Alemania
Merkel agradece el testimonio de los supervivientes del horror nazi
La canciller alemana, Angela Merkel, subrayó hoy la importancia del testimonio de los supervivientes del horror nazi en un acto en Dachau en recuerdo del 70 aniversario de la liberación de este campo, en el que se hizo oír también la preocupación ante el auge del racismo y el antisemitismo en Europa.
"Es una gran suerte que personas como ustedes estén dispuestas a contarnos la historia de sus vidas, el interminable sufrimiento que les causó Alemania en tiempos del nacionalsocialismo", declaró Merkel dirigiéndose a antiguos prisioneros presentes en el acto conmemorativo, a quienes expresó su gratitud.
Sólo con este compromiso, con el testimonio de los antiguos prisioneros -que relataron sus recuerdos en conmovedores discursos- los simples números cobran un rostro, agregó durante la ceremonia en este antiguo campo de concentración nazi, en el sur de Alemania.
Según Merkel, lo inimaginable de lo ocurrido hace todavía más importantes estos testimonios.
En tanto, el jefe del Gobierno bávaro, Horst Seehofer, afirmó que Dachau se ha convertido en un símbolo del horror de los años más oscuros de la historia de Alemania.
"Nos inclinamos llenos de humildad y respeto en este lugar y aseguramos que las víctimas siempre serán recordadas. La libertad y la democracia necesitan ser recordadas", declaró Seehofer, quien agregó que "el recuerdo de este sufrimiento inimaginable deriva en la reivindicación del 'nunca más'".
Previamente, representantes de los supervivientes de Dachau y del judaísmo en Alemania advirtieron en contra de un resurgimiento del racismo y el antisemitismo.
"Cuando miro cómo algunos ciudadanos acosan a los refugiados o el desprecio con el que se habla de los judíos, me pregunto hasta qué punto continúa arraigado en nuestras mentes el bien preciado de la dignidad humana", declaró el presidente del Consejo Central de los Judíos en Alemania, Josef Schuster.
También expresó su preocupación el presidente de la comunidad del campo de Dachau, Max Mannheimer, de 95 años, sentado junto a Merkel en el acto conmemorativo en el antiguo crematorio del campo, quien subrayó que "la memoria histórica conlleva una responsabilidad en materia de conciencia".
La presidenta de la comunidad cultural israelí en Múnich y la región de Alta Baviera, Charlotte Knobloch, advirtió en contra de "hacer borrón y cuenta nueva".
"Llamo a aproximar a las generaciones de hoy nuestra historia no como carga, sino como oportunidad, como motivación hacia la madurez, la valentía y la humanidad", declaró.
En esta misma línea se había expresado ya ayer la canciller en su tradicional vídeomensaje de los sábados, en el que advirtió de que en materia de historia no se puede ni debe "hacer borrón y cuenta nueva"y apeló a la "responsabilidad especial"de los alemanes en lo que respecta a abordar su pasado.
Por otra parte, la canciller rechazó que "nunca más"se haya convertido en una "formulación hueca".
Estas dos palabras, subrayó, significan por un lado abordar la historia del nacionalsocialismo, de los campos de concentración, de la persecución de las minorías y del holocausto, pero también prestar atención y reprimir cualquier brote racista o extremista.
Al acto conmemorativo asistieron alrededor de 130 supervivientes y familiares procedentes de veinte países y antiguos soldados de las tropas estadounidenses que participaron el 29 de abril de 1945 en la liberación del campo, en el que continuaban recluidos unos 30.000 presos de 31 países.
Es además la primera vez que un canciller en ejercicio pronuncia un discurso en un acto conmemorativo por la liberación de Dachau, campo por el que pasaron entre 1933 y 1945 más de 200.000 personas de toda Europa y en el que perdieron la vida entre 30.000 y 41.500 prisioneros.
Coincidiendo con el 70 aniversario de la liberación del campo, la puerta con la inscripción "Arbeit macht frei"("El trabajo hace libre") robado el pasado noviembre del campo de Dachau fue sustituida el pasado miércoles por un duplicado por expresa petición de los supervivientes.
El de Dachau fue el primer gran campo de concentración permanente de los nazis, sirvió de modelo para futuras instalaciones similares y constituyó una "escuela de violencia"para los miembros de las SS que lo controlaban.
Ya pocas semanas después del ascenso al poder de Adolf Hitler, Dachau fue destino de los prisioneros políticos del régimen nacionalsocialista, a los que siguieron delincuentes, gitanos de las etnias sinti y roma, homosexuales y también y sobre todo judíos.
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