Rajoy: «Espiar es impropio entre amigos»

Los elogios que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, dirigió ayer al líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, por su moderado pronunciamiento sobre el caso del espionaje de EE UU son una buena síntesis de las posiciones que uno y otro fijaron en el Congreso de los Diputados. Rajoy eludió entrar en las novedades del día, la supuesta participación del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) español en esos espionajes, y se centró en mostrar su inquietud por las informaciones que apuntan a un barrido masivo por parte de los servicios de inteligencia americanos. El Gobierno mide las palabras en un escenario en el que está obligado a trasladar un mensaje de firmeza a la opinión pública en defensa de la legalidad y del equilibrio entre seguridad y derechos individuales. Pero en el que no puede permitirse el lujo de buscar el choque de trenes con la Administración norteamericana ni en clave política ni económica. Y menos cuando esta crisis coincide, además, con un momento en el que Moncloa sigue negociando una entrevista del presidente del Gobierno español con Obama. Rajoy explicó en el Congreso que «se toma muy en serio» las informaciones aparecidas, y que por ello han pedido explicaciones a Washington por «algunos actos que, de ser ciertos, resultarían inapropiados e inaceptables entre socios y amigos». Pero el Gobierno lo condiciona todo a que pueda llegar a demostrarse que esas informaciones son ciertas.

De lo que afecta a las actividades del CNI, su director, Félix Sanz Roldán, comparecerá la próxima semana en la comisión de secretos oficiales de la Cámara Baja para dar explicaciones a los grupos parlamentarios, según confirmó el propio Rajoy. En su intervención, el presidente pidió «prudencia» y «sensatez» para manejar este asunto, y agradeció el «equilibrio y la sensatez» de Rubalcaba en el manejo de esta delicada cuestión. El líder socialista defendió que si se confirmaran las denuncias, sería una deslealtad, y también reclamó al Ejecutivo que traslade a Estados Unidos que ha puesto en riesgo la confianza entre países aliados. Tanto el presidente del Gobierno como el jefe de la oposición estaban obligados a pronunciarse durante el debate sobre las conclusiones del último Consejo Europeo, y así lo hicieron, pero ajustándose a un guión muy parecido y dentro de un mismo discurso políticamente correcto. Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, José Manuel Gracía-Margallo, que ayer se encontraba de viaje oficial en Tallin (Estonia), aseguró que todavía no ha recibido de Washington la información que se le ha solicitado desde que apareciera por primera vez España en los papeles de Edward Snowden. «Sólo cuando tengamos estas noticias y hayamos recibido explicaciones, podremos actuar de forma concreta y dentro del marco de la legislación ordinaria y constitucional». Margallo hizo referencia a las últimas informaciones publicadas por «The Wall Street Journal», en las que se afirmaba que el espionaje al que hacen referencia las filtraciones de Snowden lo llevaron a cabo los países implicados, quienes después las compatieron con la Agencia Nacional de Seguridad (NSA). «No tengo constancia de las actuaciones que ha realizado dentro o fuera de nuestras fornteras el CNI, ya que por definición es materia reservada», afirmó el ministro.