiremos en algo elitista”.

“Con la cantidad de proyectos europeos que tenemos... Debemos utilizarlos y darles más importancia”, dictamina Castillón.

Las conclusiones que se sacan tras este coloquio es que los jóvenes no se han rendido. Aun queda mucha Europa que dar y una infinidad de proyectos pro llevar a cabo. Desde LA RAZÓN queremos animar al colectivo entre 18 y 25 años a que no se rindan. La UE no ha de ser un proyecto del pasado si no uno de futuro y como dicen Xesc, Alberto, Cristian, Ángel y Andrés, juntos somos más fuertes.