El Futuro de Venezuela
Maduro secuestra la sede del congreso venezolano
A las puertas de la residencia del embajador de España en Caracas, Jesús Silva, se mantenían hombres encapuchados desde el lunes en la tarde
A las puertas de la residencia del embajador de España en Caracas, Jesús Silva, se mantenían hombres encapuchados desde el lunes en la tarde
El foco de represión posterior a los eventos del 30 de abril ha ido en aumento, particularmente hacia la Asamblea Nacional que preside Juan Guaidó. Diez diputados han sido acusados de conspiración y traición a la patria, de los cuales tres han solicitado refugio en sedes de embajadas (de Argentina e Italia), uno huyó a Colombia, otros permanecen en clandestinidad y paradero desconocido, y el vicepresidente del parlamento Edgar Zambrano fue encarcelado, a pesar de gozar de inmunidad
Este martes se esperaban nuevos anuncios por parte del Tribunal Supremo, señalando a más parlamentarios. Al cierre de esta nota, se desarrollaba una Sala Plena como la que activó los procesos contra esos legisladores. Fuentes judiciales informaron a LA RAZÓN que otros cinco diputados pudieran estar en la lista negra, sumando un total de diputados perseguidos por este y otros casos a 70.
La actuación contra el parlamento, el poder institucional de Guaidó, no es solo judicial sino fáctico. Este martes el Palacio Federal Legislativo, sede de la Asamblea Nacional, amaneció tomado por funcionarios del Sebin supuestamente debido a la detección de un artefacto explosivo. Trabajadores del lugar aseguraron que los funcionarios nunca llegaron con equipos antibombas.
Además, el edificio fue rodeado por efectivos de la Guardia Nacional quienes impidieron el paso a empleados, diputados y periodistas que asistían a la sesión ordinaria convocada para las 10 de la mañana. El encuentro no pudo darse en el hemiciclo, y la sesión quedó suspendida, en principio, hasta este miércoles 15.
El diputado Biaggio Pillieri denunció por tanto el “secuestro definitivo” de la sede de la Asamblea Nacional, que ya venía dándose “por fases”. La cuenta oficial de la institución publicó: “Denunciamos toma militar del Palacio Federal. La dictadura secuestra el Palacio Legislativo de Venezuela. Somos mucho más que un edificio, pero no vamos a renunciar al espacio que constitucionalmente corresponde al parlamento”.
Al cierre de esta edición, se esperaba que Juan Guaidó, presidente del Legislativo, acompañado de otros parlamentarios, emitieran declaraciones sobre el impedimento que la institución que encabeza enfrenta ahora para trabajar, vistas las restricciones ordenadas desde el poder ejecutivo que controla Nicolás Maduro.
Por su parte, afuera de la residencia del embajador de España en Caracas, Jesús Silva, se mantenían hombres encapuchados desde el lunes en la tarde cuando el ministro de Asuntos Exteriores español en funciones, Josep Borrell, confirmó desde Bruselas que a ese lugar había acudido Juan Guaidó, el presidente de la Asamblea Nacional venezolana que Moncloa reconoce como “presidente interino” del país, para conversar con Silva “y se encontró naturalmente con el señor Leopoldo López”.
El entorno de Guaidó ha desmentido que haya habido reunión entre el líder opositor y el jefe político de su partido Voluntad Popular. Pero el gobierno de Nicolás Maduro sí lo ha tomado como algo serio. Si una pieza tan fundamental para la oposición como López está “hospedado” en esa residencia, pues se ha decidido complicar sus comunicaciones. Así, al preso político más emblemático del chavismo le cambian la casa por cárcel que tenía hasta hace dos semanas por una “embajada por cárcel”.
Por eso se ha dispuesto que frente a la fachada de la residencia diplomática, ubicada en la exclusiva zona del Country Club capitalino, permanezcan dos patrullas del Servicio Bolivariano de Inteligencia, la policía política del régimen, portando pasamontañas. Además, dos vehículos de la Policía Nacional Bolivariana y algunas motos de ese cuerpo se mantienen apostadas en el sitio y sus alrededores.
Borrell descartó que el Sebin pretenda ingresar al edificio. “Mientras esté en la puerta, no pasa nada”. Horas antes dijo que es “normal” la presencia de patrullas, teniendo en cuenta que “dentro está acogido a la hospitalidad del embajador un destacado líder de la oposición (Leopoldo López) que además ha escapado de arresto domiciliario”. “Que haya vigilancia policial me parece lo más normal, parece lógico, sería raro que no la hubiera”, ha dicho.
Puertas adentro de la residencia la presión también se nota. Por una parte, Lilian Tintori, la esposa del opositor, ha optado por no salir más del recinto. Su equipo de trabajo tampoco puede visitarla. Y nadie va a reunirse con Leopoldo López cara a cara.
Fuentes enteradas afirman a LA RAZÓN que el Ejecutivo de Maduro ha hecho “poca cosa” por presionar al embajador Silva, quien mantiene contacto con las autoridades venezolanas. Desde el entorno de López, aseguran que no ha habido solicitudes formales al respecto del dirigente opositor, pero sí hay restricciones. Desde el 2 de mayo, no ha habido declaraciones públicas ni se ha permitido que la prensa tenga contacto directo con el fundador de Voluntad Popular. Ya Borrell había advertido que no permitirían que su embajada se convirtiera en “centro de activismo político” y afirmaba que no se repetirían ruedas de prensa en el lugar.
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