PNV

«Negaré haberlo dicho: esto es un soborno... que obviamente aceptaré»

Lord Cunningham
Lord Cunninghamlarazon

Tres lores caen en la tentación y en la trampa. Piden dinero a unos falsos empresarios a cambio de favores.

Parece que a los lores británicos no les resultan suficientes los más de 80.000 euros anuales que cobran por realizar las limitadas funciones que les permite la Cámara Alta del Parlamento británico (en la que los cargos son de carácter hereditario o designados a dedo). Ayer se destaparon una serie de conversaciones privadas de tres de sus representantes que muestran cómo en sus ratos libres aprovechan para sacar partido de su posición y embolsarse un sobresueldo. Los tres políticos en cuestión son el norirlandés del Partido Unionista del UlsterJohn Laird y los laboristas Jack Cunningham y Brian Mackenzie of Framwellgate, cuyas prácticas quedaron al descubierto gracias a un reportaje de investigación publicado por el periódico «The Sunday Times». Los reporteros de dicho diario se hicieron pasar por representantes de una compañía surcoreana de energía solar con intenciones de obtener beneficios del Parlamento a cambio de suculentas cantidades económicas.

Viaje de lujo a las Fiji

Los tres picaron el anzuelo y aceptaron introducir preguntas en la Cámara Alta, e incluso organizar fiestas para establecer contactos de interés, para conseguir sus objetivos, algo que está totalmente prohibido por ley, ya que tal y como viene recogido en su código de conducta, «no deben tratar de beneficiarse de la pertenencia a la Cámara al aceptar o acordar aceptar un pago por la prestación de asesoramiento o servicios parlamentarios».

«Nada de eso es un problema para mí», confesó Cunnigham, quien fue ministro en dos ocasiones en el Ejecutivo de Tony Blair y solicitó un pago de 170.000 euros al año por ejercer de intermediario. Por su parte, Laird y Mackenzie explicaron, por separado, su «modus operandi»: ellos escuchan las necesidades del empresario en cuestión, se las transmiten a un compañero de la Cámara y éste es el que plantea la pregunta ante los lores, con la intención de evitar que ninguno quede comprometido y cualquier conexión sea difícil de comprobar. Curiosamente, otra investigación realizada por la BBC y el «Daily Telegraph» corroboró estas prácticas con algunos protagonistas en común, como es el caso de Lord Laird, quien en este caso solicitaba un pago de más de 2.000 euros mensuales por interceder, supuestamente, para que las Islas Fiji reingresaran en la Commonwealth. Eso sí, en dicho soborno debería incluirse un viaje de lujo a las islas. De hecho, el pasado viernes, otro político, en este caso de la Cámara de los Comunes (cargos electos), Patrick Mercer, se vio en la obligación de abandonar su escaño tras revelarse su implicación en esta misma trama.

Ayer, los tres lores, que negaron haber violado las leyes, fueron suspendidos por sus respectivos partidos, aunque mantendrán su puesto en la Cámara Alta como miembros independientes. Incluso, aseguraron haber sido conscientes de que les estaban grabando y que lo que hacían era participar en el reportaje para sacar a la luz estas irregularidades.

Con las manos en la masa

– Lord Laird: «Negaré haber dicho esto, pero es un soborno... Si lo hago, que obviamente lo haré, lo realizaré a cambio de una recompensa económica... Aunque es mejor hacerlo a través de una tercera persona».

– Lord MacKenzie (en el centro): «¿Me estás proponiendo pagarme 10.000 libras al mes? 12.000 será mejor, creo que así sí que podremos hacer negocios... y entonces no habrá problemas y podrás contactar conmigo de lunes a domingo. Llámame, mándame un mail y proponme con quién hablar o si es necesario invitar a comer a algún miembro de la Cámara... Lo que sea».

– Lord Cunningham: «No es difícil. Estoy bien relacionado con todo el espectro de mi partido. Llamaremos a las puertas y nos reuniremos con quien sea necesario, incluso con los ministros. Todo esto está incluido dentro del ''pack''».