Francia
Macron recupera la mili y aumenta el gasto en Defensa
Admite ante Merkel que su agenda europea necesita la «ambición» de Berlín. La canciller ve «terreno común» para reeditar la Gran Coalición.
Admite ante Merkel que su agenda europea necesita la «ambición» de Berlín. La canciller ve «terreno común» para reeditar la Gran Coalición.
La sombra de las dificultades de Angela Merkel para formar gobierno se extiende todavía sobre los deseos de la canciller y de Emmanuel Macron de dar un impulso enérgico a la construcción europea. El encuentro de ayer entre los dos dirigentes estaba destinado a enmarcar las ceremonias que tendrán lugar el próximo lunes con motivo del 55 aniversario del tratado del Elíseo. Ese día, en la Asamblea Nacional y en el Bundestag se debatirá una propuesta común que será firmada por los grandes partidos de ambos países apelando a un nuevo tratado que contemple la dimensión europea de la relación franco-alemana.
Pero todo está supeditado al voto mañana del Partido Socialdemócrata sobre el proyecto de acuerdo de coalición alcanzado con la CDU de Merkel, como quedó claro en la rueda de prensa que ofrecieron la canciller alemana y el presidente galo antes de celebrar una reunión de trabajo.
«Yo me abstendré sobre cualquier pronóstico » del resultado del voto, aseguró Emmanuel Macron, «pero nuestra ambición no puede existir sola, debe conjugarse con la ambición alemana». A su juicio, el texto de preacuerdo que será sometido este domingo a los delegados del SPD «incluye una gran ambición europea». Sin embargo, cuando entre las preguntas le señalaron que existe una gran diferencia entre su discurso, que habla de consagrar varios puntos del porcentaje del PIB a un presupuesto de la zona euro, y la evocación somera de «medios presupuestarios específicos» en el documento de acuerdo de gran coalición en Alemania, sin especificar más allá, Macron rechazó este inconveniente de un plumazo e insistió en que «no se debe buscar las diferencias, sino construir las convergencias». «Debemos ser claros sobre los fines que perseguimos en lugar de obsesionarnos con los instrumentos, con todo lo que no tenemos aún», concluyó.
Merkel, consciente de que el voto del SPD puede comprometer el acuerdo para poder gobernar, insistió en que «para actuar en Europa es capital tener un gobierno estable en Alemania» y dijo que hay suficiente «terreno común» para formar gobierno, si bien algunas voces han rebajado el entusiasmo, subrayando que, si no hay acuerdo, tampoco será «una catástrofe».
Para el presidente francés fue un día intenso que comenzó en Toulon. Allí, a bordo del navío «Dixmude», presentó los tradicionales «voeux» (votos) de felicitación del nuevo año al Ejército. Se trataba de un encuentro importante para él, que vivió un momento de crisis en el inicio de su presidencia con la dimisión inesperada del jefe de Estado Mayor del Ejército, Pierre De Villiers, en protesta por los recortes que le imponían.
Ante 1.500 militares, Macron prometió un esfuerzo presupuestario «inédito e incomparable»: el gasto en Defensa será el 2% del PIB en 2025 y desde este año se aumentará en 1.800 millones, lo que supondrá un total de 34.200. También confirmó la puesta en marcha de una de sus promesas de campaña: la creación de un servicio nacional universal, una mili obligatoria. También tranquilizó a los militares sobre la financiación de esta medida, que será «ad hoc y no impactará en nada la ley de programación militar» que prepara.
Macron no precisó los detalles de ese servicio nacional. Ni la duración –en campaña dijo que sería de un mes–, ni la organización, ni el contenido, ni la edad de los que se verán afectados. Hasta ahora se ha hablado de 2019 como fecha de inicio, y en cuanto al objetivo, la ministra de los Ejércitos, Geneviève Darrieussecq, ha comentado recientemente que quiere que forme a los jóvenes para proteger a su país, aprendiendo «lo que se debe hacer en caso de cataclismo, de atentado o de guerra».
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