Oriente Medio
Al menos cuatro muertos y más de 500 heridos en la explosión en un puerto iraní
Fuentes israelíes han negado cualquier responsabilidad en la tragedia en la ciudad portuaria de Bandar Abbas
Al menos cuatro personas habían muerto y 561 resultado heridas como consecuencia de la enorme explosión ocurrida este sábado en el puerto iraní de Shahid Rayahei, situado en la localidad de Bandar Abbas (al sur del país), según el último balance proporcionado por las autoridades de la República Islámica al cierre de esta edición. Fuentes locales citadas por el medio vinculado a la oposición Iran International aseguraban que hay “decenas” de fallecidos. A falta de una explicación oficial sobre sus causas, por el momento, no se baraja la hipótesis del sabotaje o del ataque. El suceso tuvo lugar prácticamente a la misma hora en que en las delegaciones de Estados Unidos y la propia República Islámica se reunían por tercera vez en dos semanas a fin de negociar los términos de un acuerdo nuclear.
La explosión -que dejó una columna de humo de cientos de metros de altura y se dejó sentir en ciudades situadas a varios kilómetros de distancia- obligó a la movilización por parte de las autoridades iraníes de quince ambulancias y cuatro autobuses medicalizados hasta el lugar del accidente para transportar a los heridos. Los heridos fueron trasladados -más de medio millar al cierre de estas líneas un total de cinco hospitales: Shahid Mohammadi, Sayyid al Shuhada, Hazrat Sahib al Zaman, Jatam al Anbiya y el los Mártires del golfo Pérsico. La explosión dejó un escenario apocalíptico en las instalaciones del citado puerto del sur de Irán, con daños que afectaron a instalaciones industriales situadas en su entorno.
Las autoridades iraníes investigan los motivos de una explosión que tuvo lugar coincidiendo con el inicio en Mascate de la tercera ronda de conversaciones nucleares entre EEUU y la República Islámica en un ambiente de moderado optimismo. En la tarde de ayer la Oficina de Aduanas del puerto publicaba un comunicado en el que apunta a que la causa de la explosión fue probablemente el incendio declarado en un almacén de productos químicos, el cual, a su vez, habría provocado una reacción en cadena de otros depósitos con material inflamable.
Después de que la propia agencia estatal de noticias IRNA apuntara a la explosión de un depósito de gas en un despacho inicial, la Compañía Nacional de Refinación y Distribución de Productos Petroleros de Irán salía al paso para aseverar que la “explosión no está relacionada con las refinerías, los depósitos de combustible, ni con las instalaciones de distribución y los oleoductos vinculados a esta compañía en esa región. Actualmente, la operación de las instalaciones ubicadas en la zona de Bandar Abás continúa sin interrupciones”.
“Los equipos y recursos de emergencia y bomberos de todas las compañías petroleras situadas en la región se encuentran en estado de alerta y prestando servicios de apoyo para colaborar en la gestión del incidente bajo la coordinación de la Organización de Puertos y Navegación”, proseguía el comunicado de la Compañía Nacional de Refinación y Distribución de Productos Petroleros de la República Islámica citado por la agencia IRNA.
El presidente iraní, Masud Pezeshkian, expresó ayer su “profundo pesar y simpatía hacia las víctimas” y dio orden de “investigar la situación y las causas del incidente”. Además, el líder iraní confirmó que el ministro del Interior, Eskandar Momeni, se había desplazado con carácter inmediato a la provincia de Hormozgan para “examinar de cerca las dimensiones del accidente, realizar las coordinaciones necesarias y abordar el estado de los heridos”. Por orden del propio titular de Interior, el presidente de la Organización de Gestión de Crisis se desplazaba asimismo a la zona.
Por su parte, fuentes oficiales israelíes citadas por el canal local Channel 12 negaron cualquier responsabilidad en lo ocurrido en el puerto. Se ha dado también la coincidencia de que, hace algo más de un año, el 19 de abril de 2024, las fuerzas israelíes bombardearon la base militar iraní de Isfahán en medio de un escenario de alta tensión entre Teherán y Tel Aviv.