Alemania
Merz, investido nuevo canciller de Alemania tras un primer intento fallido
El nuevo canciller alemán inicia su mandato debilitado al sufrir la Gran Coalición una derrota inédita en el Bundestag
Berlín ha vivido este martes una jornada tan histórica como inquietante. Friedrich Merz, el líder de la Unión Cristianodemócrata (CDU), fue elegido finalmente nuevo canciller de Alemania, pero solo en un segundo intento, tras fracasar horas antes en la votación inicial. El episodio marca un hito sin precedentes en la historia de la República Federal. Nunca antes un candidato propuesto por una mayoría de gobierno había sido rechazado en su primer escrutinio. Lo ocurrido en el Bundestag no es solo una anomalía parlamentaria, sino la expresión de una fractura que amenaza con acompañar a este gobierno desde su primer minuto.
Nada hizo presagiar ese imprevisto. Tras semanas de arduas negociaciones, el objetivo de Merz al llegar al Bundestag era claro: había que arrancar con fuerza, gobernar desde el primer día y ofrecer certezas. El título del contrato de coalición ("Responsabilidad para Alemania") parecía una promesa de estabilidad, pero nada de eso ocurrió. La jornada empezó con un revés inesperado: Merz obtuvo solo 310 votos, seis menos de los necesarios, a pesar de que la Unión conservadora y el Partido Socialdemócrata suman juntos 328 escaños. El resultado no solo dejó al descubierto fisuras internas, sino que proyectó una imagen de desconfianza hacia el exterior, justo cuando Alemania busca recuperar protagonismo en un contexto internacional cargado de tensiones. La mayoría que sostiene a la gran coalición era frágil desde el inicio y todos los actores políticos eran plenamente conscientes de ello. La alianza entre el SPD y la Unión conservadora obtuvo apenas un 45% de los votos en las elecciones federales, una base mucho más débil que el 69,4% alcanzado por la última gran coalición liderada por Angela Merkel. La excanciller, presente en la sesión parlamentaria, no ocultó su incomodidad y abandonó rápidamente la tribuna de visitantes en cuanto quedó claro el fracaso de Merz, su antiguo rival, en la primera votación.
No obstante, el Parlamento reaccionó con rapidez. La sesión se interrumpió durante horas mientras se negociaba a contrarreloj una reforma del reglamento que permitiera repetir la votación ese mismo día. “Toda Europa, quizá incluso el mundo entero, está pendiente de esta segunda vuelta, hago un llamamiento a todos para que sean conscientes de esta responsabilidad”, advirtió el líder del grupo parlamentario de la Unión, Jens Spahn. Finalmente, con el apoyo de los conservadores, el SPD, el partido de Los Verdes y la izquierda de Die Linke, se alcanzó una mayoría de dos tercios para abrir paso al segundo escrutinio. Allí, Merz logró reunir 325 votos y fue investido. Sin embargo y tal y como señala la prensa alemana, el daño ya estaba hecho. En medio de una guerra en Europa, con un aliado imprevisible en la Casa Blanca y un clima político cada vez más polarizado, Alemania y Europa necesitan certidumbre y el traspié en la votación señala justo lo contrario. Según muchos analistas, una coalición que tropieza en su primer acto público deja dudas sobre su capacidad para afrontar decisiones difíciles, que sin duda llegarán.
Merz aceptó la elección. Entre los primeros en felicitarle estuvo el canciller saliente Olaf Scholz. Posteriormente, el presidente federal Frank-Walter Steinmeier recibió a Merz en el Palacio Bellevue y le entregó el certificado de nombramiento. Tras jurar en el Bundestag tomaron posesión los nuevos 17 ministros federales. Los nombres de los últimos en conocerse fueron los de la bancada socialdemócrata que se desvelaron el mismo lunes por la noche. Lars Klingbeil, copresidente del SPD, asume el rol de vicecanciller y ministro de Finanzas, lo que consolida su influencia tras liderar las negociaciones de la coalición. Boris Pistorius continúa como ministro de Defensa y Bärbel Bas, expresidenta del Bundestag, se convierte en ministra de Trabajo y Asuntos Sociales. Por último, Stefanie Hubig, exministra de Educación en el estado de Renania-Palatinado, asume el Ministerio de Justicia y Protección al Consumidor. Estas designaciones reflejan un equilibrio entre continuidad y renovación dentro del SPD, en un contexto político desafiante para el partido.
Tras la clausura de la ceremonia, el presidente federal, Frank-Walter Steinmeier, pidió al nuevo gobierno que demuestre cuanto antes su capacidad de acción. Los ciudadanos deben "poder confiar y experimentar que el Estado democrático es capaz de actuar y resolver los problemas", afirmó. En su breve discurso, Steinmeier expresó su esperanza de una pronta mejora del clima político en el país: "Estoy seguro de que sería bueno para nuestro país en su conjunto si nos quejamos menos de lo que nos falta y habláramos más de lo que sabemos hacer bien, de dónde residen nuestras fortalezas”. Unos minutos después del nombramiento de Merz, el presidente francés, Emmanuel Macron, lo felicitó y confirmó una reunión entre ambos políticos este miércoles en París. “Ahora nos toca reforzar de nuevo el motor franco-alemán”, escribió Macron en redes sociales. Como suele ser tradición, Macron y Merz ya habían elaborado una agenda conjunta antes de que el canciller asumiera el cargo. Asimismo, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, quiere que el nuevo canciller alemán demuestre liderazgo en Europa. “Esperamos sinceramente que Alemania se fortalezca aún más y que veamos un mayor liderazgo alemán en las relaciones europeas y transatlánticas”, escribió Zelenski en alemán en la red social X. Merz, como líder de la oposición, visitó Ucrania dos veces durante la guerra.
Por la noche, el nuevo ejecutivo celebró su primer consejo de ministros que, aún a puerta cerrada, analizaría lo sucedido esa jornada en el Bundestag. La falta de apoyo interno a Merz refleja las tensiones acumuladas en los últimos meses. El líder democristiano ha generado no pocos desencuentros dentro y fuera de su partido en los últimos años pero lo ocurrido va más allá de un voto de, es una advertencia silenciosa que compromete la legitimidad del nuevo Ejecutivo.