Estados Unidos
Obama rechaza la construcción del oleoducto canadiense Keystone
La decisión del presidente supone una victoria para los ecologistas
No fue casualidad que Barack Obama decidiera hacer pública su decisión sobre la construcción del controvertido oleoducto Keystone XL con la presentación del informe de desempleo.
No fue casualidad que Barack Obama decidiera hacer pública su decisión sobre la construcción del controvertido oleoducto Keystone XL con la presentación del informe de desempleo. Este segundo daba cuenta de los buenos datos de la economía de Estados Unidos con la creación de 271.000 trabajos en octubre situando así el desempleo en el 5%. Una de cal y otra de arena para contentar a los congresistas favorables al proyecto canadiense. Con el rechazo a la construcción de este oleoducto se ponía fin a a siete años de valoraciones después de que en las últimas semanas los demócratas del Congreso y activistas del medio ambiente aumentaran la presión para que el presidente Barack Obama rechazase este proyecto, el cual se ha convertido en asunto de campaña política. «El oleoducto no contribuiría a largo plazo a nuestra economía. Si el Congreso va en serio con querer crear más trabajos, ésta no es la manera de hacerlo», dijo Obama en referencia a la defensa del Partido Republicano y los magnates de petróleo de que este proyecto generaría un gran número de puestos de trabajo. A los conservarores también se habían unido los demócratas de Dakota del Norte, estado productor de petróleo.
El presidente se dirigió también a los activistas medioambientales, a los que quiso llamar la atención sobre su tremendismo en caso de que el proyecto hubiese salido adelante. «No bajaría los precios de la gasolina a los estadounidenses. De hecho, ya están bajando», recordó el presidente flanqueado por el vicepresidente Joe Biden y el secretario de Estado John Kerry. «Esta mañana también he tenido la oportunidad de hablar con el primer ministro canadiende Justin Trudeau, que me ha expresado su decepción. Eso sí, ambos estamos de acuerdo en nuestra estrecha amistad y colaboración sobre ciertos asuntos, en los que se incluye la energía y el cambio climático», resaltó Obama quien en diciembre acude a París a la Cumbre sobre el Cambio Climático.
En realidad, el cambio de gobierno en Canadá ha apuntalado la postura de Obama sobre qué hacer con la propuesta de Keystone. El predecesor de Trudeau, Stephen Harper, hizo de este oleoducto un asunto clave en su agenda, además de convertirlo en eje entre las relaciones entre EE UU y Canadá. Trudeau ha apoyado de manera pública el proyecto, pero nunca ha sido pieza clave en sus iniciativas. Esta circunstancia le ha dado cierto margen a Obama para rechazar la propuesta sin perjudicar las relaciones entre ambos. La negativa a Keystone, que habría transportado 800.000 barriles de petróleo desde Canadá hasta la Costa delGolfo, Obama busca construir su ambicioso legado en cambio climático. En agosto ya presentó su política más importante con una serie de nuevas regulaciones para reducir las emisiones de carbono de las centrales eléctricas de todo el país. El presidente buscó con esta iniciativa «Plan de Energía Limpia» recortar para el año 2030 en un 32 por ciento las emisiones de las centrales termoeléctricas respecto a los niveles de 2005. Entonces, recordó que «sólo tenemos un hogar, un planeta. No hay un plan B». El anuncio de ayer le da además cierto empuje al presidente de cara a la Cumbre sobre el Cambio Climático que se celebrará en París en diciembre. De la misma, se espera que se convierta en la cita definitiva para conseguir un compromiso vinculante internacional que regule la reducción de CO2.
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