Reino Unido renunciará también a la unión aduanera

El Gobierno británico anunció ayer su intención de salir de la unión aduanera una vez abandone el «club» comunitario. Después de que Theresa May confirmara que el país saldrá del mercado único. La permanencia o no en la unión aduanera de la UE se había convertido en una cuestión divisoria en el ya de por sí enfrentado Gabinete. Mientras que los euroescépticos quieren cortar por completo con el bloque, los pro UE quieren seguir manteniendo unos vínculos estrechos. Pero para evitar una revuelta interna por parte de los llamados «brexiteers», un portavoz de Downing Street aclaraba a primera hora de la mañana de ayer la postura oficial.

El anuncio se hizo coincidir con la visita a Londres de Michel Barnier, el jefe negociador europeo, quien tuvo un almuerzo con el ministro del Brexit, David Davis, y un breve encuentro con la «premier» May, de cara a la cumbre comunitaria clave del próximo mes, en la que se tendrá que definir el tipo de relaciones comerciales que existirán entre ambas partes.

En este sentido, el francés no pudo ser más claro: si Reino Unido abandona la unión aduanera y el mercado único, «se enfrentará a barreras inevitables». Señaló también que había «cierta divergencia» respecto al periodo de transición de 21 meses que existirá tras el divorcio y matizó que un requisito previo de cualquier acuerdo era que «todos jugaran con las mismas reglas». «Ha llegado la hora de que tomen una decisión», sentenció. Davis señaló que Londres quería un acuerdo de libre comercio con la UE, pero también la libertad para llegar a pactos con otros países. Pero Bruselas insiste en que ambas posturas son difícilmente conciliables.

Mientras el reloj avanza de cara a las negociaciones –es en marzo de 2019 cuando Reino Unido quiere salir oficialmente del bloque– también avanzan las divisiones en el Gabinete de May, con enfrentamientos públicos entre sus ministros. Sea cual sea el acuerdo final, tendrá que ser luego debatido y votado en Westminster y, en este sentido, se plantean también problemas para el Gobierno, ya que la mayoría de los parlamentarios apuesta por mantener una relación comercial lo más cercana posible con la UE.