
Guerra con Ucrania
"Pescamos a los extranjeros y les mandamos al frente": el Kremlin busca reclutas debajo de las piedras
Moscú organiza redadas entre los extranjeros a los que concedió la nacionalidad a cambio de incorporarse a filas. 20.000 ya han sido enviados al frente y otros 60.000, ya detenidos, podrían hacerlo en breve

Cuando la guerra aprieta, cualquier táctica es buena para llenar de "voluntarios forzosos" la primera línea del frente, especialmente si los soldados son de fuera y no tienen unos familiares en casa que lloren su muerte. Más allá de su medida más controvertida, la de tener a soldados norcoreanos luchando en el frente de Kursk, el Kremlim ha tenido que redoblar sus esfuerzos para completar las filas con militares extranjeros.
Uno de los caminos más directos es el de conceder la nacionalidad rusa a cambio de incorporarse a filas, una práctica que se ha vuelto habitual desde que se inició la invasión de Ucrania hace más de tres años. El problema para el Kremlin es que en no pocas ocasiones los extranjeros nacionalizados hacen todo lo posible para evitar la llamada a filas. Para evitarlo, el ejército ruso ha puesto en marcha lo que llama la "pesca" de extranjeros.
"Nuestra dirección de investigaciones militares ha sido autorizada para efectuar redadas periódicas en los lugares donde hay migrantes. Pescamos a los extranjeros que recibieron la ciudadanía rusa pero no se inscribieron en las oficinas militares pese a que están obligados a hacerlo", aseguró esta semana el presidente del Comité de Instrucción de Rusia (CIR), Alexandr Bastrikin, en declaraciones citadas por la agencia rusa Tass y recogidas por Efe.
Con esta táctica más de 20.000 ciudadanos rusos recientemente naturalizados han sido ya enviados al frente de batalla ucraniano, aunque son muchos más los que han sido arrestado y, previsiblemente, serán enviados a luchar en breve. Según Bastrikin, en el marco de estas redadas ya "fueron detenidos 80.000 ciudadanos rusos, que no ya al frente, ni siquiera a las oficinas quieren ir".
"Los incluimos en los registros militares y ya se encuentran en el frente 20.000 jóvenes ciudadanos de Rusia a los que por alguna razón no les gusta vivir en Uzbekistán, Tayikistán o Kirguistán", indicó con sorna Bastrikin.
Bastrikin señaló que recientemente conversó con varios militares que combatieron en Ucrania, uno de los cuales era tayiko. "Fue condecorado con la Orden por el Coraje", dijo.
A mediados del año pasado Bastrikin propuso retirar la ciudadanía a los rusos naturalizados que eludían inscribirse en las oficinas militares, al señalar que los extranjeros que reciben la nacionalidad rusa "no solo adquieren derechos sino también obligaciones".
A su vez, el Ministerio del Interior solicitó a las oficinas militares información sobre las personas que hayan recibido recientemente la ciudadanía rusa pero no hayan acudido al registro militar.
El Kremlin ha recurrido en el pasado incluso a publicar anuncios en inglés para reclutar a soldados extranjeros para su “unidad especial” compuesta solo por soldados de fuera del país. Les ofrece un salario mensual de 2.200 dólares (2.069 euros), una cantidad muy elevada para la economía rusa. Una parte de estos reclutas proceden sde antiguas repúblicas soviéticas, en especial Armenia, Azerbaiyán, Tayikistán y Kazajistán.
El otro vivero habitual para completar el frente es África, donde Moscú busca mercenarios con ganas de guerra y apuros económicos a los que ofrecer una propuesta que no pueden rechazar. Ruanda, Burundi, Uganda y Congo son algunos de los "caladeros" para las fuerzas militares rusas, aunque no los únicos.
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