Elecciones en Chile
Matthei aguanta el pulso y obliga a Bachelet a una segunda vuelta
Dos mujeres para un país. Finalmente, el 15 de diciembre asistiremos a un nuevo «round» de la ya tradicional confrontación entre una gran alianza de centro izquierda, representada por la ex presidenta Michelle Bachelet, y otra de centro derecha, con Evelyn Matthei a la cabeza. El domingo la socialista se imponía con comodidad en las elecciones, pero deberá medirse en segunda vuelta con su rival oficialista para ratificar el liderazgo construido sobre las promesas de reducir la brecha abismal entre ricos y pobres. Aún podría haber sorpresas.
Bachelet, que gobernó el país entre 2006 y 2010, obtenía un 46,74% de los votos válidos, mientras que Matthei alcanzó el 25% de los sufragios, uno de los niveles más bajos obtenidos por la coalición conservadora desde el regreso de la democracia en 1990. Sin embargo, la Alianza interpretó las elecciones como un triunfo, pues siempre se planteó como meta pasar a segunda vuelta, lo que, según diversos sondeos, parecía difícil. La carrera fue desigual y ahora Matthei cuenta con un mes más, oxígeno puro para la derecha.
Matthei, una economista de 60 años, fue la tercera candidata única del oficialismo y sólo pudo desarrollar una campaña electoral de tres meses y medio –la mitad de los siete meses de Bachelet– porque el primer aspirante fue desbancado por problemas financieros y el segundo renunció por problemas de salud. La «dama de hierro» chilena, acostumbrada a los grandes retos, es buena en los sprints finales y seguro que sabrá aprovechar los próximos 30 días de campaña. «Las segundas vueltas son buenas para Chile, porque llaman a la moderación. Tenemos grandes diferencias con la izquierda», dijo Matthei ante sus seguidores. «Vamos a por los votos de la derecha, pero también a por los votos de Bachelet», añadió, adelantando su estrategia.
La fragmentación del voto de los otros seis candidatos que concurrieron a la primera vuelta dejan un mosaico de tendencias que van desde la izquierda radical a las políticas más liberales. Ambas aspirantes intentarán captar los sufragios que quedaron «huérfanos», una lucha interesante. Joaquín Lavín, jefe de la campaña de Matthei, explica a LA RAZÓN que la intención es mostrarle al país las diferencias entre ambos programas. «Con optimismo, mucho trabajo en terreno, llamando a la ciudadanía a votar y demostrando las diferencias con el programa de Bachelet». Pero Matthei tendrá que acercar posiciones al centro y ahondar aun más en lo social, guardando las distancias con la ex presidenta. Ya aclaró que no aboga por la educación gratuita, sino por la concertada, evitando caer en populismos. «La gente no quiere subvenciones, quiere trabajo», asegura.
Chile no sólo elegía el domingo a su presidenta. Se renovaron también los 120 asientos de la Cámara de Diputados y 20 del Senado, además de los consejeros regionales, que se eligen por provincias. Para la próxima jefa de Estado será esencial contar con un Congreso afín. Nueva Mayoría, partido que Bachelet, se aseguró mantener la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados. Sus candidatos obtuvieron el 56,6% de los votos, el mayor porcentaje obtenido desde 1989, la elección que dio inicio al regreso de la democracia. La oposición contará ahora con 67 diputados, lo que le otorga quórum propio. Ha quedado, además, a sólo dos escaños de los 69 que necesita para impulsar sin acuerdos una reforma constitucional, principal promesa electoral de la candidata socialista. En el Senado, el bloque opositor se quedó con 21 miembros, manteniendo así la mayoría absoluta. La Alianza dispondrá de16 senadores.
En caso de llegar al poder, Bachelet necesitará establecer ciertas alianzas para impulsar sus reformas. En tal caso, la ex mandataria requerirá un quórum de dos tercios en la Cámara Alta, lo que representa un total de 26 senadores. Y es que la candidata de Nueva Mayoría centró gran parte de su campaña en pedir el voto para diputados y senadores de su coalición que puedan respaldar en el Parlamento sus ambiciosas reformas educativa, fiscal e institucional, que requieren de amplias mayorías legislativas.
UNAS ELECCIONES SIN VOTANTES
Aunque Evelyn Matthei y Michelle Bachelet salieron a celebrar sus resultados, la realidad es que los comicios fueron un día negro para la política chilena, al batirse el récord de abstención. Más de la mitad de los chilenos, el 52%, ni siquiera acudió a votar. El presidente Sebastián Piñera lamentó la baja participación, que apenas alcanzó a unos 6,6 de los 13,5 millones de electores. Una abstención similar a las elecciones municipales del año pasado. Piñera señaló que «sin duda, cuanto mayor fuera la participación, más fuerte y más legítima sería nuestra democracia».
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