Videos
Obama adelanta su apoyo oficial a Hillary Clinton
Sanders, tras reunirse con el presidente, afirma que no se retira de la campaña, pero reconoce que ayudará a la candidata demócrata a derrotar a Trump
Sanders, tras reunirse con el presidente, afirma que no se retira de la campaña, pero reconoce que ayudará a la candidata demócrata a derrotar a Trump
En un principio dio la sensación de que iba a esperar y dejar pasar unos días. Sin embargo, el presidente Barack Obama anunció ayer de manera oficial su apoyo a Hillary Clinton como candidata del Partido Demócrata en un vídeo distribuido por la Casa Blanca a los periodistas. «Nunca ha habido nadie más preparado para este trabajo», reconoció el presidente en su comunicado, una hora después de haberse reunido con Bernie Sanders en el Despacho Oval de la Casa Blanca.
Apesadumbrado, el contrincante de Hillary Clinton, que todavía tenía aspecto de candidato cuando salió de su cita con Obama, fue escueto en sus declaraciones a la Prensa: «Estoy deseando encontrarme con Hillary Clinton en el futuro para ver cómo podemos trabajar juntos para ganar a Donald Trump en las elecciones de noviembre. Haré cualquier cosa para que no se convierta en presidente», reconoció a su salida de la reunión en Washington.
Tampoco concedió preguntas a los periodistas, pero transcendió su intención de mantener su carrera presidencial y de no ceder a las presiones internas que le pedían su abandono inmediato.
En un principio, Sanders quería esperar a mostrar su apoyo a Clinton en la celebración de primarias en Washington, previstas para el martes de la semana próxima, una cita electoral que cierra de forma oficial el calendario de elecciones primarias en el Partido Demócrata. Pero tras el último pronunciamiento de Obama y su afirmación oficial de respaldo a Clinton, el escenario político ha cambiado.
La rápida decisión de Obama tras este encuentro muestra su deseo de empezar a presentar un frente común consolidado –con los apoyos tanto de Clinton como de Sanders– que ponga contra las cuerdas al candidato republicano Donald Trump en la elección final. Esta estrategia busca unir al partido, relanzar a Hillary Clinton y hacer que los votantes de Sanders, enfadados en su mayoría con el «establishment», voten a la demócrata para derrotar al controvertido empresario. De momento, se volverá a ver a Sanders en campaña, ya que estará la próxima semana en un mitin con Clinton en Wisconsin, uno de los «estados indecisos» de esta carrera, y que el presidente ganó en las elecciones de 2008 y 2012.
La reunión a puerta cerrada que mantuvo el presidente con Sanders podría considerarse ahora «la gran despedida» de la candidatura del senador, de quien apenas se recuerda cuando la anunció de forma oficial.
En aquel momento se presentaron frente al edificio del Senado para escucharle media docenta de periodistas, a quienes dedicó unos minutos para conversar, en una clara señal de que él no era un candidato como el resto del «establishment». «Tengo trabajo en el Senado», se disculpaba entonces ante unos reporteros estupefactos. Su actitud no impresionó a los periodistas regionales de su Estado, ya acostumbrados a las rutinas laborales del senador.
Con el tiempo, Sanders logró sorprender a todos aquellos que pensaban que las primarias serían un plácido paseo de Clinton hacia la nominación oficial en la Convención Demócrata de Filadelfia (Pensilvania). Sobre todo logró ganarse la confianza de doce millones de personas, en su mayoría jóvenes, que le han dado su voto. Les convenció con su manera de hablar: clara y directa. Y con sus propuestas relativas a la educación y la sanidad pública, unas ideas que han impactado con tal fuerza que han hecho, incluso, cambiar los discursos del presidente Barack Obama.
Ayer, Sanders también se reunió con el líder de la minoría demócrata del Senado, Harry Reid, de Nevada, quien había apoyado oficialmente a Hillary Clinton. Después del cierre de esta edición tenía previsto verse con el vicepresidente Joe Biden, al que conoce de su época de senador de Delaware. Biden, conocido como el «bocazas» del Senado, fue el único que se atrevió a reconocer que «hay que dejarle en paz», haciendo referencia a las insistentes presiones ejercidas sobre Sanders para que anunciase su retirada de la carrera presidencial.
El candidato izquierdista tuvo ayer su gran día tras estos tres encuentros. Sin embargo, presentaba un semblante sombrío, el de un hombre consciente de que había llegado tan lejos que eran los máximos líderes de su partido le sugerían abandonar su lucha.
✕
Accede a tu cuenta para comentar