Francia
Los «Macronboys», de camino al Elíseo
Ministros de Hollande, alcaldes socialistas y hombres de empresa integran el equipo del liberal, que le han acompañado desde el inicio
A partir de este lunes comienza la era Macron y con ella el proceso de traspaso de poder. El quinquenio de Hollande termina oficialmente el próximo 14 de mayo, fecha en la que se celebrará previsiblemente la ceremonia de cambio en El Elíseo.
A partir de este lunes comienza la era Macron y con ella el proceso de traspaso de poder. El quinquenio de Hollande termina oficialmente el próximo 14 de mayo, fecha en la que se celebrará previsiblemente la ceremonia de cambio en El Elíseo, pero antes de ello, las quinielas sobre el futuro Gobierno del candidato liberal ya circulan en Francia. A diferencia de la ultraderechista Marine Le Pen, que ya anunció en campaña el nombre del soberanista eurófobo Nicolas Dupont-Aignant como primer ministro en caso de que llegara al poder, Macron no ha precisado aún ese nombre que sí tiene decidido en mente como él mismo afirmó el pasado jueves. Ese nombre se debería conocer el próximo fin de semana. Las pistas que ha ido dando durante la campaña son varias. Se tratararía de un perfil poco politizado, con reconocimiento público de trayectoria. Macron no excluye que en su Gobierno participen figuras del Gobierno de Hollande, pero de forma excepcional. En esas quinielas hay un nombre que destaca por encima de todos los demás y que fuentes de En Marcha! han podido confirmar a LA RAZÓN. Se trata del Ministro de Defensa, Jean-Yves Le Drian, uno de los más populares y veteranos del quinquenio de Hollande, que privilegió su apoyo a Macron desde el primer momento en detrimento del candidato socialista al Elíseo, Benoît Hamon. «Es el único que tiene el puesto casi garantizado», ha dicho una fuente cercana a Macron a este diario. Sin embargo su caso sería algo excepcional, ya que el nuevo presidente francés ha insistido en las últimas jornadas que los apoyos que iba recibiendo de izquierda y derecha no se traducidirían en puestos en el gobierno. Una regla base con la que quiere marcar sus primeros pasos en el quinquenio.
Sin embargo, la Prensa francesa especula ya con una batería de nombres que podrían encajar en el próximo Ejecutivo. Algunos de ellos fueron sus primeros apoyos cuando lanzó su movimiento político hace un año. Entre ellos destaca Richard Ferrand, el primer diputado de la Asamblea que se unió a Macron. Este socialista de 54 años fue relator general del proyecto de ley para el crecimiento económico, la llamada «ley Macron» que permitió liberalizar horarios comerciales y ciertos sectores como el transporte en autobús. El alcalde de Lyon, Gérard Collomb, fue desde el principio el otro gran apoyo político de Macron. Perteneciente a la corriente más «pragmática» del Partido Socialista, Colomb, de 69 años, puso toda su red al servicio del nuevo presidente permitiéndole reunir los 500 padrinos necesarios para presentarse como candidato. Las quinielas dicen que en su caso habrá «premio».
El bautismo centrista de Macron vino en forma de pacto con el veterano François Bayrou, 69 años, figura emblemática del centro cristiano francés. Se unió a Macron en febrero considerando que «nunca la democracia en Francia ha estado en una situación tan descompuesta». Bayrou aportó experiencia a una candidatura donde la mayoría de caras no pasaban de la treintena, y sobre todo, tranquilidad para un sector conservador católico que no toleraba los asuntos de Fillon, pero que desconfiaba del progresismo social de Macron. Su partido, el centrista MoDem, ya ha cerrado un acuerdo con En Marcha! para las legislativas de junio.
Otros nombres que suenan provienen del círculo personal de máxima confianza de Macron. Es el caso de Marc Ferraci, profesor de economía y uno de los mejores amigos del presidente. Fueron testigos en sus respectivas bodas. Especialista en mercado de trabajo, ha participado activamente en varios puntos del programa con el que Macron ha llegado al Elíseo. Su esposa, Sophie, es la jefa de gabinete que se encarga de toda la agenda de Macron. Ambos se proyectan, como mínimo, como asesores cercanos del nuevo presidente.
Pero además de tener en cuenta sonados apoyos socialistas y a su círculo cercano, muchos analistas no descartan que pueda fichar de primera ministra a una mujer con reconocimiento público. Dos nombres han sonado en los últimos días, los dos, más cercanos a una derecha moderada y liberal. Christine Largarde, gerente del FMI, habría sido tanteada por Macron según algunos medios de comunicación. Sin embargo, cuenta con dos aspectos que juegan fuertemente en su contra: su pasado como ministra de Sarkozy, y sobre todo, el caso «Tapie» por el que fue condenada por negligencia. La otra sería Laurence Parisot, ex presidenta de la patronal francesa, con un perfil moderado y reformista, pero en su contra, con la fama entre la opinión pública de haber defendido los intereses de muchos lobbys. Demasiada carga para empezar un quinquenio. Los analistas se decantan por una figura política de centro para el puesto de primer ministro. Comienza la era Macron.
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