Elecciones

Trudeau se juega su futuro en las urnas

El primer ministro trata de dar la vuelta a los sondeos que arrojan un empate técnico con los conservadores.

El líder del Partido Liberal de Canadá, Justin Trudeau, aspira a la reelección tras una legislatura convulsa
El líder del Partido Liberal de Canadá, Justin Trudeau, aspira a la reelección tras una legislatura convulsalarazon

El primer ministro trata de dar la vuelta a los sondeos que arrojan un empate técnico con los conservadores.

Canadá vota en las elecciones más disputadas, convulsas y abiertas de los últimos años. Unos comicios en los que han sido recurrentes los ataques personales, las cuchilladas ad hominen, las menciones más o menos sucias al pasado personal de los principales candidatos.

Ninguna ilustra mejor el ambiente, de carnaval ligeramente dislocado y siniestro, que las acusaciones contra el actual primer ministro, Justin Trudeau, a cuenta de sus disfraces con la cara tiznada de negro. El candidato liberal fue masacrado por sus «aliados» y no le quedó más remedio que comparecer en una serie de intervenciones con sabor a revolución cultural y ordalía. Las guerras culturales, a falta de más y mejor política, escaparon buena parte de las discusiones.

Otra cosa es que las máscaras de un quien año después fue primer ministro, o la pelea por los nombres personales, estimulen la participación y motiven a los electores. Posiblemente tengan más peso los escándalos por nepotismo y las acusaciones por corrupción, que han salpicado al gabinete de Trudeau en varias ocasiones.

Asuntos como la sostenibilidad del sistema sanitario, las relaciones y acuerdos comerciales con Estados Unidos, o la preocupación por el cambio climático, que en Canadá podría resultar acuciante dada su situación geográfica en la que se encuentra, han pasado bastante desapercibidos en los debates y mítines.

Enfrente de Trudeau está el candidato conservador Andrew Scheer. Las últimas encuestas le daban a su partido el 31,4% de los votos, por el 31,8% de los liberales. Un empate técnico que, sin embargo, podría conceder muchos más escaños a la formación que lidera Trudeau.

Por zonas parece claro que los votantes de Sheer son mayoría en los territorios del oeste y el Pacífico, mientras que, como ha explicado Éric Grenier, en CBC, «los liberales lideran en Ontario, Quebec y el Atlántico de Canadá». «Los nuevos demócratas», por su parte, «están muy cerca de los liberales en todo el oeste, situados en tercer lugar». A partir de las últimas compuestas disponibles CBC proyectaba entre 95 y 195 escaños para los liberales de Trudeau y de 78 escaños a 166 para los conservadores de Sheer.

De modo que todo parece quedar al albur de las posibles alianzas y pactos postelectorales. Por probabilidades CBC estima que los liberales disponen de un 15% de posibilidades de obtener una mayoría parlamentaria y un 51% de ser la fuerza con más escaños pero lejos de la mayoría. A su vez los conservadores tienen un 32% de probabilidades de ser la fuerza con más escaños pero sólo un 1% de que se trate de una mayoría suficiente para gobernar en solitario. En total están en juego 338 escaños de la Cámara de los Comunes.

La buena, y mala, noticia para Trudeau es que la oposición de izquierda, Nueva Democracia, habría alcanzado ya hasta el 18% de intención de voto. Unos números que suponen una fuga por la izquierda de los liberales, al que tiempo que, de confirmarse, garantizarían que depende de ellos. En la recta final de la campaña, el primer ministro ha apelado al voto útil para evitar un gobierno en minoría.

Quién iba a imaginarlo hace apenas dos años, cuando Trudeau todavía ejercía de «golden boy» progresista, carismático y moderno, mientras los comentaristas de medio mundo se deleitaban en compararlo con su homólogo estadounidense, Donald Trump. El chico sofisticado, emblema de la nueva política, ha envejecido en una legislatura a ritmo supersónico. La trudeamanía parece haberse evaporado.