En Estados Unidos los ánimos en las calles siguen caldeados mientras continúan las redadas de la policía migratoria que avanza en la promesa del presidente de Donald Trump de deportar a tantos millones de personas indocumentadas -perfilando a migrantes latinos- como sea posible. Frente al escenario de manifestaciones que se ha vivido por días en Los Ángeles, epicentro de las protestas que se han extendido de costa a costa en rechazo a las detenciones y separaciones de familia, la alcaldesa de la ciudad instauró un toque de queda que entró en vigor el martes por la noche.

La alcaldesa Karen Bass indicó que el toque de queda, que comienza a las 8 p.m. y finaliza a las 6 a.m. por tiempo indefinido, era necesario para calmar los disturbios. “Si conduces por el centro de Los Ángeles, el graffiti está por todas partes y ha causado daños significativos”, explicó la funcionaria, agregando que solo el lunes por la noche se saquearon 29 negocios.

También hubo manifestaciones en Nueva York, Boston, Chicago, Dallas, Atlanta y otras ciudades, en rechazo a la política migratoria estricta de la administración Trump y sus operativos agresivos, que los líderes demócratas de California han criticado por generar miedo en las comunidades. En el país se han contabilizado al menos 25 manifestaciones desde el lunes. Algunas reunieron solo a unas pocas decenas de personas, mientras que otras atrajeron a miles.

El presidente Donald Trump y el secretario de Defensa Pete Hegseth autorizaron el despliegue de unos 700 marines y más de 2,000 efectivos de la Guardia Nacional en Los Ángeles, decisión que el gobernador Gavin Newsom y la alcaldesa Bass criticaron como innecesaria.

“Esto no es una insurrección”, dijo Bass el martes. Anunció que el toque de queda se aplicará en una zona de 1 milla cuadrada del centro para evitar actos vandálicos y saqueos, subrayando que esto representa solo una fracción del territorio de la ciudad. “No estamos ante una revuelta generalizada”, afirmó.

El Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) informó que, desde el sábado, se ha arrestado a más de 300 personas en el contexto de las protestas. Siete agentes resultaron heridos; cinco con lesiones menores y dos que fueron hospitalizados y dados de alta.

El gobierno ha explicado que los marines desplegados por la administración Trump podrían usarse para brindar seguridad y transporte a los agentes de ICE, incluyendo trasladarlos en vehículos militares. “Todo lo que queremos es seguridad”, dijo el mandatario republicano.

Bajo la ley federal, los marines y la Guardia Nacional no pueden realizar arrestos a menos que el presidente declare una insurrección. Sin embargo, Newsom denunció que la administración Trump ha federalizado tropas y ordenado su participación en tareas policiales, incluidos arrestos, sin su aprobación.

El estado presentó el martes una solicitud urgente para frenar esta expansión de funciones, sumándola a una demanda previa contra el despliegue militar en California, pero el carácter de urgencia de la misma fue denegado por el tribunal.

Por su parte, legisladores demócratas de California denunciaron las redadas y el envío de la Guardia Nacional. La congresista Nanette Barragán dijo que las protestas en su distrito (Paramount) ya estaban controladas cuando llegaron los militares. “La policía local ya había resuelto la situación. Luego, de repente, apareció la Guardia Nacional. Sabemos que esto busca generar caos y aumentar la tensión”.

La representante Nancy Pelosi comparó las protestas actuales con el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021, recordando que Trump se negó a enviar la Guardia Nacional entonces, pero la activó sin requerimiento en California.

El jefe de policía de Los Ángeles, Jim McDonnell, afirmó que la función de los marines y la Guardia es proteger instalaciones y empleados federales, no intervenir en las protestas.

“La ansiedad ha aumentado, probablemente por su presencia y por la incertidumbre sobre su propósito”, dijo. Aclaró que no fue informado sobre el despliegue de los marines y pidió coordinación entre autoridades.

Bass reiteró que no se necesitan tropas en Los Ángeles y criticó los comentarios de la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, quien la llamó “un desastre de alcaldesa”, y del "zar fronterizo" Tom Homan, quien dijo que ella y Newsom podrían ser arrestados por obstruir la ley.

“La Casa Blanca provocó esto al realizar redadas en nuestra ciudad”, señaló Bass. “Nos han dicho que seguirán con redadas durante los próximos 30 días”.

Entretanto, la opinión publicada sigue dividida en cuanto a las deportaciones. Aunque poco más del 50% dice apoyar esfuerzos para remover a indocumentados del país, en redes sociales crece la indignación por los videos que evidencian como personas que están siguiendo sus procesos migratorios son deportados al salir de las cortes de inmigración, como algunos negocios han sido intervenidos en busca de personas indocumentadas por agentes de ICE, dejando atrás a niños pequeños que son separados de sus padres.