Rusia ataca Kyiv, mientras pierde terreno en Bajmut

Por novena vez este mes, los habitantes de Kyiv tuvieron que soportar el aluvión de ataques con misiles y aviones no tripulados durante la mayor parte de la noche del miércoles, mientras Rusia buscaba crear grietas en las defensas aéreas de la capital ucraniana.

La ciudad, así como las regiones de Odesa y Jmelnytsky, fueron atacadas por 30 misiles desde varias direcciones. 22 de ellos eran misiles X-101/555, del tipo que causó bajas masivas en Uman el mes pasado, y fueron lanzados desde aviones bombarderos estratégicos de Rusia. Se lanzaron tambien 6 misiles Kalibr desde los barcos rusos en el Mar Negro mientras dos misiles Iskander-K volaron desde tierra.

Todos menos uno, así como cuatro drones, fueron derribados por la defensa aérea de Ucrania que se mantuvo eficiente a pesar de los rumores no confirmados de daños limitados a elementos de un sistema Patriot en el ataque del martes. Los fragmentos aún causaron daños significativos, especialmente en Odesa, donde una persona murió y dos resultaron heridas a pesar de que se interceptaron ocho misiles rusos.

“Incluso con la operación exitosa de la defensa antiaérea, los fragmentos de cohetes derribados representan una grave amenaza para la vida de las personas”, recordaron las fuerzas aéreas de Ucrania.

Algunos residentes de Kyiv y Odesa compartieron fotos de ellos y sus hijos durmiendo en sus baños, lejos de las ventanas, pero también subrayaron la resiliencia y la necesidad de seguir con sus vidas a pesar de la amenaza.

“Todas las mañanas nos levantamos y vivimos nuestras vidas lo mejor que podemos. Puede parecer extraño. Pero esconderse, llorar, quejarse significaria que estamos perdiendo esta guerra”, escribió Yaroslava Antipina desde Kyiv.

“Incluso un número bastante limitado de Patriot proporcionados a Ucrania resultó ser un gran impulso para su capacidad, como lo demostraron los acontecimientos recientes”, comentó Mykola Bielieskov, analista militar. Sin embargo, señaló que no es el momento de caer en la complacencia, ya que Rusia tiene como objetivo “agotar las existencias de interceptores y abrir camino para su aviación pilotada".

La incapacidad de Rusia para utilizar su aviación libremente en Ucrania ha sido uno de los factores cruciales que permitieron a Ucrania continuar con su defensa con éxito y evitar miles de muertes entre la población civil. La destrucción casi completa de Mariupol y algunas otras ciudades en Donbás por parte de Rusia siguió a la rápida destrucción de los sistemas de defensa aérea de Ucrania ubicados allí al inicio de la invasión.

Con sus ataques, Rusia puede tratar de distraer a las fuerzas ucranianas en un esfuerzo por interrumpir los preparativos para la contraofensiva esperada.

El jueves, Ucrania volvió a afirmar que sus tropas pudieron avanzar de 150 a 1700 metros cerca de Bajmut, mientras que en la propia ciudad los mercenarios de Wagner continuaron atacando. El portavoz Sergiy Cherevatyi dijo que los ucranianos mataron a 130 soldados rusos en un día: “Nuestras unidades, a pesar de no tener superioridad en personal, municiones y equipos, encajan avanzando por los flancos”.

El líder de los mercenarios rusos de Wagner, Yevgeni Prigozhin, acusó públicamente una vez más a los comandantes del ejército regular ruso de retroceder 570 metros al norte de Bajmut, dejando sus flancos expuestos. “Por favor, no abandonen los flancos”, dijo, dirigiéndose al ministro de defensa ruso, Sergei Shoigu, y a Valery Gerasimov, jefe del estado mayor general.

Mientras tanto, el enlace ferroviario entre Sebastopol y Simferopol en Crimea se cortó después de que un tren descarrilara, informaron fuentes rusas, con los funcionarios locales instalados por Rusia culpando a "factores externos". El tren supuestamente transportaba grano ucraniano robado, que Rusia ha estado exportando a algunos de sus aliados, como Siria, desde Crimea, según varias investigaciones de los medios.

Los indígenas de la península, los tártaros de Crimea, conmemoraron este jueves la deportación que sufrieron en 1944, por orden de Stalin, cuando más de 190.000 de ellos fueron obligados a abandonar sus hogares y enviados a Asia Central. Solo pudieron regresar a Crimea después del colapso de la Unión Soviética, pero su reintegración se vio interrumpida por la anexión ilegal de Rusia en 2014. Sujetos a la persecución política, muchos se han ido una vez más, pero cientos han estado luchando en el ejército ucraniano, esperando un eventual retorno.

Ucrania ha negado en su mayoría su participación en los ataques contra las bases militares y la infraestructura de Rusia en la península. Sin embargo, de manera poco característica, su jefe de inteligencia militar, Kyrylo Budanov, reconoció en una entrevista que Ucrania ya había "alcanzado" a algunos propagandistas rusos conocidos. Sin embargo, Budanov no nombró ningún caso específico y no entró en detalles. Uno de los últimos casos fue el de Zajar Prilepin, escritor y partidario de línea dura de la invasión rusa, quien luchó por las fuerzas rusas en la guerra en Donbás después de 2014. Su automóvil fue volado el 6 de mayo en Rusia. Su conductor murió y el propio Prilepin resultó gravemente herido.

Mientras tanto, el ataque con misiles rusos contra Odesa se produjo el mismo día en que Rusia dijo que acordó extender el acuerdo de granos respaldado por la ONU, que permite a Ucrania exportar su grano desde tres puertos de Odesa, por otros 2 meses. La ruta ha sido crítica para la agricultura de Ucrania, con más de 30 millones de toneladas de grano exportadas a España y otros países europeos, así como a Asia y África desde el primero de agosto de 2022. Mientras que Rusia también atacó Odesa el primer día de la operación del acuerdo en una clara demostración de fuerza y que a menudo ha estancado el paso de los barcos con grano ucraniano, sucumbió a la presión de la ONU, Turquía y, posiblemente, los principales compradores de grano ucraniano como China.