
Ataques
El objetivo número uno de Israel: destruir "la montaña sagrada" de Fordow que alberga el principal laboratorio nuclear a medio kilómetro de profundidad
Expertos creen que alcanzar el corazón de estas instalaciones, donde Teherán enriquece uranio al 60%, es un objetivo casi imposible incluso con las bombas más sofisticadas

Es la montaña "sagrada" para el régimen de los ayatolás. Situada a medio kilómetro de profundidad, bajo una plataforma de roca, cerca de la ciudad de Qom, la planta nuclear subterránea de Fordow es el núcleo mejor protegido del programa atómico de Irán. Para la cúpula militar israelí, Fordow es una fortaleza geológica donde Irán protege sus capacidades más sensibles. Para Teherán, en cambio, supone una garantía de supervivencia, especialmente después de Israel haya atacado este fin de semana sus instalaciones junto a las plantas nucleares de Natanz e Isfahán, matando a un total de nueve científicos relacionados con el programa atómico. La Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA por sus siglas en inglés) afirmó que no sufrió impactos y las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) no han reivindicado daños significativos.
El diario Financial Times publica en un extenso artículo los detalles de esta instalación, diseñada desde sus cimientos como una estructura capaz de resistir incluso los ataques más sofisticados. Enterrada bajo roca y reforzada con hormigón armado y protegida por sofisticadas defensas antiaéreas, Fordow está más allá del alcance de los misiles de Israel, incluidas las potentes bombas GBU-72. Ni siquiera el Massive Ordnance Penetrator (MOP), una bomba pesada "antibúnker" de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, con guía de precisión, de 30.000 libras (13.608 kg), podría asegurar su destrucción total, según expertos. Behnam Ben Taleblu, analista del Foundation for Defense of Democracies, lo resume con contundencia: “Fordow es el principio y el fin de la operación nuclear de Irán”.
Esta planta fue construida en secreto y descubierta por Estados Unidos, Reino Unido y Francia en 2009. En su interior alberga una planta de enriquecimiento de uranio, lo que encendió las alarmas sobre su posible uso con fines militares. Aunque Irán afirmó que su función era pacífica, la profundidad y ubicación de la planta contradicen esa versión. La planta alberga centrifugadoras avanzadas capaces de enriquecer uranio hasta niveles del 60 %, un umbral técnico que acerca el material al grado armamentístico. Según el Instituto de Ciencia y Seguridad Internacional (ISIS), si Irán optara por "cruzar el umbral", esta planta podría enriquecer 25 kg de uranio apto para armas —suficiente para una bomba nuclear— en apenas tres días. En tres semanas, podría generar material para hasta nueve armas nucleares.

"Si Fordow sigue operativo, los ataques de Israel apenas pueden frenar el camino de Irán hacia la bomba", escribió el viernes James M. Acton, codirector del Programa de Política Nuclear del Carnegie Endowment for International Peace, según recoge la CNN.
Esta planta sobrevivió a los ataques aéreos israelíes del 13 de junio de 2025, según reconoció la propia organización iraní de energía atómica, aunque admitió "daños limitados". Mientras tanto, instalaciones más vulnerables, como Natanz, sufrieron daños más severos. Este contraste ha reforzado la idea de que Fordow será probablemente el último bastión del programa nuclear iraní en caso de guerra total.
Desde la reactivación de Fordow tras la explosión en Natanz en 2021, las centrifugadoras no solo se han mantenido operativas, sino que han jugado un papel central en el aumento del stock de uranio enriquecido. Según la ONU, en mayo de 2025 Irán contaba con 408 kg de uranio enriquecido al 60 %, una reserva técnicamente suficiente para múltiples ojivas si se decide su conversión.
Fordow no es el único proyecto subterráneo iraní, revela Financial Times. A escasos kilómetros de Natanz, Irán construye una instalación aún más profunda en la montaña conocida como Pickaxe Mountain. Con al menos cuatro entradas y salas subterráneas más amplias, esta nueva instalación ha sido inaccesible para inspectores del OIEA. Los analistas temen que pueda utilizarse no solo para enriquecer uranio, sino incluso para ensamblar una bomba nuclear bajo cobertura de guerra.
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