Guerra del coltán

El mundo ha abandonado a República Democrática del Congo

Los aliados de África Austral han decidido este jueves retirar las tropas del este congoleño y allanar el camino a los rebeldes del M23

Paris (Fra), 30/04/2024.- President of the Democratic Republic of the Congo Felix Tshisekedi speaks during a joint press conference with the French president following their meeting at the Elysee Palace in Paris, France, 30 April 2024. (Francia) EFE/EPA/CHRISTOPHE ENA / POOL MAXPPP OUT
El presidente de República Democrática del Congo, Félix Tshisekedi.CHRISTOPHE ENA / POOLAgencia EFE

Las víctimas no aparecen en primer plano en el televisor con un micrófono apuntándoles a los labios. Ningún famoso procura concienciar sobre lo que sucede en redes sociales. Ningún político expresa solidaridad, aunque sea para ganar votos, porque los políticos de todo Europa saben que no ganarán votos por solidarizarse con las víctimas que no aparecen en el televisor, que es como si no existieran. Hace varias semanas que el Papa arrojó una oración general por la paz en diversos sitios, incluyendo este, pero siguió un silencio desde entonces. Dentro de tres días hará un mes desde que el secretario general de Naciones Unidas tuiteó por última vez sobre ello.

Pero la guerra en República Democrática del Congo continúa. Siguen asesinando a civiles todos los días. Siguen violando a mujeres, incluyendo el ocho de marzo, aunque ninguna proclama feminista se escuchó por ellas en el curso de las manifestaciones en Occidente. El M23 sigue ampliando su área de influencia, continúan escuchándose explosiones y los traumas se acumulan como las hojas que se arrojan al vacío en las madrugadas de otoño, dispuestas a pudrirse y morir. La cifra aproximada de 8.500 muertos desde el mes de enero sigue siendo aproximada, aunque aumenta a diario. Sin excepciones. La absoluta indiferencia de la comunidad internacional ante el hecho de que un grupo rebelde haya conquistado en RDC el tamaño aproximado de Castilla-La Mancha, sumada a Asturias, incluyendo dos capitales de provincia, da alas a la brutalidad de la contienda en un contexto desprovisto de consecuencias.

Nadie escapa a la barbarie, llegados a este punto. Este periodista ha entrevistado en el terreno a mujeres que fueron violadas por militares congoleños, rebeldes o milicianos wazalendo (aliados del Gobierno en la mayoría de los casos). Ha tenido que mirar a los ojos de hombres cuyo mejor amigo resultó despiezado hace un mes porque le cayó un obús encima. Lo que hace el horror tan espantoso no es la violencia diaria que escupen los malvados, que es un aspecto natural de la guerra; es la indiferencia, el silencio, el abandono donde la violencia y el horror en otras esquinas del mundo cuentan al menos con el consuelo de las lágrimas.

El resultado de esta indiferencia ha llevado a que la Comunidad de Desarrollo de África Austral haya decidido este jueves suspender la misión de paz que llevaba desplegada en el este de RDC desde finales de 2023. Las tropas sudafricanas, tanzanas, etc., abandonarán República Democrática del Congo tras haber combatido en Goma el pasado mes de enero, sufriendo media docena de bajas en los dos días que duraron los combates. Suficientes para abandonar. Porque bastan seis muertos para que el coste político de los países involucrados se vuelva demasiado alto y haga rentable abandonar a República Democrática del Congo. Porque seis muertos propios siempre contarán más que 8.500 muertos ajenos. Seis muertos propios contarán más que un millón de muertos ajenos, si hace falta. El egoísmo y la cobardía en que se sumerge el mundo ha normalizado este tipo de realidades, como ha normalizado el hecho de que haya sangre en el suelo y sangre en los órganos sexuales de las mujeres congoleñas, pero es aceptable porque la alternativa sería comprar el IPhone más caro.

La Comunidad de Desarrollo de África Austral ha abandonado el país. La fuerza de Naciones Unidas con capacidad operativa y que podría enfrentarse al M23 combatió durante dos días en Goma. Nunca más. El anuncio de la retirada de las tropas de la SADC, además, viene dado apenas cinco días antes de que se inicien las conversaciones de paz entre el Gobierno congoleño y los rebeldes del M23. Dicho diálogo, que tendrá lugar en Luanda (Angola), según ha confirmado el presidente angoleño, empieza con República Democrática del Congo, no acompañada por sus aliados de la SADC, sino abandonada por ellos, empequeñecida, débil, sola. El timing de la retirada podría considerarse como una traición.

