Manifestaciones violentas

Los manifestantes de Hong Kong bloquean el acceso al aeropuerto

Los participantes colocaron barricadas a la entrada de las terminales en un intento de paralizar de nuevo el transporte aéreo en la isla.

Un viajero trata ayer de esquivar a los manifestantes para acceder a la terminal de salidas del aeropuerto internacional de Hong Kong
Un viajero trata ayer de esquivar a los manifestantes para acceder a la terminal de salidas del aeropuerto internacional de Hong Konglarazon

Los participantes colocaron barricadas a la entrada de las terminales en un intento de paralizar de nuevo el transporte aéreo en la isla.

Por si la jornada de protestas del sábado en Hong Kong –con un saldo de cinco heridos graves y casi 70 detenidos– no hubiera sido suficiente, ayer los manifestantes volvieron a la carga. Decididos por hacerse notar, se fijaron como objetivo llegar al aeropuerto de la ciudad en un intento por captar la atención internacional sobre la grave crisis que atraviesa la ex colonia británica. Aunque lograron colapsar todos los accesos al aeródromo, ningún vuelo tuvo que ser cancelado como ocurrió el pasado mes de agosto. De nuevo Hong Kong volvió a mostrar su rechazo ante la pasividad del Gobierno local, que no cede ante sus reivindicaciones.

Poco después del mediodía, las redes sociales arengaban a los ciudadanos a acercarse al aeropuerto con la intención de bloquearlo en la decimotercera semana de protestas que vive la ciudad china. Con el objetivo de frenar el flujo de personas, la compañía de metro (MTR) interrumpió el servicio de tren que une el centro de la ciudad con el aeródromo a petición del Gobierno local y de la agencia que lo gestiona.

Desde que hace dos semanas los manifestantes lograron colapsar el que es uno de los mayores centros de transporte aéreo del mundo y se cancelaran cientos de vuelos, los controles para acceder se han incrementado y tan solo pueden entrar aquellos que cuentan con un billete de avión o trabajan en el complejo aeroportuario. Se trata de «facilitar los mecanismos de control del acceso al aeropuerto», explicó MTR en un comunicado.

En esta ocasión no se canceló ningún vuelo, aunque sí hubo retrasos. Según informó el diario hongkonés «SCMP», «de los 24 vuelos de larga distancia [de la aerolínea local Cathay Pacific] cuya salida está prevista entre las 23:00 y las 02:00 del 2 de septiembre (hora local), unos once vuelos a Europa, Australia y África se han retrasado hasta dos horas». Empujados bajo el lema «Atascados contigo», los hongkoneses trataron de llegar al aeropuerto en autobús, coche, taxi e incluso andando, mientras la Policía bloqueaba los accesos y en las carreteras paraba a cada automóvil que allí se dirigía.

Pero si la ida había sido difícil, la vuelta se antojó más complicada al no haber medios de transporte disponibles. La parada de metro más cercana había sido clausurada después de que algunos de los manifestantes arrojaran objetos a las vías y rompieran parte del mobiliario, según informó la Policía, por lo que se tuvo que tirar de solidaridad hongkonesa, solicitando a todo aquel que tuviera un coche que hiciera viajes para recogerlos y llevarlos a la próxima estación de metro abierta. Según se podía ver en varios vídeos que circulaban por las redes, muchos de los manifestantes fueron recibidos con vítores y aplausos a su llegada.

Detalles como éste dejan entrever el apoyo del que gozan por parte de una sociedad que ha quedado dividida desde que todo esto comenzó en junio con la oposición que generó el proyecto de ley de extradición a China. Si entonces lo que buscaban era su retirada, ahora exigen la dimisión de la jefa de Gobierno, Carrie Lam, una investigación independiente sobre los supuestos abusos cometidos por la Policía en las protestas; la puesta en libertad de los detenidos; y la reapertura de un proceso de reformas democráticas en la isla.

Pero mientras una gran mayoría respalda las acciones de los manifestantes, e incluso justifican su actuación –en ocasiones violenta– ante la Policía, que también ha endurecido sus métodos de represión con el uso de la fuerza y nuevas tácticas, otros prefieren que las aguas vuelvan a su cauce, algo complicado teniendo en cuenta que ésta es la crisis más grave que atraviesa Hong Kong desde que volviera a manos chinas en 1997. Habrá que ver qué trae el mes de septiembre recién comenzado ayer, pero para hoy están previstos una huelga general y un boicot al inicio del curso escolar por parte de unos estudiantes que, ociosos durante el verano, han sido gran parte de los protagonistas.