
Conflicto en Oriente Medio
La ofensiva en Irán agrava la tensión internacional
Trump no descarta sumarse a la operación militar israelí contra Irán, mientras Rusia advierte contra una intervención directa

A pesar de los últimos seis días de junio, los más duros de su historia de más de 45 años, no habrá rendición del régimen iraní. Es el mensaje nítidamente expresado ayer por el ayatolá Ali Jamenei, de 86 años, líder supremo de la República Islámica desde 1989 y guardián de las esencias de una teocracia anacrónica que hizo con éxito del antagonismo con Occidente y el nacionalismo persa uno de sus puntales. En un discurso televisado desde su escondite –la inteligencia israelí cree que se oculta al norte de Teherán–, Jamenei advirtió ayer a Estados Unidos de que su implicación directa en la ofensiva israelí «le causaría un daño irreparable».
La posibilidad de que Washington se una a los ataques de su socio israelí gana cuerpo con el paso de las horas. Teherán sabe que el régimen puede estar ante sus últimos días, pero con un Oriente Medio convulsionado y en plena transformación nadie vislumbra aún una transición en uno de los países más poblados y complejos de la región. La advertencia ayer de las autoridades rusas a la Administración Trump de que se abstenga de participar en la guerra y la posibilidad de una eventual respuesta ruso-china en auxilio de su aliado amenazan con hacer de la escalada israelo-iraní un conflicto bélico planetario.
«Los estadounidenses deberían saber que la nación iraní no se va a rendir y que cualquier intervención militar les causaría sin duda un daño irreparable», afirmó ayer el líder supremo iraní. «Estados Unidos entraría en este asunto [en referencia a la guerra] totalmente en detrimento propio», avisó Jamenei. Además, el jefe de Estado iraní aseveró que «el daño que sufriría [el país norteamericano] superaría con mucho el daño que pueda sufrir Irán».
El líder espiritual y político de Irán se dirigió directamente al presidente estadounidense, Donald Trump, que el martes había asegurado saber el paradero de Jamenei y admitido que no acabarán «por ahora» con su vida, para afirmar que sus compatriotas «no responden bien al lenguaje de las amenazas y que la nación iraní no se rendirá». «No es inteligente pedir a la nación iraní que se rinda. ¿Ante quién debe rendirse la nación iraní? Nunca nos rendiremos en respuesta a los ataques por parte de cualquiera que los lance. Esa es la lógica de la nación iraní. Ese es el espíritu de la nación iraní», zanjaba Ali Jamenei.
Entretanto, el Ejército de Israel prosiguió ayer su campaña de bombardeos contra «objetivos militares» en Teherán tras revelar en X haber destruido «el cuartel general de la seguridad interna» iraní y una «fábrica de sistemas de defensa». En medio de una situación de impotencia y desmoronamiento –el régimen asegura haber lanzado ya 400 misiles y un millar de drones hacia Israel, con un impacto limitado–, el Ministerio de Comunicaciones admitía además cortes de internet «para prevenir abusos del enemigo».
Desde el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), su director general, el italiano Rafael Grossi, admitía ayer no tener constancia del paradero de las reservas de uranio iraní altamente enriquecido.
En las que pueden ser últimas horas antes de la participación directa de las fuerzas estadounidenses en la guerra, Trump reveló ayer que las autoridades iraníes le propusieron llevar a cabo una reunión en la Casa Blanca para negociar sobre el programa nuclear iraní. En espera de que lo peor para el régimen puede estar por llegar, Trump aseguró que todavía «no es demasiado tarde» para que Teherán se sume a las conversaciones para un acuerdo nuclear. «Eso es valiente, pero no es fácil para ellos hacerlo. Lo sugirieron porque yo no puedo ir ahora por todo lo que está pasando», explicaba ayer el mandatario estadounidense, que precisó que las conversaciones no se dieron porque «en el último minuto» Teherán rechazo esa posibilidad.
Fiel a su juego de las últimas jornadas, en la misma intervención el inquilino de la Casa Blanca dejó en el aire si habrá participación directa de sus tropas en la guerra: «Puede que lo haga o puede que no. Nadie sabe qué voy a hacer. Les puedo decir esto: Irán tiene muchos problemas y quiere negociar». A continuación, Trump les preguntaba: «¿Por qué no habéis negociado conmigo antes?», asegurando que el régimen «está totalmente indefenso» y «no tiene ninguna defensa aérea». Asimismo, el presidente estadounidense describió a la República Islámica de Irán como «matón de patio de colegio» durante mucho tiempo. «Durante 40 años han estado diciendo Muerte a EE UU, Muerte a Israel, muerte a cualquiera que no les guste», precisaba.
A juicio del analista político Daniel Bashandeh, «Israel ha lanzado una ofensiva militar para destruir las instalaciones nucleares iraníes, pero al no conseguirlo, su estrategia parece orientarse ahora hacia un cambio de régimen y presionar a EE UU para que se implique directamente». «La República Islámica de Irán se mantiene a la defensiva. Hasta ahora, ha respondido con firmeza, sin señales evidentes de fracturas internas. No obstante, se enfrenta a un dilema estratégico: debe responder a la presión externa sin comprometer su estabilidad interna, todo ello con recursos limitados frente a un adversario respaldado por Estados Unidos», zanja a LA RAZÓN el especialista hispano-iraní.
El líder ruso, Vladimir Putin, insistió en que Moscú sigue dispuesto a actuar como mediador. El presidente ruso contactó con «una serie de líderes extranjeros» para proponer una mediación.
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