
Tensión en Turquía
La oposición turca mantiene el pulso al «erdoganismo»
Manifestaciones y protestas en las calles de Estambul recuerdan los cien días que su alcalde lleva en prisión

Las dos Turquías frente a frente. Mientras un grupo nutrido de personas se manifestaban esta semana en las cercanías de un bar de Estambul frecuentado por los periodistas de la revista satírica LeMan para protestar por la publicación de una caricatura del profeta Mahoma, horas después, otra parte de los vecinos de la principal ciudad turca -decenas de miles del personas al menos- se echaban a la calle para una protesta de signo bien distinto: pedir la puesta en libertad del alcalde de Estambul, Ekrem Imamoglu, al cumplirse los cien primeros días de su encarcelamiento. Un caso que para la oposición tiene una clara motivación política puesto que el ex primer edil de Estambul es el principal rival político del presidente Recep Tayyip Erdogan y un hombre que estaba llamado a ser candidato de su formación, el Partido Republicano del Pueblo (CHP), en las próximas elecciones presidenciales previstas para 2028.
Imamoglu, que ganó las elecciones municipales en 2019 -poniendo así fin a 25 años de gobiernos islamistas- y renovó el cargo con amplia mayoría el año pasado, fue detenido el pasado 19 de marzo y enviado a prisión preventiva por acusaciones de supuesta corrupción. Un día antes de su detención la Universidad de Estambul anuló su título universitario -licenciado en administración de empresas-, obtenido en 1994 y requisito indispensable para ser candidato a presidente. Su detención desencadenó enormes protestas en Estambul y muchas decenas de miles de manifestantes se reunían durante una semana cada noche ante la sede de la Alcaldía. Al cumplirse cien días de su detención, el CHP volvía a convocar una protesta similar con el espíritu de insuflar nuevos bríos a una propuesta que ha ido languideciendo con el paso de las semanas.
«El objetivo de quienes intentan eliminar a su adversario con medios ilegítimos es el propio pueblo. No cuento los días en esta celda, no importa si son cien días o mil», había escrito el propio Imamoglu desde la cárcel en un mensaje leído durante la manifestación. «Los que están realmente encarcelados son quienes no pueden poner un pie fuera de su palacio para bajar a la calle», continuó el político socialdemócrata encarcelado antes de concluir su mensaje con un «Tayyip se irá, Ekrem llegará». Por su parte, el líder de la formación, Ozgur Ozel, calificó la detención de Imamoglu de «golpe de Estado» y aseguró, como en anteriores ocasiones, que «Erdogan ya no es el presidente del país sino el jefe de una junta golpista». La protesta, que tuvo lugar en los aledaños de la Alcaldía de Estambul, se produjo horas después de que la Policía turca detuviera a más de 120 personas en Esmirna, ciudad gobernada por el opositor CHP de Ekrem Imamoglu. Entretanto, continúan las operaciones de la justicia turca para intentar detener a otras 40 personas en el marco de un caso por supuesta corrupción. «Nos enfrentamos a un proceso similar al ocurrido en Estambul», aseguraba Bakan en referencia a la detención de Imamoglu en marzo pasado. A juicio del vicepresidente del CHP, la actual situación «es producto de un sistema judicial que actúa siguiendo instrucciones, no la ley». Además, según Bakan, Erdogan «dio recientemente la señal para estas operaciones» al decir en un discurso que los casos de corrupción «no son solo en Estambul, sino que es un desastre también para otras provincias» .
No es la primera vez que una protesta ciudadana como la desatada en marzo a raíz de la detención de Imamoglu se convierte en una impugnación de la calle al erdoganismo. Hace casi 12 años, el desalojo por la fuerza de un grupo de manifestantes que se oponían a la reforma del Parque Gazi, en el centro de Estambul, acabó derivando en protestas masivas que rechazaron, durante semanas, la gestión del poder del todopoderoso Erdogan.
El desencanto de una parte importante de la sociedad turca no ha bastado para desalojar del poder a un líder del AKP conocedor a la perfección de todos los resortes del poder y con la justicia y los medios de comunicación a su servicio, toda vez que acabó imponiéndose nuevamente en las urnas en las presidenciales de mayo de 2023. En los últimos meses, la Fiscalía ha abierto varios casos más contra Imamoglu por supuestas amenazas a funcionarios y se desconoce cuándo se celebrará el juicio por las acusaciones que lo mantienen actualmente en prisión preventiva, por lo que se da por hecho que el que fuera primer edil de Estambul no tendrá fácil recuperar la libertad. Con todo, la oposición confía en que, con casi tres años por delante, el erdoganismo prosiga su erosión ante la opinión pública y el relevo -con o sin Imamoglu- acabe produciéndose en las generales de 2028.
✕
Accede a tu cuenta para comentar