Guerra en Irak
Refugiados en venta
–Aparte de usarlos como escudos humanos, ¿qué persigue el Daesh capturando a desplazados iraquíes?
–Ahora mismo los refugiados son una mercancía. Lo estamos viendo en Libia; allí los que ya no tienen dinero para cruzar están siendo vendidos –por unos 15.000 euros– para la extracción de órganos (y su posterior venta en países como Arabia Saudí o Israel). También se les coge como soldados en conflictos y se utiliza a las mujeres como esclavas sexuales. No ocurre lejos de aquí: en la frontera greco-macedonia, como no hay garantías ni control para ellos, hay mafias albanocosovares que los secuestran.
–¿Qué perspectivas de futuro tienen estos desplazados?
–El problema que hay en las fronteras no es que la gente se mueva en masas para «invadirnos» o para ese discurso que muchas veces pervierten los políticos o los medios. Esa gente se desplaza porque no tiene nada que perder, sólo es una huida hacia delante. Necesitamos corredores seguros para ellos. Canadá ya los ha llevado a cabo, Italia ya tiene proyectos y en España aún no lo hemos logrado.
–¿Quién debe frenar esto?
–Hay una responsabilidad compartida entre organizaciones internacionales como Naciones Unidas, los que tienen poder y han provocado esos conflictos y la propia ciudadanía de esos países. Los kurdos son los que más cara están plantando ahora a la ocupación en Irak. Hacen falta medidas para proteger a los desplazados para que no acaben convertidos en mercancía.
*Investigadora especializada en migraciones
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