Análisis

"El reconocimiento de Palestina no implica reconocer a Hamás como líder de ese Estado"

Jonathan Meta, abogado especialista en Derecho Internacional, analiza la repercusión del reconocimiento del Estado palestino por parte de España, Noruega e Irlanda

Manifestación en defensa de Palestina en la Plaza Mayor de Madrid
Manifestación en defensa de Palestina en la Plaza Mayor de MadridGonzalo PérezLa Razón

- Hay cierto temor a que el reconocimiento por parte de España, Noruega e Irlanda del Estado palestino con Hamás controlando Gaza suponga un espaldarazo para la organización terrorista/fundamentalista. ¿Qué opina sobre ello?

- No creo que este reconocimiento implique también un reconocimiento de una organización terrorista como Hamás como líder de ese Estado. En primer término, porque legalmente Hamás es considera una organización terrorista por la Unión Europea y potencias occidentales. En segundo término, porque las propuestas internacionales que están sobre la mesa no incluyen a Hamás como jugador clave en el día después. De hecho, quienes hoy son grandes defensores de la creación de un Estado palestino como parte del «día después» de esta guerra –hablamos de Estados Unidos, Egipto y Arabia Saudí– prefieren no tener la influencia iraní tan cerca de su territorio. Hamás también entiende esto, y por eso en el momento en el que más cerca se estuvo de un acuerdo que llevara a la liberación de prisioneros palestinos, se informó que Hanyie y Hamdan pidieron específicamente la liberación de Marwan Barghouti, líder palestino relacionado con Al Fatah. Hamás definitivamente espera tener un rol en el día después, pero justamente lo que parece estar planeando Occidente –interesantemente lo mismo que no planea Israel y que lo lleva a encontrarse en la situación que se encuentra– es una alternativa a Hamás.

- El anuncio de Pedro Sánchez provocó la retirada de la embajadora de Israel en España. ¿Es el peor momento de las relaciones bilaterales desde la normalización de relaciones?

- En términos diplomáticos puede decirse que es el peor momento de las relaciones diplomáticas. Sin embargo, no es la primera vez que Israel y España viven una crisis en sus relaciones a raíz del reconocimiento de España del Estado palestino. De hecho, en junio de 2023, se comenzó a aplicar una norma de la Unión Europea que consideraba que los productos manufacturados en Judea y Samaria no eran productos israelíes. Israel respondió en su momento diciendo que dicha medida no tenía ningún tipo de impacto, pero vemos hoy que se trataba de un proceso que se cocinó a fuego lento, a los ojos de un Gobierno que no supo ver cómo se desmoronaba su imagen en el mundo, producto principalmente de la política de sus sectores más radicales, que previo a la guerra estuvieron muy concentrados en aumentar la cantidad de asentamientos en Judea y Samaria, lo que plantea una situación cuanto menos problemática en referencia al Derecho Internacional.

- Este conflicto entre España e Israel se produce días después de la crisis con la Argentina de Milei. ¿Está gripándose la diplomacia?

- El mundo está en un momento muy complicado. Sin embargo, la crisis con Milei e Israel surgen de lugares comunes. De hecho, el ministro de la Diáspora de Israel, Amichai Chikli, estuvo presente en el mismo evento de Vox en el que estuvo Milei. Israel se encuentra con una guerra que no decidió empezar y surgió producto del ataque más horrible que sufrió en su historia, perpetrado por un grupo terrorista que no demostró ningún tipo de limitación humanitaria en el camino. Sin embargo, Israel desde el 13 de octubre tomó la ofensiva y desde ese momento tiene en sus manos la posibilidad de decidir cómo terminar el conflicto. Este Gobierno parece elegir el camino que le aísla de Occidente y le acerca a los Gobiernos populistas que, casualmente, están más cercanos a Putin que a Biden. Así, lo que estamos viendo es un Gobierno israelí que está apostando al crecimiento de estos movimientos en el mundo y, en particular, a un Gobierno de Donald Trump en EE UU a partir de enero. Netanyahu espera, y probablemente con razón, que Trump le permita ocupar militarmente la Franja de Gaza.