Beirut

Los rebeldes sirios lanzarán una «ofensiva total» en caso de un ataque extranjero

Un militante chíi, con una pañoleta de Asad en la cabeza
Un militante chíi, con una pañoleta de Asad en la cabezalarazon

El Ejército Libre Sirio (ELS) planea lanzar una "ofensiva total"contra las posiciones militares del régimen sirio aprovechando un eventual ataque extranjero, aseguró en una entrevista con Efe el portavoz rebelde, Qasem Saadedin.

"Lanzaremos una ofensiva total contra las posiciones militares del régimen en todo el país", en coincidencia con esa intervención, apuntó Saadedin en una conversación telefónica desde la provincia septentrional de Idleb, fronteriza con Turquía.

A su juicio, el objetivo de los rebeldes es tomar partido de la coyuntura y hacerse con el control de aeropuertos militares, brigadas, depósitos de armas, cuarteles y puestos de seguridad.

El dirigente mostró su confianza en que una posible operación militar de Estados Unidos favorezca en el terreno a los rebeldes, que libran duros combates con las fuerzas gubernamentales en un conflicto que ya dura dos años y medio.

"Hemos dado órdenes a todas las brigadas de combatientes para que se prepararen y aprovechen esa oportunidad", aseguró Saadedin.

El coronel espera que la hipotética acción extranjera, que se ha justificado como un castigo al régimen por supuestamente haber usado armas químicas contra la población, les ayude a generar un cambio beneficioso en su lucha contra el presidente sirio, Bachar al Asad.

En ese sentido, reveló que la jefatura del ELS ha enviado a varios grupos para que vigilen los probables blancos de un ataque estadounidense, si bien no dio detalles sobre dónde podrían estar situados.

Los rebeldes quieren "ver cómo afectan los bombardeos a las posiciones militares y evaluar entonces la situación para tomar el control de esos lugares", sostuvo.

Después de las intensas negociaciones en las que EEUU ha buscado el mayor apoyo militar entre sus aliados internacionales, Saadedin negó que exista coordinación entre el Ejército Libre Sirio y las fuerzas extranjeras que estarían dispuestas a atacar Siria.

Explicó que lo que sucede en Siria es una "guerra civil"y, por lo tanto, descartó que esas fuerzas del exterior puedan ser parte del conflicto interno.

Los rebeldes están atentos a los movimientos del régimen, que ha insistido en que se defenderá de cualquier agresión, y han constatado que en los últimos días cientos de oficiales y soldados han abandonado aeropuertos, cuarteles y puestos militares, según el portavoz.

Saadedin también señaló que en algunas de esas instalaciones castrenses se ha izado la bandera de la oposición siria (verde, blanca y negra, y con tres estrellas rojas en el centro) "en un intento desesperado por camuflar los sitios y evitar los bombardeos aéreos".

En caso de que la intervención extranjera finalmente se produzca, los opositores armados temen que Damasco tome represalias contra los civiles y siga utilizando armas químicas.

"El régimen será incapaz de responder contra los combatientes, pero lanzará ataques químicos contra la población civil. Proseguirá usando ese tipo de armas porque ha perdido la razón y todo sentimiento de humanidad", aseveró Saadedin.

En opinión del responsable rebelde, las fuerzas de Al Asad han empleado armamento químico "desafiando a las grandes potencias y al resto del mundo".

A falta de que se conozcan los resultados del equipo de la ONU que investigó denuncias sobre esa clase de ataques en Siria y con el Consejo de Seguridad de la ONU paralizado por el veto ruso y chino, el presidente estadounidense, Barack Obama, ha optado por atacar Siria.

No obstante, Obama buscará antes la autorización del Congreso alejándose de una acción inminente y en medio de una creciente presión, tras el varapalo que el Parlamento británico dio a los planes del primer ministro David Cameron para apoyar una intervención militar.

Pese a las dudas que una operación de ese tipo suscita, Saadedin advierte: "Si no se responde a Al Asad de manera adecuada, (las grandes potencias) perderán la credibilidad ante sus pueblos".

Tras la salida de los investigadores de la ONU de Siria, que abandonaron ayer de madrugada Damasco en dirección a Líbano, donde fueron escoltados por las fuerzas libanesas hasta el aeropuerto internacional Rafic Hariri en Beirut, el régimen sirio espera un ataque de las fuerzas extranjeras. «Nos esperamos una agresión en cualquier momento y estamos preparados para responder también en cualquier momento», dijo desafiante un responsable de los servicios de seguridad, en declaraciones a la Prensa.

La cuenta atrás ha comenzado, y EE UU, junto con Francia y Turquía, está preparado para atacar instalaciones militares sirias, independientemente del resultado de la investigación de la ONU, que podría alargarse un mes. Para Washington el análisis no es relevante, pues el resultado de las muestras tampoco revelará quién cometió el supuesto ataque con armas químicas. Damasco volvió a reiterar que no ha usado esas armas en ningún ataque, al tiempo que tildó de «mentiras e invenciones» el informe de los servicios de inteligencia estadounidenses sobre la implicación de su Ejército en la masacre del pasado 21 de agosto, que, según Washington, causó 1.429 muertos, entre ellos 426 niños. Para los rebeldes una eventual intervención occidental limitada no servirá para cambiar el curso de la guerra. Por ello, la Coalición Nacional Siria instó a la comunidad internacional a llevar a cabo una acción militar «amplia y fuerte», que reduzca la capacidad bélica de Damasco. En palabras de su presidente, Ahmad Yarba, «el mundo tiene que responder de forma decisiva para que se neutralice el peligro que supone el régimen para su pueblo, la paz y seguridad regional», y así evitar nuevos ataques con armas químicas.

El presidente de la oposición siria aseguró que «no desea la guerra», sino las condiciones necesarias para «proseguir el proceso largo y difícil de reconciliación, reconstrucción y democratización».

La maquinaria diplomática regional también se ha puesto en marcha. Ayer, una delegación de parlamentarios iraníes viajó a Damasco y Beirut para tratar la situación de Siria. El objetivo de esta visita oficial fue «examinar la situación, condenar la utilización de armas químicas por los grupos terroristas e insistir en la necesidad de hallar una solución política a la crisis siria» declaró un responsable parlamentario iraní. Aunque para el jefe de los Guardianes de la Revolución islámica, Mohamed Ali Jafari, la solución política está muy lejos de la realidad. Para Jafari la intervención militar estadounidense provocará reacciones «más allá» de las fronteras sirias, ya que afectará a «la seguridad nacional de esos países» y a la del «régimen sionista», provocando la crisis.