Israel
Trump se propone revitalizar el proceso de paz árabe-israelí
«Estamos ante una oportunidad poco común de traer la paz y la estabilidad a la región». Así de rotundo se manifestó el presidente norteamericano en Israel, donde se reunió con su homólogo Rivlin y el primer ministro Netanyahu. Cargó contra el ascenso de Irán y advirtió de que «jamás» permitirá que alcance el estatus de potencia nuclear
«Estamos ante una oportunidad poco común de traer la paz y la estabilidad a la región». Así de rotundo se manifestó el presidente norteamericano en Israel, donde se reunió con su homólogo Rivlin y el primer ministro Netanyahu
Con un pequeño retraso, el «Air Force One» aterrizó ayer en Israel, en el primer vuelo directo procedente de Riad, Arabia Saudí. Nada más pisar tierra israelí, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró repetidamente el «vínculo inquebrantable de amistad» entre ambos países. Las palabras protocolarias, combinadas con una evidente cercanía, dieron lugar también a mensajes de calado sobre la necesidad de lograr la paz en Oriente Medio, de trabajar juntos contra el terrorismo y de no permitir que Irán se convierta en una potencia nuclear.
«Hay una oportunidad poco común, un gran sentimiento en pro de la paz en Oriente Medio y debemos aprovechar esta ocasión», manifestó Trump a su homólogo israelí Reuven Rivlin, para luego agregar que «la gente ya se ha cansado de derramamientos de sangre». Por la noche, en la residencia oficial del «premier» Benjamin Netanyahu, aseguró sentir «la sensación» de que «esta vez se puede lograr». Observadores israelíes recalcaron que en las declaraciones de Trump y Netanyahu en la residencia del primer ministro, el presidente norteamericano no mencionó explícitamente la fórmula de los «dos Estados», propuesta que incluye la creación de un Estado palestino independiente junto a Israel.
Al reunirse con su par israelí, el presidente Rivlin trasladó a Trump que Israel «desea la paz y reza por la paz», señalando que «con la ayuda de Dios, alguien nos la traerá». No está claro si el presidente norteamericano se dio directamente por aludido, pero es sobradamente conocido su deseo de tener éxito en lo que el resto de sus antecesores han fracasado: el logro de un acuerdo de paz entre israelíes y palestinos. «Aún no hemos alcanzado nuestra misión de vivir en paz con nuestros vecinos, los palestinos, y con el resto del mundo árabe», lamentó el presidente de Israel tras recordar que sí hay paz firmada con Egipto y Jordania. «Nuestro destino, de palestinos y judíos, es vivir juntos en esta tierra». Y en lo que podría ser visto como una nueva alusión indirecta al propio Trump, señaló: «Necesitamos nuevas ideas, nuevas energías, que nos ayuden a avanzar, juntos». Al mismo tiempo aclaró: «Debemos estar seguros que no nos acostamos con un sueño y despertamos con una pesadilla: Irán, Estado Islámico y Hamas en nuestras fronteras».
En ninguno de estos puntos hay discrepancias entre Israel y Donald Trump, aunque aún no está claro cuál será la línea que presente a los palestinos al reunirse hoy en Belén con el presidente Mahmud Abas. El mensaje que Trump transmitió ya en Riad, su primera escala de la gira internacional, contra el terrorismo, se extendió ayer en Israel. «Este momento en la historia nos exhorta a fortalecer nuestra cooperación, dado que tanto Israel como Estados Unidos se enfrentan a amenazas constantes del Estado Islámico y otros grupos terroristas», declaró. «Juntos podemos trabajar para poner fin al flagelo de la violencia que ha cobrado tantas vidas aquí en Israel y alrededor del mundo».
Trump ligó de nuevo la cuestión terrorista a Irán, que según el presidente norteamericano, financia y apoya atentados a fin de provocar inestabilidad en la región. En el comienzo de su encuentro con Netanyahu, el líder norteamericano endureció su mensaje. «Estamos con Israel, declaramos juntos que no se debe permitir jamás que Irán posea armas nucleares, nunca jamás». El primer ministro israelí reaccionó con una amplia sonrisa.
La primera jornada de la visita transcurrió sin sobresaltos, aunque sí con algunos toques de color. Ya en el aeropuerto internacional Ben Gurion, tras la revisión de la guardia de honor por parte de Trump en compañía del presidente Rivlin, apareció súbitamente entre los dignatarios que saludaban al huésped, el polémico diputado del partido Likud, Oren Hazan, que logró tomarse una «selfie» con el republicano. Netanyahu trató de impedirlo con un codazo, mientras a Hazan se le bloqueó el teléfono móvil.
La comitiva oficial, que incluye varios helicópteros civiles y tres militares norteamericanos, además de 80 vechículos, era esperada en Israel con máximas medidas de seguridad. El momento más simbólico del día fue la visita a la Ciudad Vieja de Jerusalén, cuyos negocios fueron cerrados con anticipación para garantizar la seguridad. Trump y su comitiva recorrieron primero el Santo Sepulcro y de allí llegaron a pie al Muro de los Lamentos, el santuario judío más sagrado, siendo él el primer presidente en funciones que lo visitó. «No alcanzan las palabras para describir lo que sentí allí, fue una experiencia emocionante que me acompañará por siempre», declaró Trump por la noche. Su esposa Melania tocó las piedras del muro, Trump colocó un papel entre sus piedras y la hija del presidente, Ivanka–que se convirtió al judaísmo al contraer matrimonio con Jared Kushner– se emocionó hasta las lágrimas en el lugar.
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