
Drones
La policía de Nueva York quiere luchar contra los drones y va a utilizar una técnica parecida a una de la Segunda Guerra Mundial
La policía de Nueva York va a utilizar globos aerostáticos para dificultar el vuelo de los drones no autorizados. Esta táctica ya se utilizó en la Segunda Guerra Mundial para evitar que los aviones volaran a ras de suelo

Las ciudades modernas, especialmente aquellas de gran densidad como Nueva York, se enfrentan a desafíos sin precedentes en la gestión de su espacio aéreo. La proliferación de vehículos aéreos no tripulados, o drones, ha transformado los cielos urbanos, ofreciendo nuevas posibilidades pero también creando significativas preocupaciones de seguridad.
Estos dispositivos, que van desde recreativos hasta profesionales, pueden representar riesgos si operan sin control. La invasión de la privacidad, el peligro para la navegación aérea e incluso el potencial uso indebido con fines ilícitos son realidades que las autoridades deben abordar con urgencia.
Ante este panorama, los cuerpos policiales de todo el mundo están explorando diversas estrategias para neutralizar la amenaza de los drones no autorizados. A diferencia de las soluciones militares tradicionales, que a menudo implican la destrucción del aparato, se buscan alternativas que minimicen los daños colaterales en un entorno densamente poblado.
La Policía de Nueva York adopta una novedosa estrategia para controlar los cielos urbanos
En respuesta al creciente desafío que representan los drones no identificados sobre la Gran Manzana, el Departamento de Policía de Nueva York (NYPD) está preparando la implementación de una medida innovadora. El plan implica desplegar sus propios vehículos aéreos para interceptar y neutralizar drones hostiles, utilizando una técnica basada en la captura mediante redes según apuntan desde Interesting Engineering.
La tecnología que interesa a la policía neoyorquina es el sistema Iron Drone Raider, desarrollado por la empresa American Robotics. Este sistema está diseñado para operar de forma autónoma, siendo capaz de detectar la presencia de pequeños drones no deseados y lanzar inmediatamente un interceptor desde una base fija. La inteligencia artificial juega un papel crucial en este proceso.
Una vez lanzado, el dron interceptor utiliza visión avanzada guiada por IA para localizar y seguir al objetivo con precisión, tanto de día como de noche. La neutralización se consigue desplegando una red que envuelve al dron hostil, inmovilizándolo. Posteriormente, un paracaídas asegura que el dron capturado descienda de forma segura al suelo, evitando caídas descontroladas que podrían causar daños.
La necesidad de una solución eficaz se acentúa por el aumento significativo de incursiones de drones reportadas recientemente; el FBI, por ejemplo, ha registrado miles de avistamientos en pocas semanas. A diferencia de alternativas como los láser o la guerra electrónica, que pueden ser muy costosas y complejas de implementar en un entorno urbano, el sistema Iron Drone Raider se presenta como una opción relativamente más económica, con un coste inferior a los 200.000 dólares por sistema con ocho drones interceptores.
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