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¿Proteger la Proposición 8?

La Razón
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l ¿Por qué hay tantas diferencias entre Estados a la hora de permitir el matrimonio homosexual?

–Es un aspecto único del sistema constitucional. El Gobierno federal tiene poder para definir el matrimonio, pero no puede forzar a los Estados a aplicarlo. Por eso, se crea un conflicto pero también una competición saludable entre los Estados, con su habilidad de experimentar en sus instituciones sociales, ver si funcionan bien o mal y, en caso positivo, aplicarlas a todo el país.

l ¿Ha funcionado bien en los estados la ley que permite los matrimonios homosexuales?

–Es todavía muy pronto para predecirlo. Es un fenómeno muy nuevo. Pero, por ejemplo, hubo mucho conflicto en Massachusetts con la ley que permitía adoptar a los homosexuales.

l ¿Es importante defender la llamada Proposición 8?

–Creo que es algo muy saludable. En primer lugar, porque define el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer y establece que uno de sus fines es la procreación, por lo que es una institución beneficiosa. Es decir, se benefician los hijos pero también la sociedad. Me parece totalmente legítimo que haya quien quiera mantener tal institución en lugar de debilitarla.

l ¿Qué me dice del argumento de que entonces los homosexuales deberían ser tratados como un grupo protegido?

–Ese argumento existe. No obstante, en nuestras leyes debemos tratar a la gente de forma similar. Por lo que la pregunta real es si las relaciones homosexuales son iguales a las demás.