Aprovechando la nueva, el M23 ocupó también este jueves la isla de Idjwi, en el lago Kivu, donde viven 100.000 personas y 35.000 desplazados que huyeron de zonas violentas en los últimos meses. El mismo día que la SADC anuncia su retirada, el M23 ha capturado otro generoso pedazo de tierra congoleña. Por si alguno pensaba que la retirada de los sudafricanos podría interpretarse como un gesto de buena fe que el M23 sabría valorar.

Paul Kagame, blanqueado

El aire hiede de un modo repugnante. Pese a las pruebas abrumadoras que demuestran que Paul Kagame, presidente de Ruanda, apoya, financia y arma al M23, el ruandés no sólo ha esquivado cualquier sanción por parte de cualquier organismo internacional o nación extranjera; es que fue entrevistado la semana pasada por Mario Nawfal, el comunicador favorito de Elon Musk & Co., con 2.1 millones de seguidores en X. En la entrevista, Nawfal no sólo blanqueaba a Kagame, sino que daba pista libre a este dictador desde hace 25 años para vomitar toda su propaganda sin recibir ninguna réplica.

Kagame afirmó que “la ayuda humanitaria es una trampa”. Sin embargo, mientras que Nigeria (país con +230 millones de habitantes) recibe 4.000 millones de dólares anuales de ayuda, Ruanda (13 millones de habitantes) recibe 1.000 millones de dólares anuales en ayuda. Ha recibido además generosas cantidades de Bélgica, Reino Unido, Francia, Alemania… tal y como explicó LA RAZÓN en un artículo reciente. Kagame afirmó que “Ruanda ha pasado de un 90% de ayudas a ser autosuficiente”. Teniendo en cuenta que un 73% de sus exportaciones corresponden a oro y coltán extraído de República Democrática del Congo por medios ilícitos (no existen minas de estos metales en Ruanda), la palabra “autosuficiente” puede sonar inventada. Además, el volumen de exportaciones de Ruanda es de 1.300 millones de dólares: similar a la ayuda que reciben.

Kagame aseguró que “en Ruanda hemos prohibido la mendicidad”. Un aspecto curioso, desde que este periodista ha estado varias veces en el país y todas las veces se le ha acercado algún ruandés pidiéndole dinero. En un arranque de victimismo, indicó en lo referente a la crisis congoleña que “Ruanda se lleva toda la culpa, pero los verdaderos jugadores están escondidos”.

Pese a que es cierto que no se conocen todos los “jugadores” del conflicto, el papel de Ruanda es indiscutible. Se conoce que los ruandeses han introducido aparatos antiaéreos transportados en vehículos WZ551 6x6 de fabricación china a la altura de las localidades de Kibati y Buhumba, con la orden directa de disparar a cualquier aparato volador, incluyendo (como ya ha ocurrido en el pasado) drones de Naciones Unidas. Se conoce que las armas chinas que portan combatientes del M23 han sido provistas por Ruanda. Se conoce que varios militares ruandeses han sido capturados entre las filas del M23 para luego ser expuestos públicamente por el Gobierno congoleño, como prueba irrefutable de ello. Se conoce, porque este periodista ha estado con elementos del M23 en repetidas ocasiones, que muchos de ellos hablan kiñaruanda (idioma de Ruanda) pero no hablan francés o suajili, que son lenguas habituales en el este congoleño. Etc.

Kagame acusa al presidente congoleño de tener una “ideología genocida”, pero omite que sus tropas masacraron en 1996 a decenas de miles (algunas cifras hablan de 300.000) refugiados hutu ubicados en el este congoleño. Al final de la entrevista juega a ser Donald Trump y asegura que una paz es posible a cambio de “derechos mineros”. Que es de lo que trata esta historia.

En definitiva, República Democrática del Congo se ha quedado sola. Sus aliados han abandonado. Mientras tanto, Paul Kagame es entrevistado por uno de los comunicadores más populares de Estados Unidos, a la vez que el M23 sigue conquistando territorios donde asesinan, violan, testigos afirman que secuestran a niños para llevarlos a trabajar en las minas… ¿en nombre de la libertad? Si pudiera escupirse al suelo con una palabra, no les quepa duda de que este periodista la escribiría.